Capítulo Especial. Daemon.

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- Necesitamos saber cómo se manejaran a partir de ahora - manifestó el cónsul - sé que la perdida es difícil, pero no podemos permanecer en el dolor.

- No me parece que sea necesario tener esta plática ahora - Ceci Herondale comento, dándole una mirada dura y triste al hombre - dijimos que vendríamos aquí a ofrecerles facilidades y opciones.

- Creo que hay algo que ninguno entiende del todo - Tobías soltó con frialdad y los ojos hinchados - queremos estar solos. Acabamos de perder a personas muy importantes para nosotros.

- Sin contar que tenemos el alma en un hilo por nuestras hermanas... - añadió Thim, el cual ha sido el que más ha llorado desde la noticia.

- Daemon... - el cónsul me observo con aquellos ojos calculadores.

- Necesito estar solo - fue lo único que salió de mis labios antes de levantarme - nos reuniremos en una semana...

- No...

- Deduzco que la muerte de su hijo fue la menor de sus preocupaciones en ese momento - Ender le soltó sin filtro y bastante molesto.

Su temperamento ha cambiado, es inestable y se ha vuelto agudo con sus comentarios, cuando llega a hacerlos.

- Chicos - el señor Wang intento calmar las cosas, pero nuestro hermano ya estaba diciéndole de cosas con el cónsul.

Sin esperar más, deje la sala y pase por la entrada. No me detuve hasta dar con las leónidas, unas de las flores favoritas de mamá.
Con delicadeza, toque sus pétalos y suspiré.

He perdido la cuenta de cuántas veces he llorado, cuántas veces he escuchado a mis hermanos enojarse, culparse o romperse.

Antes de que nos llamarán del hospital, Kennet empezó a sentir y experimentar cosas extrañas: temblor en las manos, dolor en el pecho, desesperación, estrés, e incluso las lágrimas salían de sus ojos de la nada. Eso nos alertó, lo cual terminó con una llamada de un lugar en Londres donde aseguraban que Atenea había llegado y estaba en coma... Lo interesante fue que nos aseguraban que había llegado con un bebé en brazos, el cual no sabrían si sobreviviría la noche.

Al desplazarnos, recibimos varias llamadas, entre ellas, la del forense, avisándonos que habían encontrado a nuestros padres y la prensa estaba vuelta loca.

No estoy seguro de como llegamos al hospital, pero recuerdo perfectamente haber visto a nuestra hermana conectada a un tanque de oxígeno, con el pulso débil y apenas color; la bebé no estaba mejor, siendo apenas un bulto esquelético sin movimiento dentro de una incubadora, dónde el doctor nos explicaba que estaban delicadas y no sabía con exactitud cuando iban a despertar... O si algún día lo harían.

Después de los primeros golpes, llegó el Rey Innek, el cual mando a proteger el lugar y se ha mantenido con Atenea, alejando a mundanos y seres sobrenaturales por igual.

Sinceramente, no me gusta dejarla con él más de tres horas, por si despierta o su condición empeora, pero el consejo Nefilim ha creído conveniente hablar sobre los próximos planes... Lo cual ha terminado en caos.

- Te ves cansado - Dylan apareció a mi costado.

No hemos hablado mucho en estas últimas semanas, pero durante esta reunión se ha mantenido serio, calmado y apoyándonos en lo que necesitamos.

- Si - solté suavemente.

- Deberías dormir... - menciono con cautela.

- Si lo hago, dudo que quiera volver a respirar.

Me tomo del hombro en señal de apoyo, manteniéndose en silencio y dejándome pensar otro rato.

- Daemon... - me mantuve en silencio, por lo que decidió continuar - Atenea se recuperará...

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