Capítulo 10

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Después de unas cuantas firmas en los documentos correspondientes, el abogado nos entrega la llave de nuestro apartamento, nos da un papel con la dirección y el número del departamento es el #13, no sé si eso significa que es buena o mala suerte, al leer la dirección me doy cuenta que está ubicada en una de las colonias más populares de la ciudad.

Al salir de la oficina, camino rápidamente para evitar hablar con Andy, aunque es algo tonto por el echo de que voy a tener que verlo a partir de la semana que viene todos los días en la casa, sigo sin poder creerlo, abro la puerta del taxi que aún sigue esperándome, estoy a punto de subirme, cuando a lo lejos se escucha la voz de Andy gritar que me espere, volteo y veo que viene corriendo, se detiene frente de mí.

-Merlín no tiene caso que te vayas en taxi, yo puedo llevarte, vamos a donde mismo, además somos hermanastros -esta última palabra la dice haciendo una mueca de desagrado.

Le desagrada que lo seamos igual que a mí, sé que él no me soporta y el tener que verme diario le molesta como a mí.

-Pero el taxista ha estado esperándome durante la hora que estuve dentro de la oficina, creo que no es justo hacer eso -le digo a Andy.

Realmente no me importa el taxista bigoton, sin embargo prefiero eso a subirme al carro del cara de moco.

Veo que saca su cartera y saca un billete de 50 pesos para pagarle al taxista, el señor enciende el auto y se va ante mi mirada atónita.

El cara de moco se salió con la suya, ahora tengo dos opciones; acepto irme con él o me voy caminando, lo malo de la segunda opción es que son varios kilómetros de distancia y no tengo ganas de caminar tanto, además tengo un leve dolor en el tobillo.

-Me voy contigo -digo entre dientes.

Él sólo sonríe y yo tengo ganas de borrarle esa sonrisa con un golpe.

Me subo a su auto, noto el aroma a limpio y a cuero nuevo, los asientos de piel están helados a comparación de mis manos sudadas, el motor hace un rugido al encender, prende el estéreo y por las bocinas traseras se escuchan los acordes de la guitarra eléctrica a todo volumen, sin darme cuenta comienzo a tararear la letra de la canción llamada "paranoid" de black Sabbath, tiene buen gusto musical.

-Que bien cantas -se burla de mí.

-Aja.

Sé que no canto bien, soy muy desafinada, no tengo ganas de discutir con él, así que mejor lo ignoro, veo por la ventana como pasamos varias casas, hay niños jugando en la calle, me concentro en la música cerrando los ojos, al abrirlos de nuevo me doy cuenta que ya estamos estacionados frente a mi casa, no sé en que momento me quede dormida, Andy me ve fijamente.

-Hasta que despierta la fea durmiente, ya tenemos aquí 10 minutos pero no quise despertarte.

-Que considerado.

Le doy una mirada llena de coraje antes de bajarme de su auto, azoto con fuerza la puerta del carro a propósito así descargo un poco la gran ira que siento, veo como Andy se baja enfurecido respirando profundamente.

-¡QUÉ DIABLOS TE PASA! -grita Andy

Oh vaya resulta ser como los típicos chicos que tratan a su auto como a su bebé.

-Lo siento lastimé a tu bebé- le digo con sarcasmo.- Era "lastimar" a tu auto o golpear tu cara.

-Te salvas porque eres mujer.

Tú, ¿Mi hermanastro?  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora