Camila Cabello
Estoy junto a Lauren que vamos hacia la habitación, cada uno de los chicos han decidido comenzar a descansar, nos aseguramos que Susan y Jang estuvieran en su habitación, Christine luego de hablar con Cristian se fue junto a Katherine justo al mismo momento en que Elisa entro al cuarto de Cristian.
Vice está usando uno de los cuartos disponibles al igual que Ann, cada uno de ellos tienen sus cuartos equipados con su baño integrado para que estén más cómodos, y ahora nosotras luego de hacer que los diez lobos terminaran ubicados estamos de camino a nuestra habitación principal.
-¿Tienes sueño?- me pregunta Lauren. Le alzo una ceja y sonrió negando –Yo tampoco- se encoge de hombros-
-Soy una vampira, dormir no está en mi cuerpo aunque puedo descansar solo breves momentos pero quizás tantas horas no es algo con lo que estaría cómoda- le digo tomando su mano a mitad de camino a la habitación.
Abrimos la puerta y vemos todo el desastre.
-¿Sabanas nuevas?- le pregunte y ella sonríe hacia mí, va hacia la parte superior del armario mientras yo saco todas las sabanas de la cama, ella llega con nuevas y comenzamos a ordenarlas –Creo que debemos comprar un nuevo colchón para la cama, no creo que acostarse sobre sangre seca sea bueno- comento con gracia, Lauren se ríe y arruga su nariz porque sabe que en parte es suya.
-Sí, creo que podemos hacer eso- me responde sin alzar su cabeza -¿Puedo hacer una pregunta?- asiento aunque no la estoy mirando por cambiar las fundas de las almohadas -¿Mi casa tiene algo que no te gusta?- su pregunta me deja un poco intrigada pero niego.
-Quizás cambiaria algunas cosas, pero me agrada- me encojo de hombros cuando veo como todo hecho por las dos es más rápido de culminar –Necesito que me ayudes alzar la cama para poder sacar la alfombra que tiene la sangre de Cristian regada- le digo y ella va hacia mi lado y me ayuda.
Cuando tenemos todo lo que está lleno de sangre en un rincón metido en una bolsa negra es cuando decidimos que nuestro momento de ducharnos es ahora.
Ella se queda acostada mientras yo tomo mi ducha rápida y luego es el turno de ella, ambas estamos fresquitas y relucientes, olemos delicioso pero cuando nos acostamos y comenzamos a mirar el techo nos embarga un silencio.
-Camila- dice mi nombre suave, ella se gira a mirarme pero nos quedamos así, paso mi mano por su costado –Tengo hambre- me dice con una sonrisa.
-No soy tu sirvienta- alzo mi ceja con gracia, ella suelta una carcajada –Vamos- quito la colcha que me cubre y ella hace lo mismos, salimos del cuarto ambas en pijamas y el silencio en la casa es amplio.
-¿Tenemos comida?- me pregunta y yo me encojo de hombros.
-Nos resolveremos pero...- mis palabras quedan a medias cuando Lauren besa mi cuello.
-Un cambio, comida por mi sangre- ahora soy yo quien sonríe en su dirección y con más entusiasmo es que vamos a la cocina. Cuando llegamos algunas cosas están bien destrozadas pero le restamos importancia.
-Es también un buen momento para remodelar esta cocina- le digo por encima de mi hombros buscando en el refrigerador que hay para hacer, veo el frezzer que está lleno de carnes y quizás sea eso lo que le puedo preparar, no creo que Lauren sea una mujer complicada a la hora de comer.
-Creo que si- me dice con suavidad ayudándome a buscar la comida con la que acompañare la carne.
Le preparo un filete con papas salteadas, espárragos y una salsa suave para lanzar por encima. Ella se sienta en el taburete frente a mí que solo estoy observándolo devorarse la comida.
-Revivirte te ha de tener hambrienta por como estas comiendo- ella gruñe pero no deja de masticar, le lanzo el resto de las papas y ella come como si no hubiera comido en décadas -¿Te gusta?- Lauren asiente pero no deja de comer, alza su cabeza con una sonrisa y le paso una servilleta.
-Asumo que eso es un si- ella sonríe mientras lleva su plato vacío al regadero y lo lava. Me quedo mirándole mientras toma un poco de agua y luego se sienta a mi lado.
-Estaba delicioso- me dice dejando un beso en mis labios -¿Cómo es que no sabía que cocinabas tan delicioso?- me pregunta con más entusiasmo del que debería y yo le restó importancia.
-No soy cocinera particular de nadie- me levanto caminando de nuevo hacia las escaleras, ella me toma de la cintura y me gira para lanzarme por encima de su hombro e ir corriendo a nuestra habitación, abre la puerta y la cierra antes de lanzarme a la cama.
Suelto un grito de sorpresa cuando ella se sube encima de mí y sus codos están a mis costados como suele hacer cuando estamos solas.
-Gracias por la comida- asiento con una sonrisa pasando mis manos por sus mejillas –Pero debemos dormir- vuelvo asentir dejando un beso en sus labios.
Es suave y tranquilo, es ligero y tierno para dos personas como nosotras. Siento el toque de su lengua rozar con la mía antes de morder su labio. Sus manos acarician mi cabello con total suavidad como si no quisiera romperme, como si lastimarme no está en sus planes.
Ella deja suaves besos por toda mi mejilla hasta mi cuello, esta acción deja al descubierto el suyo, yo lo tomo de sus mejillas y acerco mis colmillos a su cuello, su sangre es dulce en mi paladar y muy adictiva, ella se queda encima de mí durante un momento hasta que me aparto.
Limpio el lugar que había mordido y Lauren no aparta su mirada de mí, tiene algunas preguntas por como su ceño se frunce.
-¿Cómo sabes cuándo detenerte?- me pregunta, la duda está en su tono de voz, ella se baja y se recuesta a mi lado, yo paso mi brazo por su torso y llevo mi cabeza a su pecho para tenerla aún más cerca de mí.
-¿Cómo es que no consumo toda su sangre y ya?- le pregunte y ella asiente –Cuando tienes a tu compañero lo cuidas y lo amas, pero sobre todo tratas de que permanezca a tu lado, así que no debes hacer algo para dañarlo- me encojo de hombros, ella deja un beso en mi frente –No pienso hacer algo que te dañe-
Ella se queda en silencio pero puedo escuchar el sonido de su corazón desacelerándose, subo una de mis piernas a las suyas y siento como poco a poco ella se queda dormida mientras que yo luego de unas horas es que consigo conciliar el sueño.
**
Lauren Jáuregui
Me despierto con el sonido de la alarma, froto mis ojos mientras veo a Camila mirando por la ventana, técnicamente está sentada en el borde mirando hacia afuera con un abrigo puesto.
-¿Llevas rato allí?- le pregunto, ella se gira con una sonrisa y niega.
-Una hora quizás, me gusta como se ve la noche- me dice con suavidad mirando de nuevo hacia la noche detrás de la ventana –Esta noche en particular está muy hermosa-
-Madrugada- le digo con algo de burla, ella me lanza un calcetín que llega a mi cabeza, estoy riéndome mientras busco en mi closet que ropa usar hoy.
Ambas estamos vistiéndonos cuando sentimos un toque en nuestra puerta, Camila la abre y veo a Elisa y Ann paradas allí, cuando asomo mi cabeza veo a Christine y Jang parados un poco más alejados de ellas y quizás detrás de ellos esta Vice con los otros diez hombres lobos.
Camila termina de salir y yo detrás de ella. Todos vamos caminos hacia la puerta.
-¿Cómo están Susan y Kathe? ¿Cristian?- hago las preguntan antes de cerrar la puerta con ellos dentro de la casa.
-Dormidos, creo que necesitan un buen descanso luego de todo el drama que han vivido- dice Christine parándose a mi lado. Asiento hacia ella y veo como la noche esta estrellada y tal cual como lo dijo Camila, esta noche es hermosa.
-Una madrugada preciosa, una madrugada que guardara algunos recuerdos de este día- dice Ann llevando sus manos hacia los bolsillos de su abrigo, veo a Camila que asiente aunque no me esté mirando.
-Puede que este día seamos libres, puede que sea nuestro día- me dice, y con aquella confesión zarpamos nuestra aventura.
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La venganza de la dama Millonaria (Camren G!P)
FantasyLauren y Camila estaban teniendo una buena racha en los últimos meses al estar juntas. Su boda soñada estaba en marcha tanto como la alfa deseaba, pero justo al dar el sí y poder besar a su amada vampira, Camila Cabello. Una bala atraviesa su cuerp...