Capítulo 33

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Damián

  

Constantemente miraba por el retrovisor para ver a Jared, desde que salimos del hospital se había puesto demasiado pálido y débil… No creo que esto haya sido nada mas por la cortada en la pierna, algo debía de haber traído el cuchillo.

Sonó mi celular.

– ¿Qué paso Luna?

–Debemos parar, Jared está apunto de desmayarse.

–Ahí adelante.

Colgué y nos detuvimos en unas pequeñas canchas de futbol, nos bajamos los 3, miré al interior del coche de Jared, el estaba recargado totalmente en el asiento con los ojos cerrados.  Abrimos la puerta, estaba respirando muy agitadamente y sudando frio.

– ¿Qué crees que le paso? –dijo Katia acercándose a el tomándole el pulso por la yugular

–Alguna sustancia traía el cuchillo, esto no sucede solo por una simple cortada en la pierna.

–Jared ¿Qué sientes? –dijo Luna pasando su mano por su mejilla.

–Escalofríos y me siento muy mareado, siento como si de algún momento a otro fuera a vomitar –sus dientes empezaron a castañear en ese momento.

– ¿Cómo si estuvieras borracho? –dijo Katia algo sorprendida y aguantándose una risita, a lo que Jared solo rió un poco.

–Ándale, más o menos –rió un poco más.

–Creo saber lo que es, no recuerdo muy bien el nombre de la sustancia, pero es una que debilita el metabolismo, pero no lo daña, solo baja sus defensas… Estará bien en un par de horas –Suspiro Luna

–Bien, creo que tendremos que llevarlo en otro coche, no quiero que sufra algún accidente.

En cuanto dije esto, 3 camionetas de la policía y 2 carros nos emboscaron, yo agarre mi pistola y comencé a dispararles, al igual que Katia y Luna, que eran las que estaban mas cerca de las patrullas.

“¡Mierda!” dije para mis adentros eran demasiadas, solo vi como a las chicas las agarraban de las manos y las jalaban a las patrullas, les ponían las esposas.

– ¡Damián! ¡Llévate a Jared! ¡AHORA! –me grito Katia, yo la miré.

– ¡Volveré por ustedes! –Salí de atrás del coche y me subí al carro de Jared.

Me sentí tan impotente al ver como subían a las chicas a la patrulla mientras yo me escabullía en la noche junto con Jared, golpee el volante de pura frustración, el solo miraba al frente y tenía las manos encrespadas en fuertes puños.

– ¿Qué vamos a hacer? –dijo, parecía más consiente que hace rato, pero aún se veía algo débil.

–Tenemos que sacarlas antes de que las extraditen a Estados Unidos

– ¿Y no crees que sería más fácil sacarlas allá? –Fruncí el ceño… Puede que tenga razón.

–No quiero que pasen mucho tiempo ahí.

–No las subestimes –Se rió un poco– van a estar perfectamente

Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora