Capítulo 30

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Llego a la biblioteca en autobús y después de pagarle al chofer entro al negocio, saludo a don Jorge quien me da instrucciones de lo que haré la tarde de hoy.

Espero que el trabajo me distraiga y deje de pensar en el idiota que se irá, a esta hora ha de estar en el aeropuerto.

Quito el polvo de los estantes llenos de libros los cuales pongo en una mesa, que cansado quitarlos y después volverlos acomodar exactamente igual que como los quite.

En el transcurso de la tarde no han venido muchos clientes, sólo he contado tres personas que vinieron a regresar los libros que les fueron prestados la semana pasada.

Estoy concentrada acomodando la tercera hilera del estante cuando escucho el rechinido de la puerta siendo abierta, me bajo de la escalerilla y voy hacia el mostrador.

—Hola Merlín, vengo por el chisme — habla Yaneth acercándose a mí.

Siempre tan chismosa mi amiga.

—Se fue, me dijo que se iba para darme tiempo y así no presionarme a que me enamoré de él — respondo mientras amarro mi melena suelta en una coleta baja.

—No puedo creerlo, aunque lo entiendo, no debe de ser fácil ser rechazado por la persona que amas.

Camino con rumbo al ventanal que da hacia la calle para ver si no viene el señor Jorge, ya que salió a hacer unos pagos. Si me encuentra en el chisme con Yaneth me regañará y no es que eso me importe, si no que me amenazo con descontarme mi sueldo.

—Yo no lo rechace, solamente le dije que no lo amaba — agarro una silla y me siento a su lado.

—Aquí y en China eso es rechazarlo — me regaña mi amiga.

Yo niego, para mí eso no fue rechazarlo sólo fui sincera con él, realmente no hago el intento de contradecirla ya que no me siento con ánimo de comenzar una discusión para ver quien tiene la razón.

Yaneth de su mochila saca una bolsa de papitas sabor queso, aquí está prohibido comer, pero es algo que nunca nos ha importado, no es la primera vez que comemos a escondidas.

—No puedo creer que falta menos para salir de la prepa, y aún no decido si quiero entrar a la universidad — echo a mi boca unas 5 papas al mismo tiempo.

Ella me quita la bolsa de comida chatarra y agarra un puñado.

—Estoy nerviosa se acerca la fecha de hacer el examen de admisión y todavía no sé si quiero estudiar literatura o enfermería — habla.

—Pues yo no sé que es peor, si las letras o ver enfermos, imaginate que esté una persona enferma y de repente te vomite encima, que asco — respondo viendo a la ventana.

En ese momento veo que se aparca en la acera el auto de don Jorge, rápidamente me levanto a la vez que Yanis guarda en su mochila la bolsa de Sabritas y sacude las boronas de su camiseta.

A Yaneth le aviento uno de los libros de texto de historia, ella lo atrapa y lo abre fingiendo estarlo leyendo.

Mi jefe entra a la biblioteca. Mi amiga y yo guardamos silencio fingiendo que nada ha pasado.

—Yaneth, el libro está al revés y hay una papita tirada en el piso, ya saben las reglas del lugar — le dice a mi amiga quien deja el libro sobre la mesa.

Como siempre Yaneth y su torpeza.

Don Jorge deja las llaves de su coche encima del mostrador y voltea a verme, no le tengo miedo, solo respeto como la persona mayor que es.

—Merlín tengo algo que proponerte, si me haces un favor no te descuento tu sueldo — habla mi jefe.

Sin pensarlo acepto, no es como que me descuente demasiado, casi siempre son 200 pesos, pero eso es una cantidad importante.

Tú, ¿Mi hermanastro?  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora