Dos

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Estamos todos sentados mirándonos las caras pero Christine tiene algunas cosas que decir y eso es algo mucho más que un avance.

-Sé que tú debes saber esto mucho más de lo que yo debería- dice pero hace una pausa antes de continuar -¿Sabes quién en Nathaniel?- asiento y miro a Elisa, la última vez que lo vimos había quedado prácticamente muerto a manos de la McQuoid menor.

-Si, como no saberlo- afirmo a lo que ella me está diciendo –Recuerdo que lo vimos una última y fue cuando nos dirigimos a la cabaña- recuerdo pero ellos se quedan un poco pensativos.

-Cierto, pero esa no fue la última vez- alterno mi mirada hacia ellos y Elisa tiene la confusión en sus ojos tanto como la mía.

**

Dos semanas antes.


Casa de Jáuregui.

Camila

-¡Dios sí!- estoy gimiendo mientras siento las manos de Lauren apretar mis caderas mientras me sube y me baja. Ella está acostada y yo estoy encima de ella, su pene tan dentro de mí que me hace delirar. Dejo caer mis manos a su abdomen y me ayuda a tomar impulso y hacer suaves movimientos circulares mientras aprieto más su miembro.

-¡No juegues sucio!- me reclama el mientras palmea mi muslo. Sus ojos se cierran y la siento tensarse, admiro como al apretarla dos veces más la vena de su cuello se marca.

-No estoy jugando sucio cariño- sigo con mis movimientos mientras la siento a ella tan perdida en el deseo. Me bajo hacia su rostro y le beso su cuello, luego su mandíbula y también su barbilla. Ella me toma de mi trasero y lo aprieta a su gusto logrando detener el movimiento de mis caderas y ella marca ahora el ritmo. Quiero quejarme pero cuando estoy por decirle algo siento como ha sacado todo su miembro y lo vuelve a meter de una sola estocada.

Mi boca se abre y ella me toma en un beso desastroso. Le estoy gimiendo en sus labios mientras su sonrisa arrogante es lo que veo en un destello cuando abro un poco mis ojos.

Me dejo caer en su caliente cuerpo dejándome hacer lo que el desee, beso su cuello y cerca de su oído.

-¡Más, por favor más!- siento mis labios secos pero ella no se detiene y en la misma postura me da estocadas fuerte llevándome a un clímax tan alto que siento que le he desgarrado el tímpano. Pero aunque creo que lo he hecho, ella lo único que hace es girarnos y terminarse de vaciar dentro de mí.

-¡Joder!- jadea mientras termina y se dejar caer en mi pecho.

Mis ojos se están cerrando mientras le acaricio su espalda, estamos sudadas pero eso es lo de menos, sé que cuando tome fuerzas ella querrá volver a empezar y me encuentro ansiosa porque eso sea lo que pase, nadie me dijo que el celo durara tanto, pero es mas ¿Los vampiros entramos en celo junto a los lobos? Mejor no lo racionalizo y me dejo llevar por el placer de mi loba.

-Nos casaremos en dos semanas- asiento besando su frente cuando el alza su cabeza y me mira. Paso mi mano por el lateral de su rostro con total suavidad.

-Nos casaremos, señora mandona- alzo mi ceja y ella entrecierra sus ojos con reproche. Sonrió pero la tomo de las mejillas haciendo que ella suba y se deje caer a mi lado.

Ambas nos enfrascamos en un beso lento y suave, no hay desesperación. Siento su lengua tocar la mía y mis dientes morder sus labios, me sonríe en medio del beso, paso mi mano por su pecho y luego a su cuello.

La venganza de la dama Millonaria (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora