Capítulo 20

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- No me interesa si tuviste un inconveniente, chocaste o  te detuvo un oficial. Te quiero aquí en 20 minutos o estás despedido. ¿Lo entiendes? - colgo y nos enfrento con una sonrisa.

Enarque una ceja y observe al trabajador del área. Hombre promedio con empleo promedio... ¿Entonces porqué es tan grosero y prepotente?

- Señor... Guillermo, ¿Cierto? - pregunté, enfocando la mirada en él.

- Si, señorita Morgenstern.

- ¿No puede iniciar usted la presentación?

- Yo...

- Cada minuto es preciado en este lugar, lo sabe.

- Claro... Yo, iniciaré.

Se levantó y caminó hasta el frente de la sala de juntas, comenzando una explicación sobre los avances del área financiera en este mes. Pasados 40 minutos, apareció un hombre sudando y sin aliento en la puerta, el cual miro con pánico al hombre que está al frente. Se arregló un poco el saco y tocó la puerta, haciendo que Guillermo se tenga.

- ¿Puedo... Pasar? - me observo y después a su jefe directo.

- Adelante - hablé con tranquilidad, indicándole uno de los asientos que está vacío - continúe señor Guillermo.

- Por supuesto...

Y así siguió la conferencia. En ningún momento deje que el señor encargado originalmente de la exposición interviniera, lo cual le generó un notable estrés a Guillermo.

Al terminar, di las gracias a todos por su tiempo y me levanté, haciendo que el resto haga lo mismo.

- Ustedes dos - hablé al par frente a mí - siganme por favor.

Avance por el pasillo hasta mi oficina y les indique entrar con un gesto. Thoth se puso alerta en cuanto vio a dos desconocidos entrar, pero hice un ligero movimiento de negación con la cabeza.

Ya les expliqué que deben de actuar como guardias de seguridad normales, no como sujetos letales de dudosa procedencia.

Youna les regaló una mirada rápida y se volteo nuevamente hacia la ventana, pues parece estar vigilando las calles, mientras que Zafre se mantuvo en mi costado, por si algo pudiese salirse del parámetro que ya estableció.

- Los traje aquí porque quiero saber algo - nos sentamos y coloque ambas manos sobre el escritorio - ¿Porqué llegó tarde señor...?

- Luis... Luis Worthy.

Asentí y lo mire con cuidado.

- M-Mi esposa empezó con labor de parto, así que la lleve lo más rápido que pude al hospital... Srita. Morgenstern.

- ¿Planeaba venir o preferiría quedarse con su esposa? - vi a Guillermo con aires de suficiencia, lo cual me hizo enfocarme nuevamente en Luis, el cual no sabe que es lo que quiero escuchar - Sea honesto. No lo reprendere.

- Yo... Quisiera poder estar más con mi esposa e hijos... - hablo con precaución - es nuestro tercer bebé y hay ocasiones en las que no puedo llegar a casa por el trabajo, por lo que mi esposa atiende a todos... ¡Aunque no es queja, desde luego! Estoy agradecido por tener un lugar en la empresa y...

Alce una mano, haciendo que me mire con ojos aterrados.

- Señor Guillermo.

- ¿Si? - su cara de satisfacción me hizo querer golpearlo.

- Quiero que se disculpe con el señor Luis por su actitud.

- ¿Disculpe? - la sonrisa en su rostro tembló.

Los Nuevos MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora