Capítulo 3

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Como era de esperarse, dormir es un lujo que no me pude dar en demasía. En cuanto llegué a casa tomé una ducha, preparé documentos y practiqué algunos puntos clave a exponer en los eventos programados.

Me encontré a Ender al salir, por lo que se ofreció a llevarme; pasamos por unos cafés y llegamos a la oficina sin contratiempos. En realidad, no me preguntó nada y tampoco hablé demasiado, así que supongo que me emboscaran después.

Después de 3 tasas de cafeína y un energizante, me puse a leer el texto desde el sillón, prestando especial atención en los objetivos y estructura, hasta que alguien entro.

- Atenea, tenemos que hablar - un Jace de traje y ceño fruncido apareció de la nada.

- Buenos días a ti también - solté tranquila sin despegar la vista del informe.

- ¿Qué significa está foto? - coloco su celular entre mis ojos y suspiré.

Mi mano descansa en el pecho de Willow mientras le dedico una semi sonrisa, lo cual no tiene nada de malo... De no ser porque parece que estoy siendo acorralada contra la pared y la mirada que él me dedica es realmente...
Un problema.

- Es solo una foto Jace, no pasa nada - lo mire directo a los ojos - ahora... Si quieres hablar de ello a profundidad, agenda una cita con mi secretaria, estoy por entrar a reunión.

Bufo y se sentó a mi lado.

- ¿Y qué hay sobre James Yhamtzi? - abordo con ojos de cachorro.

- ¿Qué tiene? - regrese a mi informe.

- ¿Cómo que qué tiene? ¡Tienes que ser una chica dura con ellos!

- ¿Porqué?

- ¡Para llamar su atención! Aunque debo decir que, si se entera mi buen amigo Blake de esto, seguro estará molesto.

- Lo dudo - contesté, frunciendo el ceño.

Tanto alboroto no me está dejando concentrarme.

Ya sabía yo que perdería completamente la cabeza por esto.

- Y seguro Loan no estaría más feliz que él... ¡Y si añadimos las fotos! ¡Te estás viendo con el enemigo!

Continue respondiendo con monosílabos o bisílabos hasta que llegue a mi límite.

No es posible. Voy a la mitad de las hojas y la reunión será pronto. Empecé a sobar mi cien con los dedos.

- Si no te haces para allá, pateare tu trasero - le solté a Jace, el cual está de encimoso desde hace media hora.

- ¿Pero si puede abrazarte el hijo del señor Yhamtzi?

- ¿Conoces la estrategia de los negocios? - negué con la cabeza y aventé su cabeza al otro lado del sillón.

- Entonces entrena conmigo para compensar - se acostó y subió sus pies en mis piernas - en casa. Hace días que no practicamos.

Hice a un lado los papeles y lo miré, fastidiada.

Es cierto que llevamos días sin ejercitar, pero ¿Es necesario hablarlo ahora?

- Escúchame bien Morgenstern, si vuelves a interrumpir mi trabajo te prometo que un pie roto será el menor de tus problemas.

Se rió y empezó a abrazarme nuevamente, por lo que tome su rostro y lo estruje.

- Atenea... - Daemon entro por la puerta con una sonrisa - Jace, deja a la chica en paz y trae tu trasero aquí. Te necesitan en la junta con los inversionistas árabes.

Los Nuevos MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora