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Elisa McQuoid

La habitación en donde tenemos ahora a Cristian es bastante agradable, quizás no para mi mitad vampira, pero para mí mitad humana y para su parte lobo es bastante agradable. El sol y la vitamina que puede recibir de él, quizás le ayude.

No necesito que este encerrado en un cuarto casi oscuro como es el de Lauren, aunque estoy segura que es oscuro por otras razones más alejadas a que mi amiga sea una vampira.

Camila había prometido que vendría lo más pronto posible luego de quitar mi mascada y guardarla, estoy tratando de creer que el retraso se puede deber a otras cosas y no a que ella ha vuelvo a ser la mujer cautiva que era antes.

Ella es una Vampira pero aun en su rostro el rastro de golpes es evidente, no podemos ir por la vida estigmatizando a los vampiros solo porque salió la película de Crepúsculo, aunque algunos si están bien sexys en esa película.

Pero como tal, algunas cosas son evidentes, ella estaba bastante golpeada y cansada, tener tu mente siendo usada por algo que no es tu voluntad debe agotar, y más cuando te das cuenta que te están usando para hacer el mal y no para mejorar.

Termino de abrir las cortinas y aun con algo de malestar salgo de la habitación luego de dejar un beso en su mejilla, acaricio su cabello y con algo de dolor termino de irme.

Bajo hacia la cocina y veo a Susan en ella.

-¿No deberías descansar?- le pregunto pero ella se gira riendo.

-Claro que sí, pero estar de esa forma me consume mucho más de lo que crees, pequeña Elisa- ella se gira y deja un plato de cereal con leche.

-¿Crees que solo puedo comer eso? Si puedo, pero espero mucho más- suelto con una sonrisa mientras me siento en la pequeña isla que aún sigue intacta, porque ya el comedor es parte del montón de leña que se puede usar para encender la chimenea.

Estoy comiendo y veo a Christine llegar junto a Katherine, la mujer me mira y me da una sonrisa antes de sentarse a mi lado.

-¿Carne?- le pregunta Susan a Christine y esta asiente.

-¡Hey! A mí ni me preguntaste- me cruzo de brazos pero saco una mano para seguir comiendo mi cereal.

-Creo que tu no necesitas tener tu estomago a reventar- niego entrecerrando mis ojos hasta que entra mi madre y golpea la parte de atrás de mi cabeza.

-¿Cómo esta Cristian?- me pregunta, ella me había mandado a verlo luego de que Jang lo cambiara de habitación.

-Mucho mejor que Lauren, de eso estoy segura- mi madre niega girando sus ojos casi por golpearme de nuevo. –Lo siento- digo mirándola de reojo pero Susan si se giró para poder reírse. Ella me mira por encima de mi hombro y me guiña en confidencia.

-¿Nunca pierdes el sentido del humor?- me pregunta Katherine y me giro a mirarla.

-¿Debería? Ya estamos pasando por mucho estrés como para perder lo único bueno que nos puede sacar una sonrisa en este momento ¿No crees?- golpeo suave su hombro y ella siente con una sonrisa.

-Espero no le des muchos problemas a Christine- me dice devolviendo el golpe y la pelirroja alza su cabeza.

-Me los da, créeme- entrecierro mis ojos con ganas de querer golpear su cabeza pero me contengo por ahora.

-Ya me vas a querer para que sane tus heridas- digo llevando mi mano junto a la cuchara del cereal a mi frente como damisela en apuros.

-Tengo a mi mujer- ella apunta con el tenedor a Katherine.

La venganza de la dama Millonaria (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora