- Sol.
- Sal.
- Salamandra.
- Sobre.
- Siesta.
- Sandía.
- S... So... ¿Sindy?
Solté una carcajada.
- De haber sabido que valían nombres de personas... - Loan suspiro y sonrió.
- ¡No tengo más palabras con S! - se quejó Jake.
- Lo hiciste bien - acaricie su cabello, rizado anaranjado.
Ha crecido bastante. Con 8 años cumplidos ha alcanzado el 1.35 cm y me han contado que hay algunas chicas interesadas en él.
- ¿No irás a trabajar mañana? - cuestiono, girándose hacia mí.
- ¿Quieres que hagamos algo? - le pregunté al niño mientras me levanto del sillón.
- Uno de los chicos del salón me invitó a su cumpleaños...
- ¿Y no quieres ir? - Loan interrogó.
Tomé algunas frutas y empecé a hacer un batido, mientras escucho la conversación.
Estamos en la casa de Jake. Le llamo hace unas horas a Loan, diciéndole que hoy su Nana no estaría porque debe ir al médico, así que decidimos venir a platicar un rato con él. Además, podría aprovechar para relajar la mente y alejarme un poco de los problemas.
- No lo sé... No lo conozco muy bien...
- ¿Quién es? - pregunté a Jake.
- Se llama Fabricio. Fabricio M.
- ¿M de Morales? - cuestione divertida por el acrónimo.
- Debe ser M de Morat - completo Loan, siguiendo mi ironía.
- No recuerdo - Jake frunció el entrecejo - Ma... Mag algo...
- Pues si quieres ir, adelante. Seguro se divierten un rato - lo ánimo el asiático.
- Concuerdo - empecé a acomodar en trastes nuestro aperitivo - podríamos acompañarte un rato, y si te sientes incómodo, nos vamos.
- ¿En serio? - nos miró con ojos brillosos.
- Ajá.
- Sip.
Empecé a caminar con la comida, cuando sentí un escalofrío. Le di un sondeo rápido a la habitación y al no encontrar nada extraño, barrí la casa mentalmente, topándome con alguien que conozco bien.
- Comiencen. Ahora regreso - les sonreí a los chicos y me dirigí hacia el piso de arriba.
Avance hasta el cuarto de baño y en cuanto ubique la ventana más cercana, me asome para ver si hay algún vecino en la calle o tomando el sol. Si me viesen caer desde 5 metros de altura sin un rasguño, podría ser peligroso. Termine por aterrizar frente a un árbol que cubre bastante bien mis movimientos; bien dicen que más vale prevenir, que lamentar.
- Que bueno que bajaste - saludo con una sonrisa.
- ¿Cómo me encontraste?
- Ender me conto.
Asentí y lo abracé. Daniel se separó y encogió los hombros.
Hace 2 meses cambio el tono de su cabello, a un castaño con rayos rojos, el cual tiende a brillar con la luz; también está un poco más alto y dos nuevos piercings se asoman por su piel, uno en la parte superior de la oreja y otro en la ceja.
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Los Nuevos Morgenstern
Random- Permíteme dejarlo en claro - cruce las manos sobre la mesa y fijé mi vista en ellos - soy la persona más letal y poderosa en este momento. Si quisiera acabar con ustedes, lo habría hecho hace mucho tiempo y de manera tan discreta que nadie volverí...