Capítulo 31

34 3 6
                                    

- ¡Son unos cabrones...!

- ¡Cómo se les...!

- Nosotros...

Mi cerebro les ha dejado de escuchar y mi concentración pasa a Jackson. Cada fibra del cuerpo me pide alimentarme, darle una ligera mordida y hacer como si todo estuviera perfecto.

En tan sólo dos pasos, estoy a su altura.

Al agacharme soy consciente de como las hadas me rodean y evitan que cualquiera se interponga en mi camino. 

Su corazón aún late, bombeando de manera pausada, tan lentamente que puede pasar desapercibido. Coloco una mano en la mancha del suelo y dejo a los colmillos salir, los cuales se empiezan a clavar en mi labio, deseosos, hambrientos.

Aspiró con suavidad, sintiendo un jalón en las entrañas.

Maldita sea.

- Atenea - la voz de mi parabatai llega como una caricia.

- Estoy bien...  - digo a la par que un suspiro sale de mis labios - Blake...

- ¿Qué sucede? - responde, apenas controlando su voz.

- ¿Qué quisiera él? - paso la misma mano manchada sobre su frente, intentando entrar - ¿Lo dejamos descansar o le convertimos?

Mi mente entra en caos. Cientos de imágenes pasan a la velocidad vertiginosa, mostrándome gente, recuerdos y vivencias; una calidez al ver la sonrisa de sus padres, el convivir con sus amigos, lo excitante que es andar en moto, niños corriendo y tomándolo de las piernas... 

Mi hambre pasa a segunda instancia cuando me transmite una intención, simple y primitiva: vivir. 

Es todo lo que necesito para recuperar la cordura.

Me levanto y mantengo la vista en él, valorando cuanto tiempo tengo para llevarlo hasta el bosque.

- ¿Daemon?

- ¿Si?

No. No alcanzaremos a llegar, está demasiado débil... tendré que improvisar.

- Llévalos dentro - me giro hacia el grupo y me sorprende verlos a casi todos fuera, salvo por los señores Herondale y Sora.

¿En qué momento...?

- De acuerdo - accede sin rechistar - regreso en un momento.

- No...

- Yo...

Suspiro ante las tempranas protestar y asiento.

- Bien. Se quedan Kennet, Jace y Blake. El resto dentro - concluyo sin darle oportunidad a nadie más y de manera tajante me dirijo a los causantes - En cuanto a ustedes. ¿Quién es el jefe del clan?

- Estephany - responde automáticamente la chica.

No llevan mucho tiempo siendo vampiro, lo noto. Seguro se les fue la mano y no supieron que hacer.

- ¿Y ella responde a...?

Ambos se miran sin estar seguros en su respuesta, cosa que me está haciendo perder la paciencia.

- Da igual. En cuanto terminemos con esto, iré con el o ella y tendremos una charla.

- No creo que debas. Es fuerte - enfatiza el vampiro en tono tan neutro que no logro identificar nada.

Mis hermanos sueltan una risa sin gracia.

- Si han pisado está calle, quiero pensar que saben al menos a quien corresponde - les miró con obvio disgusto - así que me vale un carajo quién sea el jefe. 

Los Nuevos MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora