- Majestad - me saludaron los caballeros de la guardia.
Asentí con la cabeza y camine hasta Tok, el cual esta dando instrucciones a los nuevos integrantes. Todos traen trajes ligeros, los cuales les permite verse elegantes y cómodos, de colores neutros.
Youna, Zafre y Thoth me siguen de cerca. Se ven bastante relajados y van saludando a algunas hadas discretamente, supongo que son amigos o compañeros de peleas; por su parte, Hank nos observa un poco más alejado, distanciado de la convivencia y alerta.
Aún me cuesta trabajo entenderlo, he intentado entrar en su mente o analizarlo, pero resulta demasiado pragmático y misterioso; por lo poco que he visto, creo que su aprobación solo podré ganarla de dos formas: derramando sangre o muriendo.
- General - saludé.
- Su Majestad - inclino un poco la cabeza.
Trae pantalones cortos y una camisa de tirantes, lo cual destaca los enmarcados músculos fibrosos y su tono de piel. Me resulta curioso verlo en ropa normal puesto que siempre lleva la armadura.
- Vengo a pedirle un favor.
El hombre enarcó una ceja y me miro expectante. El resto se enderezó, esperando mi instrucción.
- Quiero entrenar con ustedes dos veces por semana.
Sonreí y note las caras de confusión, hablando a la vez mientras Tok analiza mi rostro con aquella oscura mirada.
- Quiere... ¿Entrenar?
- ¿Con nosotros?
- ¿Porqué...?
- ¿Esta segura? - preguntó con esceptisismo - nosotros no somos como los nefilim.
Asentí, dándole la razón.
- Por eso quiero intentarlo.
Poco a poco fueron haciendo un semi círculo, por lo que me quite la capa que me distingue como parte de la realeza, quedando en una especie de traje de entrenamiento color blanco con azul. Mis guardias empezaron a codearse con el resto, divertidos por lo que viene.
Tok mando a los de nuevo entrenamiento primero, por bloques de cinco. Todos me miran con terror, sintiéndose incapaces de levantarle la mano a la persona que juraran protección.
- Vamos. No me consideren como su reina ahora, sino como una híbrida - trate de animarlos, pero provoque una reacción opuesta, puesto que dieron un paso atrás.
- ¿Tenemos... que pegarle? - me preguntó un chico de unos 15 años de ojos felinos.
- Me gustaría que lo intentarán - estire los brazos y piernas - esta es una prueba para mí más que nada... ¿No es así, general Speent?
- Ambos pueden perder o ganar - indico con simpleza.
- Hagamos esto - solté el cuerpo y me agache un poco, alzando la voz para que todos me escuchen - no los lastimare mucho a cambio de que den su 100%. Si me convencen lo suficiente, podríamos negociar en el futuro que trabajen directamente para mí aquellos con los que me sienta satisfecha en su desempeño.
Todos murmuraron y vi a Zafre mover la cabeza con una ligera sonrisa, mientras que Thoth suelta un ligero silbido, ya que de es el único que me ha visto pelear... Y eso, fue hace años.
Los jóvenes fueron acercándose poco a poco con sus armas de madera. Uno tras otro, los esquive, empujándolos ligeramente cada vez que pasan a mi lado; uno de ellos regreso continuamente por mi, buscando encestar algún golpe. Casi me río de su tenacidad.
Lo observe con detenimiento y justo cuando estaba por dar un paso para acercarse, cambié y reduje nuestra distancia, poniéndole el pie para que caiga.
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Los Nuevos Morgenstern
Random- Permíteme dejarlo en claro - cruce las manos sobre la mesa y fijé mi vista en ellos - soy la persona más letal y poderosa en este momento. Si quisiera acabar con ustedes, lo habría hecho hace mucho tiempo y de manera tan discreta que nadie volverí...