Veinte

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Elisa McQuoid

Estamos todos sentados en el living pensando cual es el próximo movimiento y aunque ya lo tenemos pensado, es más que obvio que solo nos falta saber cuál será nuestro próximo movimiento. Necesitamos poder tener ya un descanso y paz a nuestras vidas, vivir de esta forma ya no es lo que uno espera, necesito descansar, necesitamos descansar.

Los dejo a todos hablando porque sé que ellos pueden hacerlo sin mí, decido que Cristian es una buena escapatoria pero antes decido que quizás pueda tomar algo de la comida que había dejado Susan lista, encuentro algunos sándwich listos rellenos de jamón, tomo dos y decido que ellos servirán para llenar un poco mi estómago.

Doy el primer bocado y lo encuentro placenteramente delicioso, voy hacia las escaleras y luego hacia el pasillo, paso puertas tras puertas mientras que uno de mis sándwich ya es solo parte del pasado, empiezo a comer el segundo cuando llego a la puerta, dejo salir una bocanada de aire porque sé que quizás vuelva a estar triste por lo que está sufriendo Cristian.

Entro y lo veo aun allí, doy la vuelta y llego al otro lado de la cama, me acuesto allí mientras termino de comer y limpio la comisura de mis labios.

-Te has perdido varias cosas- le digo mientras estoy mirando hacia el techo –Nathaniel murió, incluso lo incineramos para asegurarnos de que no lo revivan ¿Puedes creerlo? Ese imbécil siempre me había caído mal- me encojo de hombro y cuando giro mi rostro hacia Cristian, él está mirándome.

La sonrisa está en sus labios, el color en ellos es opaco pero están allí, la alegría en mi cuerpo es mucha pero sorprendentemente no he saltado de la cama, estoy en calma.

-Es un placer escuchar eso- me dice, la voz más ronca por el tiempo que ha estado allí.

-¿Quieres un poco de agua?- le pregunto con suavidad, no creo que un grito o el escandalo sea lo que el necesita ahora. Me levanto de la cama y voy al baño más cercano y busco como llevarle agua, lo hago y vuelvo a cerrar la puerta detrás de nosotros.

Él se sienta con algo de dolor por como se refleja en su rostro, él toma un poco de agua pero no deja de mirarme.

-¿En serio murió Nathaniel?- asiento, el me pasa el vaso.

-Para revivir a Lauren- sus ojos se abren y alza las cejas –Ella ya vino a verte pero ha querido que reposaras ¿Desde cuándo estas despierto?- le pregunto con una sonrisa pasando mi mano por su frente.

-Desde hace unos minutos, pero no quería ser más molestia- niego con una sonrisa y lo ayudo acostarse.

-Creo que lo mejor que puedes hacer ahora es recostarte y dejar que los demás actúen hasta que todo termine o por lo menos hasta que estés mejor para levantarte de la cama- el asiente y no deja de mirarme.

-Lauren está viva ¿De verdad?- su pregunta me hace saber que tiene ese sentido esperanzador.

-Si cariño, todo lo que hicisteis por cuidarlo valió la pena, Camila nos mandó para acá y creo que incluso eso fue lo que te salvo, si ella no lo hubiera hecho quizás no estaríamos aquí hablando- mi sonrisa es triste.

-Tenía que cumplir las órdenes de mi alfa- dice con total determinación.

-Y lo hicisteis y gracias a tu determinación, estamos aquí- paso mi mano por su cabello –Y estamos agradecido por ellos, Camila lo está al igual que Lauren, al igual que todos- el cierra un poco sus ojos descansando un poco, aún está débil por toda la sangre que había perdido.

La venganza de la dama Millonaria (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora