ESTA HISTORIA TIENE FINAL, PERO DEJÓ DE SER ACTUALIZADA Y LA HISTORIA NO SE CONTINUÓ, AUNQUE SE LE DIO UN FINAL.
Ser hija de Sirius Black nunca fue fácil, mucho menos cuando se le consideraba fugitivo peligroso de Azkaban.
Pero después de todo, las...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"El caos que habíamos construido se había convertido en nuestro lugar seguro"
-Jannet Stefan Black
------------------------------------------
Entré frustrada a la sala común, Natalie estaba sentada en uno de los sofás, parecía no haber dormido nada y llevar ahí un rato.
—Por fin vuelves— dijo cansada incorporándose.
—¿Qué haces aquí, porqué no estás durmiendo?— intenté que mi voz sonara relajada.
—Te estaba esperando– soltó aire por la nariz y se puso de pie —Por lo que veo ya sabes lo de Camila y Hermione —la miré confusa.
—¿Cómo lo sabes?— pregunté, ella se encogió de hombros.
—Lleva todo el día alardeando de que vuestra relación está en juego y que ella es la causante— asentí ligeramente.
—Realmente no me importa, Hermione solo buscaba a alguien con quien desahogarse— quise restarle importancia.
—¿Desahogarse implica acostarse?— me giré con la mandíbula tensa hacia ella.
Hizo un sonido molesta con la boca y me miró suplicante.
—Se que prometí no volver a acercarme a ti, pero Jannet, me importas y he visto como tu novia hacia escapadas nocturnas con Camila y sabemos las intenciones que tiene esa chica con Hermione, reían juntas y hablaban sin parar como si esa chica nunca haya intentado destrozarte a ti y a tu relación, como si nunca haya intentado hacerte daño y eso a Hermione parece no importarle— su tono derrochaba ruego.
—Hermione solo le daba clases— negué con la cabeza intentando esquivar a lo que querían llegar sus palabras.
—Hermione es lo suficientemente inteligente como para saber que a esa chica no le hace falta ninguna clase, –observó mi negación y se llevó las manos a la cara— ¡Por Merlín Jannet, estás dejando que jueguen como quieran contigo!— alcé la mano en advertencia para que parara.
—De verdad, gracias por tu intento de aportación pero esto no es asunto tuyo— dolida salí por el mismo lugar que acababa de entrar.
Mi mente echa un lío y un desastre fue directa a la torre de Gryffindor, la señora algo adormilada me miró, murmuré la contraseña y entré.
Subí las escaleras de forma automática hacia la habitación de Hermione, sin querer mirar a los lados, sin ver más allá de mis pies caminar ya que sentía que la realidad que me rodeaba podría darme otro par de golpes como me había dado Natalie.
Toqué la puerta intentado calmar mi respiración, ahí me di cuenta de la velocidad con la que había caminado.
—¿Jannet, estás bien?— dijo Hermione con su rostro adormilado, viéndome sorprendida.
