Veintiséis

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Perdón se me olvida colocar eso jajaja


Camila Cabello

Elisa está en el suelo, ella está retorciéndose de dolor, sus piernas y brazos están tomados dejándola en posición fetal como si eso le impidiera que la electricidad no entre, pero todo conocedor sabe que la magia y la electricidad también son enemigas, y ahora es más seguro que puede llegar a ser mortal en el cuerpo de ella.

-Camila- murmura con suavidad cuando sus ojos se abren, puedo ver como el morado pasa a verde y luego a rojo, sus ojos se quedan en allí sin apartarlos de mí, agito mis brazos aunque el dolor es más grande de lo que puedo expresar, alzo mi cabeza para ver las sogas que están por terminar de enrojecer más mis muñecas que ya están al rojo vivo como las de Elisa.

Veo como hay un pequeño taburete de madera al lado de una pequeña mesita. Tomo la bocanada aire, el rasgado de mi abdomen duele y a medida que lo aprieto siento como la sangre sale de él, mi rostro duele pero ella me necesita.

El aire en mis pulmones están intacto antes de cerrar mis ojos y comenzar apretar más mis manos, el dolor aumenta en las partes de mi cuerpo que están cada vez más sensibles. Pero aunque lo intento siento que no estoy haciendo nada mientras ella está retorciéndose hasta el punto de ver como sus ojos están cerrándose.

Todo queda en el instante en que miro hacia arriba de nuevo y vuelvo a ver la soga, ella tomo impulso para subir casi todo su cuerpo, así que si ella pudo entre su dolor yo también puedo. Otra bocanada de aire es tomado en mi cuerpo antes de abrir la palma de mi mano y tomar la soga con ella, mi palma está cortada.

El forcejeo para que no me tomaran ni a Elisa fue el causante de que me cortaran mi abdomen y las palmas de mis manos, no tengo zapatos y creo que Elisa no se había percatado que ella tampoco tenía, la razón principal es por la que ella está en el suelo sufriendo.

Siento el dolor cuando mi mano se cierra en la soga y aún más cuando tomo el impulso para poder subirme, la fuerza no es algo que pueda tener ahora, pero creo que el restante de ella puede servirme, debería por lo menos para soltarme o romper la soga.

Doy un último vistazo a Elisa que ahora ya tiene sus ojos en amarillo lo que está dejando claro que sus signos vitales están descendiendo, cuando lleguen a grises es significado que ha perdido la vida.

Y eso jamás pasara, no mientras mi último aliento siga dentro de mi cuerpo.

-¡Ahhh!- es el grito que sale desde mi interior cuando tiro de las dos partes de la soga, la que mi mano derecha tiene tomada desde arriba y la mano izquierda desde abajo, cuando las halo con fuerza se rasga el centro y mi cuerpo cae de golpe al suelo.

El impacto es tan duro como el de Elisa y el sonido es similar, mis piernas duelen y casi no puedo moverlas como mis manos, pero al soltar la soga y no mis muñecas ha causado que mis manos sigan atadas en las sogas dejándolas unidas.

Aunque mi única preocupación es poder levantar a Elisa antes de que sus fuerzas se terminen agotando.

La fuerza de la corriente comienzan a subir por mi cuerpo, el dolor crece a medida que corro hacia Elisa, sé que estoy a punto de desfallecer pero primero necesito que ella este en alto, alejada de toda la humedad del agua esparcida por toda la habitación.

-¡Aquí estoy!- suelto con rapidez, sus ojos no se apartan de los míos, sus labios están blancos y secos aunque el agua la esté rodeando.

Aun con mis manos atadas tomo sus antebrazos tratando de unirlos y comienzo arrastrarla, pero su peso es más que lo que yo puedo halar. El dolor atraviesa tantas partes de mi cuerpo.

La venganza de la dama Millonaria (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora