La venganza de la dama Millonaria (Camren G!P)

18

Lauren Jáuregui

Me levanto de los brazos de Camila, tengo entendido que pase toda la noche acurrucada a su regazo, no me he querido apartar de ella desde que desperté, aún estoy desnuda cuando me he girado para mirar hacia el techo de la habitación.

Dejo salir un suspiro de alivio cuando giro mi cabeza y veo su rostro plenamente dormido, algunas marcas en su rostro me hace saber que quizás lo que ella vivió para que yo esté aquí no fue nada bueno, y con solo pensar que Nathaniel está en la casa, muerto, me hace saber entender algunas situaciones.

Estoy segura que mi chica y mi manada la han pasado fatal. Mi erección esta en toda su esplendor porque estoy más que segura que no bajara, estar cerca de mi luna es tener una erección constante. No pensé que lograría tener mi pene tan duro, nunca lo pensé hasta que la tuve en mis brazos mientras peleaba por todo lo que daba al mismo tiempo que quería rasgar mi garganta.

Mi chica es una luchadora y la amo muchísimo más por eso. Su brazo se posa en mi abdomen y siento un beso en mi cuello.

-Buenas...- no me dice nada mas –Buenas no sé qué- aquello me hace soltar una risa, no sé qué hora es y si pudiera no me levantaría de esta cama, que es tan suave como la nuestra solo porque ella está a mi lado. Su mano baja hasta mi ingle en donde está la V que lleva a mi erección, pero aunque aprieto mi mandíbula no la detengo.

Escucho su risita en mi cuello, entrecierro mis ojos cuando ella sube su mano a mi pecho y ahora pone su pierna encima de mi erección.

-Camila- siseo apretando mis labios y entrecerrando mis ojos cuando ella sube y baja su pierna.

-Victorias es lo que siempre consigo- la siento tomar impulso y acostarse encima de mí. Sus pechos se presionan en mi pecho y siento mi barbilla rozar su frente, ella besa mi pecho y mis manos van a su trasero para mantenerla en su puesto.

-¿Te he dicho que te amo?- le pregunto con suavidad pero ella niega –Mentirosa- escucho su risita.

-No, en las últimas horas no me has dicho te amo, ni has logrado que diga que soy tuya, tengo resistencia ¿Verdad?- alzo mi ceja cuando ella pone sus dos manos encima de mi pecho y allí apoya su barbilla para mirarme.

-Eres más fuerte que los demás ¿Lo sabes?- le pregunto y ella asiente.

-Lauren- su voz es suave para una mujer tan tenas como ella –No me vuelvas a dejar, por favor- la súplica que está en su voz hace que mi corazón se rompa, el crujir de él es tan fuerte que lo único que puedo hacer es abrazarla fuerte a mí.

-No mi amor, prometo que no- le hago la promesa aunque estoy segura tanto como ella, que algunas cosas siempre se nos escapan de las manos.

-Te amo, imbécil- palmea mi hombro y me aparta sentándose en mi regazo -¿De cuántos días era nuestra luna de miel?- me pregunta mientras toma mi erección, aprieto mi mandíbula mientras ella la toma y la masajea, pero cuando está por comenzar a bajar por toda mi erección, el toque fuerte de la puerta hace que ella caiga hacia atrás soltándola de sus manos.

Ella cae de trasero entre mis piernas y yo me levanto de golpe para tomarla de sus brazos y sentarle en mi regazo mirando hacia la madera.

-¡CAMILA!- la voz de Elisa nos saca de la angustia -¿SIGUES VIVA LUEGO DE TANTO SEXO?- me giro para ver a Camila recostar su cabeza en mi hombro -¡LOS VECINOS ESTAN HARTOS DE ESCUCHAR RUIDOS SEXUALES!-

-¡CALLATE!- le grito yo porque mi esposa no ha levantado la cabeza de mi pecho.

-¡Y POR VECINOS QUIERO DECIR YO!- vuelve a gritar.