Capítulo 11

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Cuando estoy terminando mi sándwich, escucho a mi mamá abrir la puerta de la casa, miro al techo y suspiro, se llegó la hora de decirle a mi madre sobre la herencia.

—Merlín que milagro que estás aquí, siempre que regreso de trabajar ya estás dormida —se acerca a darme un beso en la mejilla.

Por lo que veo no recuerda que día es hoy, es un poco distraída, pone en la mesa su bolso y folder con documentos, espero a que se siente en el sillón para que no se vaya a ir de espaldas.

—Sí mamá, es que quiero contarte como me fue en la notaria y que es lo que me heredó mi papá.

—Es verdad hija, con tanto trabajo ni me acordaba así que cuéntame que paso —dice mi mamá quitándose sus zapatillas y masajeando sus pies.

No sé exactamente por donde comenzar, bien dicen que se empieza por el principio.

—Andy también estuvo en la lectura del testamento —veo su cara de confusión pero no habla esperando que yo continué .— Resulta ser que Paola y papá se casaron horas antes de morir y compraron un apartamento que nos heredaron a ambos.

—¿Qué clase de broma es esta Merlín? mi Leo no se pudo haber casado con Paola, tu padre estuvo casado sólo conmigo ¿De dónde sacaste tremenda estupidez? —Me grita mientras derrama algunas lagrimas.

Ya me imaginaba que iba a reaccionar de esta manera.

—Estoy diciendo la verdad mamá, no bromearía con algo así que nos pudiera lastimar, tal vez no he sido una buena hija, pero no llego a ese nivel de mentir, el abogado me explicó que mi padre se casó contigo usando una identificación falsa, se cambió el segundo apellido, no sé cómo no te diste cuenta de eso antes.

Veo su rostro lleno de dudas, dolor y una lagrima cae por su mejilla, sigue sin hablar supongo que esta asimilando lo que le acabo de decir de mi padre, que fue un mentiroso e infiel.

—Me cuesta creerte Merlín, pero en algo tienes razón algunas veces me pareció raro que tu papá nunca me enseño alguna identificación de tu abuela y en la tumba de doña Eva sólo tiene su nombre y apodo como ya sabes. Lo que no puedo creer es que se haya casado con Paola —se levanta, agarra el teléfono y le marca a alguien.

Y eso que todavía no le he dicho que tengo que vivir con Andy.

—Hola Marcus, perdón por llamarte a esta hora, no puedo creer que se casaron, ¿QUÉ Cómo que Andy y mi hija tienen que vivir juntos? —voltea a verme sorprendida, bueno por lo menos evite decirle eso.

Cuando cuelga el teléfono se vuelve a sentar en el sillón.

—¿Te volviste loca? ¿Cómo qué vas a vivir con Andy? Eres una jovencita no puedes vivir con un hombre, así que renuncias a ese apartamento —vocifera.

Si ya me imaginaba este sermón.

—No, no me he vuelto loca mamá, no iba a renunciar a la herencia de mi papá, sí pudo ser un infiel mentiroso, pero es lo que me corresponde, así tenga que vivir con el tonto de Andy, y de una vez te aviso que mañana vendrá a recogerme porque iremos a conocer nuestra casa —le digo con voz fuerte.

—¡Cállate! Cómo puedes hablar así de tu padre.

Me levanto del sofá para irme a mi habitación, no quiero seguir discutiendo con mi madre, decido darle tiempo para que asimile lo que se acaba de enterar, escucho como grita mi nombre, pero no le hago caso, cierro la puerta con llave pues no quiero que entre a mi cuarto, me pongo mi pijama y me acuesto, después de mucho tiempo me dan ganas de llorar, me limpio las lagrimas con mi mano y trato de no llorar, quiero seguir siendo fuerte con mis sentimientos así como hasta el día de hoy. Me quedo dormida a los minutos de acostarme.

Tú, ¿Mi hermanastro?  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora