•Siete•

1.3K 90 2
                                    

"Y en esos momentos en donde te das cuenta que si o sí, tienes que seguir"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Y en esos momentos en donde te das cuenta que si o sí, tienes que seguir"

–Pansy Parkinson

--------------------------------

—¿Y porqué?— dijo Blaise molesto.

—Pues porque no puedes quitarle las golosinas a los niños de primer curso, Blaise —rodó los ojos Draco.

—Claro que puedo, lo hago constantemente— dijo obvio.

Miré a Pansy cual miraba a Blaise como diciendo "no, no hay remedio", solté una carcajada, llevaba rato aguantando.

—Vamos Jannet, no te rías eres de las pocas personas que lo hace entrar en razón —me hizo un gesto Draco con la cabeza señalando a Blaise.

—¿Porqué a ti, Draco Malfoy... Te afecta tanto que Blaise le quite las golosinas a niños de primero? —arqueé una ceja divertida.

—Pues porque cada día nos quitan más puntos por su culpa— contestó el rubio dándole una fugaz y rabiosa mirada a Blaise.

—Bien, ya que hablamos de manías "infantiles" –dijo Blaise con un tono molesto y haciendo hincapié en la última palabra —Hablemos de tu cortés y claramente simpática manía de tirar a niños por las escaleras —tras decir esto se giró hacia él y lo miró con las manos unidas apoyando su barbilla en ellas.

Draco giró su cabeza hacia él, con una mirada de muy pocos amigos.

—Bien, yo tengo clases de Pociones y ya sabéis cómo se pone Snape cuando llegamos tarde —dije poniéndome en pie, Pansy hizo lo mismo.

—Estoy de acuerdo contigo —tomó su mochila y se la puso en el hombro.

—Pero si, nostros también tenemos clase y la misma— dijo Blaise confundido, parecía no entenderlo, en cambio Draco seguía con la mirada asesina en Blaise.

Pansy y yo reímos, decidiendo salir de ahí solo para no tener que soportar los ya que podían tirarse así durante horas, discutiendo de lo mismo.

—Aún quedan veinte minutos, ¿Quieres entrar aún así?— dijo Pansy mientras bajábamos por las escaleras.

—Si, así podemos tomar sitio antes —asintió y fuimos hacia las mazmorras.

Al entrar como era de esperar el aula estaba vacía, tomamos asiento por la mitad de las mesas.

Observé a Pansy mientras alisaba su uniforme con la mano.

La batalla la había cambiado mucho, igual que a todos desde luego, pero ella como había dicho quería cerrar ciclos, volver a esa época donde era cien porciento ella.

Su pelo estaba corto nuevamente, le llegaba por los hombros, aunque el flequillo no volvió a cortarlo y el pelo se lo tiñó de negro, su piel ya no se veía tan pálida y sus ojos verdes volvían a tener ese brillo de ilusión, se veía realmente bien.

—¿Y bien? –se giró hacia mi— ¿Que harás estás vacaciones de Navidad?— suspiré y jugueteé con mis dedos.

—No se —respondí.

—¿Porqué? Es decir...– paró en seco, se dio cuenta que yo no estaba cómoda con esto —Cielo, no te tienes que sentir presionada pero... ¿Ocurre algo?— puso la mano sobre mi brazo, aquella leve caricia fue suficiente para que mordiera mi labio inferior aguantando las lágrimas.

—Papá... No está bien –suspiré, seguí sin levantar la vista, clavada en mis dedos— Desde la batalla... Annabella, le lanzó un tipo de maldición, tan extraña, tan dolorosa... Pensamos que curaría conforme el tiempo, hemos pagado los mejores curanderos y Pansy... –me atreví a mirarla, se que pudo ver mis ojos rotos —Él no mejora, al contrario, hace dos años de la batalla, pero en mi familia todavía duele como si fuese ayer, todavía cargo con todas esas muertes y no no podría cargar con la de mi padre también yo no– las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, negué con la cabeza, obligándome a callar.

—Eh, eh, eh –Pansy me tomó por la barbilla y me hizo verla —Nada de esto es tu culpa, nada de lo que pasó, ninguna muerte, Jannet, tranquila, tú padre es tan fuerte como tú, lo superará solo que la forma en lo que lo está haciendo es lenta, pero lo hará, lo hace — ella me abrazó a pesar de su intento, de su calor.

No podía creerle, no, porque yo sabía la verdad, lo estaba viviendo y papá no mejoraba, no me hacía a la idea de llegar estas navidades y que él se quedase en casa encamado con bombonas de oxígeno.

—Es algo que siempre lo he llevado por dentro –pasé las mangas de mi camisa secando mis lágrimas, hice un sonido con la nariz al tomar aire— vosotros también habéis tenido demasiado, Draco, Blaise, tú, Harry, los Weasley, Hermione... –sentí una punzada en el pecho al nombrarla, ella no sabía nada de esto y tampoco quería que lo supiese —Solo, no he tenido descanso desde la batalla, todavía me atormenta su risa, sus marcas, aquellas muertes, aquellos gritos, no duermo bien desde aquello y el nudo de la garganta nunca se deshace —me pasé las manos por la cabeza.

Pansy me escuchó, me aconsejó y sobretodo me apoyó, odiaba contarle esto pero necesitaba contarlo, ser escuchada y dejar de sentir que todo aquello me quemaba la garganta.

Quizás me sentía un poco más aliviada pero el sentimiento tan doloroso que sentía seguía sin irse.

La gente empezó a entrar a clases, supe que era momento de hacer lo de siempre.

Actuar como si todo estuviera bien.

Vi que Nathalie se sentó detrás nuestra, al rato Blaise y Draco que parecían algo más calmados incluso entraban riendo se sentaron juntos frente a nosotros.

—Hicimos un pequeño juego –dijo Draco mientras se metía un golosina en su boca y nos guiñaba un ojo.

—Adivinen cual —dijo Blaise poniéndose bien la capa del uniforme, sonriendo orgulloso.

—Ay no —dijo Pansy agachando su cabeza y con una sonrisa incrédula.

Sin poder evitarlo empecé a reir, desde luego no tenían remedio.

—Bueno, tiene razón en parte, no es tan aburrido tirar niños por las escaleras —se encogió de hombros y sonrió.

Saludé a Harry y Ron que venían juntos, ya que pociones la compartíamos con los Gryffindor.

Pero Hermione nunca apareció.

Le hice un gesto a Harry haciéndole entender que donde estaba ella, él solo se encogió de hombros y miró hacia la puerta dejándome claro que él tampoco sabía nada de ella.

Tras un rato donde Snape no paraba de hablar y hablar y nosotros tomábamos excesivos apuntes en nuestros folios alguien tocó a la puerta.

—¿Retraso, señorita Granger? —dijo Snape mirándola serio, como siempre.

La chica acomodó por la parte delantera con un gesto rápido la capa tapándose la camiseta blanca, su capa estaba desabrochada, a diferencia de que ella siempre la tenía abrochada con cada uno de los botones.

Asintió levemente.

—Diez puntos menos para Gryffindor, puede pasar —dijo el profesor sin más, volviendo a tomar el libro y siguiendo con la lectura.

Tomó un sitio libre que había en primera fila y sumergiendo su cabeza en los libros, no volvió a levantarla en ningún momento.

_________________________

<3

ꜱᴏʟᴏ ᴜɴᴀ ᴠᴇᴢ~ ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora