Capítulo 2.23

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Está vez no había ningún tipo de obstáculo para expresar todo lo que sentían. Ae lo abrazaba con tanta ternura y Pete comenzaba a tomar la iniciativa desabrochando los botones de la camisa mientras le daba besos en su piel desnuda.
Ae también comenzaba a quitar la ropa que le estorbaba para poder besar y disfrutar a su pareja.
Los dos se besaban y abrazaban sin querer soltarse, no corrían prisa, a Ae le gustaba tocar la piel suave de su amado. Sin dejar de ver a Pete tomo el lubricante para poder prepararlo, Pete lo miraba si temor. Recibía las caricias a placer y al sentir la intrusión dentro de él solo gimió. Le gustaba el trato que le daba, Ae lo cuidaba y buscaba que sintiera placer en lugar de dolor aunque estaba impaciente por querer sentirlo.
Pete cerraba sus ojos y sintió que tocaba un punto que lo hacía sentir un gran placer. Sus gemidos comenzaban a sonar por lo que Ae se sentía más excitado. - Mi Pete ahora puedo hacerlo?.
- Mmm ... Solo hazlo quiero sentirte.

Ae al tener el consentimiento comenzó a meter su miembro, viendo la cara de su pareja que e mordía los labios por la invasión.

- Lo siento Pete pero no puedo esperar más. - apenas logro decir eso cuando comenzó a moverse más rápido.

Pete al principio se sintió incómodo por el dolor que sentía, pero poco a poco iba sintiendo placer.
Por lo que se aferró más a Ae abrazándolo y besándolo. Disfrutaba de cada movimiento y se sentía extasiado que no podía pensar en nada más. Mientras que Ae se movía disfrutando de la misma manera. Así pasaron por un buen rato mientras llegaban al clímax una y otra vez hasta que Pete cayó vencido cayendo en un sueño profundo.
Ae lo sostuvo en sus brazos viéndolo vencido, por lo que lo limpio para que pudiera dormir tranquilo.
Lo arropó y lo abrazo lleno de felicidad por tenerlo de esa forma. No podía sentir más dicha que disfrutar de ese momento, sentía la calidez de su cuerpo y así fue quedándose dormido también.

No fue hasta el día siguiente que un olor agradable lo hizo abrir los ojos. Cuando centro su mirada vio a Ae que había puesto sobre la mesa el desayuno. - Por fin despertaste. - Le dijo dándole un beso suave.

- Dormí mucho?

- Ya pasa del mediodía.

- Oh!, Me duele cuerpo. - Ae sonrió tratando de ayudarle a levantarse.

- Mi Pete estaba especialmente ... Candente.

Pete al escuchar eso se puso rojo de la pena. - Fue el vino que me hizo actuar así.

- Pero a mí me gustó!.

- Tengo hambre - quiso cambiar el tema para no sentirse más avergonzado.

- Puedes comer, acaban de traer el almuerzo así que comamos y después veremos qué hacer.

- No sé si pueda salir en estás condiciones.

- Bueno, también podemos quedarnos viendo la tele mientras nos abrazamos.

- No!, si hemos venido hasta aquí prefiero salir. Solo pídeme unos analgésicos y podremos ir.

Ae puso sobre la mesa las pastillas como si ya las tuviera preparadas. Pete las tomo y comió. Después salieron hacia la playa. Los dos llamaban la atención de las chicas pero ellos no tenían ojos más que para ellos mismos. Cuando estuvieron en la playa Ae lo jaló para que se metiera con él al agua, Pete lo seguía entre risas. Se abrazaban sin temor a lo que dijeran, Ae se atrevía a besarlo y de vez en cuando lo tocaba atrevidamente. Le gustaba ver sonrojar a Pete y ver cómo volteaba a ver si los observaban.

Por las noches a pesar de todo Pete no podía resistir los toques de Ae y permitía que su cuarto se volviera una hoguera, era como su luna de miel en la que se disfrutaban sin límites y sin importar nada más.

MI KARMA ** MI KARMA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora