Capítulo 19

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Mamá no quita su mirada de nosotros, yo me alejo de Andy lo más que puedo.

—¿Qué significa esto Merlín? —pregunta mi madre.

Volteo a ver al cara de moco quien está rascando su mentón, sé que es una manía que tiene cuando se siente nervioso o estresado.

—Significa que vine a traerle flores a papá, como es la costumbre —respondo sarcásticamente ganándome una mala mirada.

Es bueno que no estamos en casa, porque de ser así me hubiera arrojado la chancla voladora y mi madre tiene buena puntería, ya que en su juventud estuvo en el equipo de basquetbol.

Pocas personas pasan a nuestro alrededor, algunas son demasiado chismosas y tratan de escuchar, supongo que parecemos que estamos a punto de comenzar a gritarnos.

—No es necesario tu sarcasmo señorita, lo que quiero que expliques es porque estaban agarrados de la mano.

¡Oh! uso el término ridículo que usan los padres cuando hiciste algo mal y te van a regañar por eso. Mamá ni siquiera soy una señorita.

Piensa Merlín, piensa en una excusa demasiado convincente.

Observo al chico que está parado como una estatua a mi lado izquierdo, tal vez piensa que si no se mueve o respira desaparece de este planeta.

—Él me acompaño, digo después de todo vivimos juntos y no tenía caso que yo gastara dinero en el taxi o en autobús cuando Andy también venía para acá. Y respondiendo a tu pregunta, recordé la maldita pesadilla del cuerpo de papá siendo devorado por los gusanos y comencé a llorar, así que él amablemente me tranquilizo. No sé que asquerosidad paso por tu mente, pero definitivamente no es lo que sucedió —tomo un respiro, hablé demasiado rápido.

Mi madre aclara la garganta y se acerca a mí para abrazarme y susurrarme al oído que la perdone por pensar cosas que no son.

Ay mamá si supieras...

Me creyó y una vez más está todo bajo control gracias a Merlín la mentirosa, ¿Esperaban a las chicas súper poderosas? Pues no.

—Eso estuvo cerca —habla Andy por fin cuando estamos en el coche.

—Sí.

**

Ha pasado casi una semana desde que mi madre nos descubrió tomados de las manos y tuve que decirle que es asqueroso que se imaginara un romance entre nosotros. La realidad es otra; la sesión de besuqueo que esta ocurriendo en este preciso momento, por ejemplo.

Se supone que veríamos tranquilamente una película de terror en la sala, incluso teníamos un tazón lleno con palomitas y Sabritas de distintas variedades el cual yace tirado en el suelo.

Andy y yo nos estamos besando con tanta pasión que de cierta forma me asusta, sus manos sujetando mi cintura fuertemente mientras yo enredo mis manos en el cabello oscuro y muerdo su labio, al hacer eso Andy suelta un sonido ronco y me presiona contra su dura entrepierna logrando que no pueda evitar soltar un gemido.

Estoy dejándome llevar por la calentura del momento y temo que esto llegue demasiado lejos, pero tampoco quiero parar sus besos en mi cuello que suben hasta mi oído.

—Si darte un beso es pecado, a mi corazón le encanta cuando peca —susurra con voz enronquecida para después seguir con los besos que me estremecen y me enchinan la piel.

Creo que a mí también me esta gustando pecar, perdóname Dios.

Estamos subiendo la temperatura aquí en la sala o será que estoy sintiendo las llamas del infierno por besarme con mi hermanastro idiota.

Tú, ¿Mi hermanastro?  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora