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Sol estaba recostada mirando las marcas en la pared que ella misma había hecho para saber cuanto tiempo llevaba ahí. Habían pasado 5 meses y lo único que la mantenía cuerda eran las visitas de sus amigos. Draco le contó que Ron insistía en ir todo el tiempo pero como Sol lo prohibió en Azkaban le dieron ese derecho. Después de meses de intentarlo por fin desistió. También le contó que había comenzado a salir con una Hufflepuff y no supo como sentirse al respecto. Sin embargo se convenció así misma de que era lo mejor.
Tenia visitas.
─Hola─ dijo con la voz apagada.─¿por qué Helena esta aquí?
─Pensé que me considerabas una amiga─ dijo intentando ocultar su sorpresa. Sol ya no era la misma, en total había perdido 10 kg, sus largas pestañas aún adornaban sus ojos sin embargo debajo de ellos había enormes ojeras, su rostro estaba delgado, marcado por los huesos de los pómulos, las clavículas eran más visibles, su cabello; era mucho más largo. Pero su físico no era lo que más le preocupo. No, lo que más le preocupo fue ver que sus ojos ya no tenían luz, estaban vacíos. Estaba rota.
─No lo malinterpretes Helena, en realidad me da gusto verte─ sonrió suavemente. ─Sólo que con trabajo acepte que Draco y Pansy vinieran.
─¿Por qué?─preguntó triste la morena.
─Para evitar que me vean justo cómo lo estas haciendo ahora.
─Lo lamento...
─No tengo un espejo aquí, no me he visto durante 5 meses pero no es necesario para darme cuenta los cambios que hay.
─Sigues siendo hermosa Rosi─ le expreso el rubio. ─pero venimos aquí porque hay noticias...buenas─ Sol frunció el ceño.
─Antonin desperto.─dijo Pansy y por una milésima de segundo apareció un poco de brillo en los ojos de la castaña.
─¿Te das cuenta? Rosi, con su testimonio podrás salir de aquí.
─No me hago muchas ilusiones al respecto. Algunas personas están empeñadas en qu eso no salga de aquí, pero estoy feliz de saber que esta bien. ¿llevará algún juicio? Deben ayudarlo... No puede pisar este lugar.─ sonaba tranquila pero sus amigos la conocías y sabían que estaba decesperada.
─Rosi, escúchate, digo es verdad que bueno por él que desperto pero la otra gran noticia es que testificará a tú favor.
─¿sabe qué estoy aquí?
─Aún no... primero necesita reponerse un poco pero ha preguntado por tí y en cuanto mejore un poco le diremos.
─Por Salazar...─tapo su rostro.─Él esta bien.─dijo finalmente llena de alivio.
💫
Cuatro días después le notificaron que era libre... No lo podía creer. Salió y el sol iluminaba su rostro, hacia tanto tiempo que no veía luz natural. Afuera estaba Draco, Blaise, Helena y Pansy, quienes al verla se hundieron en un abrazo. Después de algunos minutos desaparecieron llegando a la casa de los Parkinson.
─La tina esta lista para que te duches. También traje tu ropa y puedes dormir cuanto quieras. Estaremos abajo.
─Si necesitas algo, sólo pídelo Rosi─ dijo Helena.
─Gracias.
─Yo me despido, pero ten por seguro que vendremos mañana... ah y quería disculparme contigo, fuí injusto.─ expreso Blaise. Se dieron un último abrazo y la dejaron sóla en la habitación.
Sol no quería estar sóla en ese momento así que le pidió a Helene y Pansy que se quedaran con ella.
Entro al baño aún sin poder creerlo. Se desnudo y metio una pierna a la tina, sintió el agua caliente. ¡Melin! hace cuanto no sentía agua caliente. Se introdujo por completo a la tina. Helena tomo el jabón con olor a coco y comenzó a pasarlo con delicadeza por él cuerpo de su amiga mientras Pansy tallaba su cabello. Estaban contentas pero podían notar la mirada perdida de Sol.
─Nunca te acostumbras─hablo por primera vez Sol.
─¿A Azkaban?─preguntó Pansy.
─A la mala vida; nunca me acostumbre a servirle a Voldemort, nunca me acostumbre a destrozar pueblos muggles, a presenciar asesinatos. No me acostumbre a la muerte de mi madre y mucho menos a la de mi padre. Ni a Azkaban, ni a las duchas con mangueras y agua helada, ni a los golpes, ni tampoco a la mala comida.─ sonaba vacía.
Sin importarle nada, Pansy se metio a la tina con todo y ropa tras Sol, la abrazo tan fuerte como pudo. Sol cerro sus ojos y comenzó a llorar todo lo que no había llorado en Azkaban. Helena se hinco y tomo el rostro de Sol.
─Vas a salir adelante.─ afirmo también llorando.
Después de ese intimo momento entre amigas Sol se vistió. Bajo a comer y después subir a dormir. Quisiera decir que durmió y descanso por horas pero en realidad todo el tiempo estuvo lleno de pesadillas. Sol lo pensó no por mucho tiempo y decidió que haría de su vida.
💫
─¿Cena para qué?
─Sol las personas que te quieren mueren por verte...─ dijo Draco.─ además tienes que integrarte de nuevo al mundo.
─De acuerdo...─ dijo con un suspiro por delante. Sus amigos planearon una cena en la casa de los Parkinson invitando a aquellos que siempre preguntaban si podían ir a verla.
─Ahora, te pondré al corriente.─ comenzó Helena.
─No espera.─ dijo Draco─Yo primero. No te lo había dicho pero ya tengo novia.
─Vaya, y quién es ella?
─Hermione...
─¿Hablas en serio?
─Sí. Sé que es raro pero siempre me pareció linda e inteligente y cuando la guerra termino ella fue muy dulce conmigo y bueno surgió.
─Me da gusto por ustedes Draco, en realidad tampoco me sorprende tanto, quiero decir se complementan bastante bien.
─Bueno ya, me toca dar el chisme─ habló nuevamente Helena.─Blaise esta saliendo con Luna Lovegood.
─Eso si me sorprende. ¿Alguien más?
─Bueno de Ron supongo que ya sabes...─ dijo incomoda ─y también vendrá.
─Esta bien, supongo.Subiré a arreglarme. La verdad ya no aguanto y quiero ver a Antonin.
Los chicos asintieron y Sol subio a cambiarse, decidió ponerse una blusa blanca de cuello alto y un gran abrigo, quería ocultar de alguna manera lo delgada que estaba, no quería que la vieran mal pero tampoco tenia tantas ganas de arreglarse por lo que sólo ato sus botas, cepillo su cabello y se coló perfume. Y se dirigió a San Mungo.