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Elisa McQuoid

Mi cuerpo no da más, siento un hocico girar mi cuerpo y me hace quedar mirando la inmensidad de los árboles.

¿Por qué nadie me dijo que eran tan altos? ¿Qué la luz entre ellos es solo un destello? Veo el suave azul colarse entre ellos con un suave brillo color amarillo de que quizás el sol quiere aparecer.

Mis lágrimas bajan porque ahora no sé qué hacer ¿Qué se supone que debo hacer? ¡¿Qué?!

Siento como alguien pasa su mano por mi mejilla y me deja en un estado deplorable por la dulzura de su mano entre toda la sangre que tengo regada por el rostro.

Cuando me dispongo a girar veo a Christine a mi lado, creo que desde que la conocí realmente aquel día en el bosque cuando pensé que me raptaría, se volvió más indispensable en mi vida de lo que pensé. Ella ha estado tanto para mí en todo esto de lo que yo llamo desastre emocional de lo que pensé.

Camila es capaz de entender cada una de las circunstancias, pero Christine está allí sin importar que mi mundo se derrumbe mientras veo alejarse a mi mejor amiga. Dejo caer mi cabeza al costado y ella tiene una sonrisa triste en su rostro.

Jang se sienta cerca soltando un quejido y Vice que aunque es un chico moreno, está escupiendo sangre como si fuera saliva. No sé en dónde está mi madre hasta que siento otro ruido casi a mis pies dejándose caer.

Como puedo me siento y Christine a mi lado, nos vemos entre todos y luego hacia donde se la llevaron.

Mis ojos se cierran porque ahora miro hacia el frente y entre todo a la nada, estamos entre arboles con el reflejo de una suave luz de que es de día, sentados en la tierra húmeda, hojas secas mojadas y sangrando, por lo menos yo lo estoy. Creo que Christine tiene fracturas como mi madre y Jang, pero ella casi no se queja aunque sé que le debe doler demasiado.

-Los lobos tienen la posibilidad de curarse un poco más rápido aunque siempre tarda- suelto aquello y siento la mano de la pelirroja en mi hombro.

-Deja se ser fuerte, no siempre debemos aparentar lo que no somos- asiento haciendo una mueca para restarle importancia pero al final todos sabían que no lo era.

-No sé qué hacer, ya no sé qué hacer- es lo único que digo mirando hacia ella porque eso es lo único que está pasando por mi cabeza ahora.

-Camila me dijo que volviéramos a casa, que los llevara de vuelta a casa- ella dice pero yo niego mirando hacia el espacio vacío y oscuro por donde se la llevaron.

-Allá esta ella- Apunto hacia el lugar alejado -Allá esta quien puede revivir a Lauren- dejo salir un suspiro como tratando de creer mis palabras, necesito creerlas.

-Sé que esta allá, pero ella me pidió llevarlos a casa. Solo creo que es necesario hacerlo- me dice pero yo niego, llevo mi mano a mi frente.

-¡Ouch!- suelto con dolor, cuando alejo mi mano veo toda la sangre derramándose por mis dedos.

-Creo que es necesario- ella se levanta y me ayuda a levantar, su brazo bueno se mete debajo de mis brazos y me ayuda.

Caminar es algo tan difícil en este momento que incluso el dolor que siento no puede apaciguarlo. Veo como Jang ayuda a mi madre a poder caminar todo el trayecto, todo es mucho más lento porque ahora estamos yendo a pie, los lobos no tienen fuerza para poder transformarse y tampoco se los exigiría.

Caminamos mucho hasta que la luz comenzó a caer y la noche hizo acto de presencia, miramos unos kilómetros más allá y nos encontramos con la cueva en donde nos refugiamos tiempo atrás.

La venganza de la dama Millonaria (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora