—¿Qué significa esto? — vocifera mi madre.
Al mismo tiempo me arroja a la cara algo que parecen ser fotografías, tomo una de ellas que cayó sobre mi pie descalzo y siento como mi alma abandona mi cuerpo.
Son fotos donde aparecemos Andy y yo en el cine besándonos. ¡No puede ser! El cabello de Julianna parece más rojo de lo normal a causa del coraje que siente, se ve como fuego.
—¿De dónde sacaste estas fotos? — pregunto pasando saliva.
Andy al escucharme hablar llega a donde estamos, nos mira a ambas sin entender que sucede.
—Eso no importa Merlín, no puedo creer que hayan sido capaz de hacer esta cochinada, no tiene nombre — hace una mueca de asco.
Si tiene, se llama beso.
El cara de moco me quita las fotos de la mano y cuando las ve sus ojos azules se abren demasiado y su color de piel se ve blanco como papel.
—Julianna puedo explicarlo — tartamudea Andy de lo nervioso que está.
Nunca lo había visto así.
—¿Fue la tarada de Regina, verdad? — le pregunto a la señora que parece explotara.
Claro que fue ella, fue la única persona conocida que nos encontramos en el cine, además de que me odia.
Me doy cuenta de que la puerta del apartamento sigue abierta y como de costumbre no falta la vecina chismosa que está pendiente de lo que pasa; doña Luisa está atenta a lo que sucede.
—Pasále, hay mucha vieja chismosa — le digo a mi progenitora.
Cierro la puerta y mi madre se sienta en el reposabrazos del sillón, su mirada parece que lanza puñales que quieren quitarme la vida.
—Sigo esperando tu respuesta.
Quisiera decirle que se quedé sentada esperando mi explicación para que no se canse de esperar.
—No voy a negarlo, ahí en la foto se ve claramente un beso — acepto la verdad.
Volteo a mirar a Andy y noto que tiene sudor en la frente.
—¡Te has vuelto loca! Eres la otra, recuerda que él anda con Melissa — me regaña.
—Si me permites explicar ese asunto relacionado con Melissa — se atreve a hablar el pelinegro.
Mi madre le da una mirada que si de ser posible lo mandaría al cementerio y tendría que comunicarme con él por medio de la ouija.
—Merlín me ha gustado desde que era un niño, la molestaba para llama su atención; por eso le jalaba el cabello o le decía cabeza de zanahoria, pero en realidad su cabello me encanta —suspira— Me fui con mi padre y mi hermana Cindy, pero nunca deje de pensar en ella, cuando regresé aquí me encontré con una chica que me recordaba a Merlín, después supe que no se parecía si no que era ella.
Salem sale de abajo del comedor estirándose y se queda viendo a cada uno de nosotros, para luego ir a su caja de arena.
—Ya escuchaste mamá, así es como sucedió, en mi caso diré que no pude evitar sentir atracción por el idiota de Andy — me encojo de hombros.
Siempre tan cariñosa.
—No puedo creer que hayas sido capaz de cometer semejante locura, habiendo tantos hombres en este mundo; te fijas en tu hermanastro, además de que es el hijo de la mujer con la que tu padre me traiciono y lo que es peor tu repites la historia, porque vuelvo a decirte que Andy tiene una novia.
—La culpa la tiene cupido — habla Andy.
Giro a verlo al escuchar semejante tontería.
—Nosotros no tenemos la culpa de eso y para tu información el cara de moco no es novio de la vecina, todo es una mentira que él invento — contesto.
Mi madre parece que llorará del coraje y tal vez de la decepción que siente por mí.
—Esto lo tiene que saber Marcus.
Julianna se pone de pie.
—Me decepcionas Merlín, ve por tus cosas que ahora mismo nos vamos de aquí — vocifera.
—¡No! — grita Andy poniéndose de pie también.
No voy a dejar mi apartamento, y eso conlleva a todo lo que está dentro de aquí.
—No soy una niña para obedecerte, me quedaré aquí con él — no lo pienso y tomo la mano de Andy.
—Eres una cínica, aunque seas mayor de edad yo soy tu madre y si te digo que vienes conmigo, obedeces escuincla.
En mis 19 años nunca la había visto tan molesta, pero no me importa de este lugar no me muevo.
—Te dije que no y hazle como quieras — corro hacia mi habitación encerrándome con llave.
Parezco una niña berrinchuda, no me quedaba otra opción.
—¡Merlín abre la maldita puerta! — pide con desespero mi madre.
—¡Vete! — respondo colocando música a todo volumen para dejar de escuchar su voz.
El rock retumba en mi cuarto, pero aún así escucho los fuertes golpes en la puerta.
Abro el cajón de mi buro, busco entre mis pertenencias la foto donde salimos mi madre y yo en mi cumpleaños número 15, yo no quise que me hiciera una quinceañera, así que ese día fuimos a la playa. En la foto estamos abrazadas sonriendo mientras atrás de nosotras hay un hermoso atardecer.
De mi mochila saco unas tijeras y rompo la fotografía en mil pedazos.
Todo queda en silencio a excepción de la música que suena. Sin poder evitarlo derramo unas cuantas lagrimas.
Extraño a mi papá, si él estuviera vivo nada de esto estaría pasando. Aunque no lo admitiera en voz alta quiero a mi mamá con todo mi corazón; sin embargo parece que ella a mí ya no.
—Merlín, ábreme soy yo — grita Andy.
Logro escuchar su voz cuando mi habitación queda en silencio al terminar la canción.
—Déjame sola — grito de regreso.
—No te dejaré sola, abre la puerta, por favor — ruega.
Pasan 5 minutos y el cara de moco no se rinde.
Me levanto de mi cama y tiro los restos de la foto al bote de basura. Abro la puerta encontrándome con Andy sentado en el piso recargado en la pared, con mi gato echado a un lado de él.
—Por fin abres, rojita — me abraza.
Nos sentamos en mi cama, él toma mi mano y entrelaza nuestros dedos. De fondo se escucha la canción "I was made for lovin you" de Kiss.
—Quiero confesarte algo, mi cabeza de zanahoria — se lleva mi mano a su boca y da un beso.
—Atropellaste a alguien y quieres que te ayude a deshacerte del cuerpo — respondo recargando mi cabeza en su hombro.
Escucho como suspira profundamente y me da un beso en la cabeza.
—Te amo, Merlín.
¡QUÉ! creo que escuche mal, él no pudo haber dicho que me ama.
—Estoy esperando tu respuesta — habla nervioso.
Yo me levanto y voy hacia el tocador, me recargo ahí.
—Andy, yo no te amo, siento cariño por ti, pero no es amor — soy sincera.
Veo como su rostro hace una mueca, se pone de pie para luego abrir la puerta.
—Entiendo, solamente quería que lo supieras.
Sale de mi habitación dejándome sola.
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Tú, ¿Mi hermanastro? (Editando)
De TodoMerlín y Andy son dos adolescentes que se conocen desde que eran niños, sus papás fueron amigos, pero por un secreto inimaginable que sucedió entre sus padres hicieron que los jóvenes se dejarán de ver durante 10 años. Un día a ambos les llega una...