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Transcurrieron casi 30 minutos en los Sol intentaba explicarle a Blaise. Anteriormente y por petición de él, la chica había accedido a dejar que las cosas se dieran naturalmente entre ellos; él moreno se preocupaba por la castaña, era atento, divertido, guapo, inteligente, lo quería, era «perfecto», y podría continuar la lista sin embargo había una sola razón para que nada de eso importara.
─Sé que algo pasó, dime qué fue porque de otra manera no entiendo tu cambio de opinión.─le cuestionaba a la chica.
─Sigo enamorada de Ronald.
─Por favor, eso ya lo sabíamos y aún así decidiste que no te cerrarías a intentarlo conmigo, así que dime de una vez que ocurrió realmente.
─Ya te lo dije.
─Necesito una razón lógica.
─Esa es una razón lógica.
─Ambos sabemos que no es todo.
─¿Te haría sentir mejor?
─No lo sé, sólo estoy tratando de entender...─ inhalo profundo─ por favor.
─Ronald y yo n-nos besamos.
El joven estaba molesto, sus ojos lo decían todo.
─Lo lamento Blaise, n-no lo pude evitar. Sólo sucedió.
─Supongo que así te sentiste cuando me viste con Daphne.
─No lo hice por venganza.
─Como sea, prefiero no verte por ahora.
• • •
─Coloca la manzana─le dijo el rubio y la chica siguió su instrucción y cerró el armario. Draco pronunció un hechizo para después abrirlo. «la manzana ya no estaba. Ambos se miraron emocionados. Cerraron de nuevo el armario con la esperanza de que al abrirlo la manzana estuviera de nuevo sin embargo no fue así.
Al notar que estaba vacío, el rostro de Draco se transformó en frustración.
─Tranquilo, casi lo tenemos.─animaba la chica.
─Nos perdimos la hora de la cena.─dijo observando un reloj de bolsillo.
─Podemos seguir hasta media noche, aún puedo aguantar.─ sugirió la castaña.
─¿Sabes qué? dejémoslo por hoy. Nos funcionó cuando sugeriste darnos un descanso, hagamos lo mismo y tal vez mañana tengamos más suerte.