•Veintitrés•

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—No está tan mal— respondí a la pregunta de papá.

Thonks nos había alejado en una carpa enorme con todo lo necesario para convivir, estábamos a muchos kilómetros de lo que era el mundo mágico, aunque estábamos en una zona que también pertenecía a este.

Yo no sabía dónde estaba y tampoco me lo dijeron para que así si se metían en mi cabeza Voldemort o Endrina, cual papá me dijo que era el nombre de mi...madre, no pudiesen averiguar dónde estábamos.

Lo único que sabía es que estamos en un lugar rodeados de árboles enormes, hadas revolotean por el ambiente y otros muchos más animalitos, una gran cascada y su lago estaban cerca, permitiendo oír el relajante sonido del agua por las noches.

Tras acomodar con ellos unas cosas en la carpa, agarré una manzana y salí al exterior, me recosté en el tronco de un árbol y le di una mordida a la manzana.

Draco

Negué con la cabeza intentando evitar mis pensamientos y llevé mi mirada hacia un lugar que no fuese la manzana, llegando a mi muñeca, lo cual fue un error ya que vi la pulsera que me había regalado...

Pansy

Quise maldecir me a mi misma cuando un Gnomo robó mi manzana y salió corriendo con esa risilla desesperante, agarré una pala y fui detrás de él.

—Enano asqueroso— dije mientras corría, aunque era una estupidez ya que lo había perdido de vista.

Otro recuerdo fugaz a lo que acababa de hacer me recordaba a...

Fred y George

Tiré la pala en la tierra y llevé mis manos a los ojos, cuales ya habían empezado a derramar lágrimas de forma desesperada.

Habían pasado seis meses desde que nos fuimos, no me arrepentía de lo que había hecho ya que yo había sido la que había elegido esto, pero aún así todo dolía demasiado.

Me habían llegado infinidad de cartas de mis amigos, sobre todo de Hermione, aunque como era obvio no las contestaba.

Las clases en Hogwarts habían empezado hace cinco meses y Harry ya nos había comentado lo tensas que estaban las cosas, como una tal Dolores Umbrigde sustituía a Dombledore por el hecho de que existía una estúpida idea que había sido publicada en los periódicos y había hecho que la gente tuviese el pensamiento de que Harry y yo éramos sospechosos de haber matado a Cedric y Dumbledore nos estaba cubriendo para que no fuesemos arrestados, el ministerio de magia dudaba de Dumbledore y quisieron arrestarlo pero este... desapareció.

A mi y a Sirius nos daban por fugitivos y eso hacia que la cosa estuviese más tensa y diese más indicio a la teoría de los periódicos.

Aparte de que con la sustituta de Dombledore, el tiempo en Hogwarts estaba siendo un auténtico infierno.

Aunque el real infierno para mí era ver como todas las semanas y muchas veces más de un día a la semana, Hermione me escribía hablándome de sus días y preguntándome cuando volveré porque como escribió en una de en sus carta; tengo la esperanza de que algún día volverás.

Adoraba ver cómo me hablaba con ese cariño que tanto extrañaba, aunque nunca podía leerlas del tirón ya que siempre con la primera frase mis ojos se volvían un río de lágrimas, odiaba no poder contestarle aquellas cartas, odiaba esta situación, odiaba no tenerla.

Suspiré intentando relajarme, aunque mi pecho y manos temblaban aún de llorar.

Nunca había imaginado querer a alguien con esa intensidad, toda mi vida me la había pasado de manera fugaz en lo que era la zona amorosa y sentimental de alguien, no me gustaba quedarme, me cansaba fácilmente, pasaba de persona en persona buscando entretenerme y matar el tiempo, me metía entre las sábanas de los demás esperando que al salir de ellas me hiciesen sentir algún tipo de brillo en mi interior, pero fuera de la cama todo era un sentimiento vacío.

No pensaba que en algún momento de mi vida mi corazón iba a latir de manera frenética por alguien, que extrañaría algo tan simple como el sonido de su voz o de su risa, que recordaría tanto la suavidad de la piel de alguien, sus caricias o sus besos, simplemente era algo que nunca me llegué a imaginar.

Odiaba haber perdido el control de mis sentimientos, me había tirado directamente al precipicio y yo ya había caído sin poder volver atrás, ella tenía ni control, mis sentimientos, mi límite, mi corazón... Ella lo tenía todo, en cambio no la tenía a mi lado y eso estaba haciendo que por momentos sintiese que pérdida cada ser de mi.

—Te necesito Hermione— dije pasando una vez más las manos por mis ojos.

Me quedé un rato más en el bosque calmándome, hasta que decidí volver a la carpa.

—Justo a tiempo, iba a buscarte— dijo Remus, por su vestimenta parecía que acaba de llegar de algun lado, pasé mi vista el lugar y vi que en una de las salitas que sus paredes eran tela se veía las figuras de Thonks, Sirius y Harry.

¿A qué había venido?

—Ya tenemos seis horrocruxes Jannet— dijo animado Remus, tiró de mi mano y me llevó a "la sala" en la que estaban los demás.

—Jannet— Harry vino hacia mi y me abrazó, era obvio que en estos meses atrás nos habíamos visto muchas otras ocasiones, más en los planes para ir y destruir los Horrocruxes de Voldemort.

Ahora teníamos seis, y solo faltaba uno.

—El guardapelo —dijo Harry.

—Eso es en el bosque de Dean, ¿No? —parecía que Thonks se había puesto a descubrir sobre el último horrocrux.

—Si...si— Harry asintió dudoso y confundido por Thonks.

—Bien, ¿Cuándo lo hacemos?— dije.

—Esto...esto no lo haréis vosotros —todos nos giramos confusos hacia Harry.

—Vereis, las cosas en Hogwarts están muy tensas, hay cosas que han pasado entre los estudiantes, entre nosotros...– vi una mirada triste en él— que no sabéis, es mejor que esté último nos lo dejéis —quise protestar y preguntar a qué se refería pero papá me dejó bien claro con la mirada de que porfavor no hablase.

—Bien Harry, si es lo que deseas— accedió Sirius, Thonks y Remus asintieron.

Hablamos un poco más sobre el tema y acompañé a Harry hasta afuera para despedirme de él.

—No te olvides de escribir— tras separame de sus brazos quise meterme nuevamente en la carpa pero me detuvo.

—Jannet...–comenzó.

—No Harry porfavor no, no sabes lo difícil que está siendo– no me dejó continuar.

—Y tú no te imaginas la tortura que estamos viviendo en ese colegio Jannet, nos hemos vueltos nuestros propios enemigos, es como si el entorno supiese que algo malo va a pasar– tomó una bocanada de aire y miró hacia los lados del suelo confuso— El trio de oro ya no es el trio de oro, Jannet —él quería seguir hablando pero parecía que queria decir muchas cosas a la vez y que no sabía por donde seguir.

—Esto no se terminará con los Horrocruxes, Harry, puede que derrotemos a Voldemort, pero no a mi madre—

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<3

ꜱᴏʟᴏ ᴜɴᴀ ᴠᴇᴢ~ ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora