XVI

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Elisa McQuoid

Estoy en el suelo sosteniendo la cabeza de Camila, su cuerpo está bastante inerte para ser una mujer que ha estado corriendo de un lado a otro y golpeando gente a diestra y siniestra en donde me incluyo.

Pero el gutural sonido de los zapatos cayendo en el suelo y la fuerte y grave voz de la mujer ya de pie nos tiene a todos temblando.

Sus pisadas son rápidas y violentas antes de saltar la mesa en donde estaba acostada y ahora está prácticamente quitándonos de en medio. Veo a Lauren caer de rodillas al suelo junto a Camila, ella sigue perdiendo sangre por su nariz lo que me parece curioso pero no sorprendente.

Sus grandes manos están pasándose por el cabello de ella acariciándola como si eso la hiciera despertar.

-Necesito que te calmes, ella está bien- habla mi madre levantándose del suelo y llevándola a Lauren con ella. Ella no pone resistencia pero toca su pecho en donde está la sangre seca, luego baja su mirada y cierra sus ojos.

Cuando los abre hay un fuego interno que se ven en sus ojos y más cuando observa que Nathaniel esta acostado muerto en la otra mesa, tarda solo unos segundos en darse cuenta de todo y luego mirar a todos alrededor, su mirada es curiosa por la cantidad de gente que ahora está en el sótano de su casa, pero aunque todo es extraño ella se queda en silencio y cae de nuevo al lado de su Camila, su esposa.

-¿Qué paso?- pregunta con suavidad mientras toma la mano de Camila y con su otra mano limpia la sangre de su rostro.

-Te mataron el día de tu boda, creo que eso ya lo sabes- le digo y el asiente tocándose brevemente el lugar –Han pasado muchas cosas Lauren, más de las que crees pero creo que aún no es momento para charlar sobre todo el desastre que nos ha pasado- el asiente pero se queda mirándome, lleva su mano a mi cabeza y niega.

-Debí estar con ustedes, debí protegerlos- baja su cabeza y golpea el suelo.

-Hiciste lo que pudiste en tu momento, luego le toco a ella actuar. Los papeles se invierten pero ahora estas aquí- llevo mi mano a su hombro.

-Pero ¿Y ella?- pregunta mientras toma una de las manos de ella que aun están entre negro bajando a tonalidades de grises.

-Ella paso una alma a tu cuerpo por medio de su cuerpo, ha perdido energía en solo ese trámite y ha consumido mucho más por todo lo que le ha tocado pasar para llegar hasta este momento- dice mi madre y ella asiente, estoy consciente de que ella no entiende mucho de lo que le estamos diciendo pero lo está tratando.

-¿Puedo?- me pregunta con total suavidad y nosotros asentimos, ella mira por encima de nosotros y está buscando a una persona pero luego me mira -¿Y Cristian?- me pregunta cuando está metiendo a Camila en sus brazos para poder cargarla al estilo nupcial.

Mi rostro se baja y dejo salir un suspiro.

-Hizo lo que pudo por protegerte como se lo ordeno Camila- señale a mi amiga que está en sus brazos –Pero esta recuperándose, aun no despierta pero aun mantengo la esperanza de que lo hará- digo con fuerza y voluntad mientras ella gruñe, no es tan alto porque estoy seguro se debe a que lleva a Camila en sus brazos.

-Cuando ella despierte hablaremos y espero una explicación de todo lo que ha pasado- nos dice con calma y asiento no queriendo contrariarlo –Quiero hablar con todos- mira a la habitación entera y se ha dado cuenta que todos los que estamos aquí tenemos vendas, heridas y sangre regada por nuestras prendas y piel.

-Si estaremos aquí esperándote para hablar y poder explicar un poco- le responde Christine, el detiene su mirada en ella y asiente.

-Y no cometeremos el mismo error dos veces, así que quiero que lo tomen a él y lo suban a una de las habitaciones, es mejor no dejarlo aquí para que vuelva a ser robado, necesito que lo hagan que cuando pueda salir del cuarto, el será cremado- todos asentimos a lo que ella nos dice y ordena.

Se gira y sale a grandes zancadas del sótano con Camila en sus brazos, todos nos quedamos allí mirándole irse.

-Creo que ha vuelto la alfa- digo llevando mis manos a mi cintura.

-Sí, ha vuelto-

**


Lauren Jáuregui

Estoy de camino a la habitación principal, Camila aun no despierta y su rostro esta acunado en mi pecho, justo donde debe estar. Tengo la ropa blanca aun llena de sangre y eso me tortura, aún tengo el leve destello de que algo está allí, pero ella lo hizo.

Camila hizo por mí lo mismo que yo por ella, ella arriesgo su vida y aunque me estoy perdiendo mucho, espero que ella en algún momento junto a los demás pueda ponerme al tanto, pero ahora solo quiero estar al lado de mi esposa.

Al lado de la Señora de Jáuregui.

Su rostro esta amoratado en algunas áreas pero son leves, trato de volver a limpiar su rostro de la sangre que sigue corriendo, espero poner mi cuello cerca de ella para que consuma toda la sangre que ella quiera de mí y que su recuperación sea rápida.

Pero creo que me he superado a mí misma cuando veo la habitación, hay sangre en el suelo regada y la cama también tiene un pequeño charco de sangre en ambos extremos.

No sé qué ha pasado pero todo tendrá solución, creo que lo mejor es salir de aquí e ir a otra habitación, sigo con ella en mis brazos hasta abrir la puerta de una de las tantas habitaciones despejadas. Doy una patada parta cerrar la puerta y la dejo en la cama.

El clic del seguro suena antes de girarme y verla de nuevo al apartar mis manos del pomo, yo voy despojándome de mis ropas, todo lo que un momento era lleno de felicidad término por ser un desastre, un gran e inmenso desastre. Tiro todo al suelo, cada una de las prendas blancas hasta llegar a quedas en ropa interior.

Me quito mi bóxer y entro al cuarto de baño, me veo en el espejo y tengo la marca en mi pecho, me giro a verme la espalda en el espejo y evidentemente por allí entro la bala y por mi pecho salió.

Dejo salir un respiro de resignación y entro a la ducha, me quito toda la sangre seca, enjabono mi cuerpo lo mejor que puedo hasta que quedo limpia, no quiero tardar nada pero quizás estar limpia para cuando ella despierte no está mal.

Salgo y me enrollo en la toalla, doy un vistazo a la cama y ella sigue allí. Arreglo mejor mi cabello antes de salir del cuarto de baño, busco entre los cajones y encuentro un pantalón corto deportivo y un sujetador también deportivo, me lo coloco y me acerco a ella.

Comienzo a sacar su ropa llena de sangre hasta dejarla en ropa interior, no quiero que ella se asuste o algo por el estilo así que me acuesto a su lado y la atraigo hacia mí.

Ella se remueve en mis brazos buscándome aunque aún no despierta, yo la abrazo y dejo que el calor de mi cuerpo la resguarde, no volveré a dejar que esto pase, yo solo debo estar con ella. Con mi mate, con mi luna, con mi vampira, con el amor de mi vida.

Dejo un beso en la coronilla y la apretó más en mis brazos, siento que ha pasado una eternidad desde que la escuche gritar mi nombre con dolor, desde que vi esa última expresión en su rostro de dolor antes de que no recuerde nada más.

Ella se remueve un poco en mis brazos pero antes de poder detenerla ella se ha soltado con violencia de mis brazos y está de pie. Esta mirando a todos lados en la habitación pero no ha dicho nada hasta que sus ojos van a la ropa en el suelo.

Ella se gira rápidamente y ahora estoy sentada en la cama.

-Creo que la otra habitación estaba vuelta un lio- digo con gracia pero solo podía ver las lágrimas de ella correr por sus mejillas, ella corre tropezándose con mis ropas en el suelo antes de lanzase en mis brazos.

-¡Estas aquí!- susurra en mi oído mientras sus brazos están enredados en mi cuello, se aparta y toca mi rostro –Estas aquí- susurra cerca de mis labios.

-Estoy aquí mi princesa, estoy aquí- le susurro antes de unir nuestros labios en un beso suave, un beso ansiado. Un beso de vida. 


//*//

La venganza de la dama Millonaria (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora