Capítulo 50

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Damián

Katia y yo habíamos salido a cenar a un restaurante al que íbamos cuándo a penas nos estábamos conociendo, se llamaba "La Casita del Ratón". Un nombre bastante chistoso pero la comida sabía exquisita.

Nos sentaron en la zona vip, teníamos ciertos privilegios ahí, ya que habíamos ido demasiadas veces, pero nos encantaba, en cuanto nos sentamos, empecé a recordar el cómo fue que conocí a Katia y lo rápido que me enamoré de ella.

*Flash Back*

Estábamos escondidos, Jared, Jonathan y yo en un pequeño callejón de la ciudad de Nueva York, esperando a que nuestras camionetas llegarán para poder salir de ahí sin que nadie nos viera, acabábamos de terminar una misión y no podíamos levantar sospechas.

En lo que esperábamos, escuche un sonido muy raro en el fondo, voltee con cuidado, no se veía mucho, ya que estaba cayendo la noche y apenas se veían sombras de botes de basura y tablones viejos de madera, pero más allá de todo esto, se podía percibir una sombra un poco abultada que parecía estar temblando.

Me levante del suelo con cuidado y me acerqué lo suficiente para ver que era aquello, cuando llegué a la esquina, me di cuenta de que era una chica, con el cabello completamente empapado de una sustancia que parecía aceite y con ropa muy sucia.

Ella levantó su mirada hacía mí y dejó de temblar, parecía tener frio en lugar de miedo.

– ¿Te encuentras bien? –dije acercándome un poco más.

Ella dio un salto que me tomó por sorpresa, me hice un poco hacía atrás y antes de poder hacer algo, ella ya estaba apuntándome con un arma. Yo alcé las cejas.

– ¿Qué hace alguien tan bien vestido en esta zona de la cuidad? –dijo lentamente y con una sonrisa, su voz resulto ser más fuerte y grave de lo que me esperaba.

Cualquier cosa que fuera a decir después de eso quedó interrumpida por Jared y Jonathan que en un par de segundos ya se encontraban a mi lado apuntándole a la chica, ella no se mostró ni un poco sorprendida.

–No me asustan si eso es lo que pretenden –dijo viéndonos fijamente.

Nadie dijo nada durante unos segundos, después un momento de silencio, la chica arrojo el alma contra la pared más lejana y dejó caer los brazos a sus costados, Jared se adelantó para agárrala por los brazos pero yo lo detuve. Le sonreí a la chica.

–Tienes agallas, me gusta la gente con agallas –me acerque, ella no se movió ni tampoco dejaba de sonreírme.

–Se quién eres –sonrió más– Damián Rochester, me gustaría trabajar contigo si no te importa.

Me quede algo sorprendido, en ese momento llegaron nuestras camioneta, Jared y Jonathan se subieron de inmediato.

– ¿Y tú cómo te llamas? –le extendí una mano, la tomó y camino junto a mi hacía la camioneta.

–Katia Zafir, ya tendré tiempo de contarte mi historia.

Después de eso partimos hacía la mansión.

*Fin Flash back*

Mas sin embargo nunca lo hizo, la miré un momento, estaba leyendo el menú, cuándo los dos decidimos que comer, le hice la pregunta.

–Amor, nunca me contaste en realidad como fue que llegaste a ese callejón dónde te conocí ¿recuerdas? –dije tomando un poco de vino.

–Claro que me acuerdo, ¿Cómo olvídalo? –rio un poco– es una historia un poco larga.

–Tenemos tiempo –sonreí y ella conmigo.


*Ya se, ya se, esta demasiado cortito y tarde milenios en subirlo, no me odien, pero ahora si se tardaron las leídas en subir, no sean malos y pasen esta pequeña novelita a sus amiguitos, no se preoucupen, para compensarlos por su espera, voy a subir otro capítulo en unos minutos! 

Gracias a todos los que han seguido la historia desde el principio y gracias por sus votaciones y sus comentarios, ya saben que me encanta leerlos y que me digan y me amenazen de muerte si quieren jaja, los amo demasiado, ya casi somos 70,000 leídas wow! MUCHISIMAS GRACIAS! 

Los amooooo*

Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora