Capítulo 48

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Victoria


Ok, estaba oficialmente estresada, no había pasado ni una semana desde que llegó Dimitri y ya me estaba volviendo loca su forma de actuar conmigo. Lo mas absurdo de todo es que parecía que él y yo éramos como los mismos polos del imán, él era como que mi replica exacta. Actuaba como yo, hablaba como yo, pensaba como yo. La verdad es que eso debería ser bueno.

Pero ¡No! ¿Cómo dice ese dicho? "Polos opuestos se atraen"... Nosotros éramos iguales, y es por eso que siempre estábamos chocando.

Tengo que tener paciencia, calmarme y tomar las cosas por donde mas me convenga.

Baje las escaleras hacia la sala y de ahí hasta el garaje, tenía que ir a dar una ronda a la prisión de máxima seguridad, tenía que ubicar perfectamente donde estaban las entradas y cual sería mas fácil para nuestro plan. Eso me llevaría bastante tiempo y justamente era eso lo que necesitaba.

Abrí la puerta del garaje y entre deprisa, aunque tenía tiempo de sobra, no quería encontrarme para nada con Dimitri, he ahí el porque salía tan temprano.

En cuanto me fui acercando al auto que quería, vi una figura sentada al fondo del pasillo "Por favor que no sea el" suplique, pero no, era Ian.

Me acerqué más y me detuve enfrente del auto, si él quería estar solo, no iba a ser yo la que lo molestara.

– ¿Victoria? –dijo, y fue su voz la que me hizo voltear a verlo de nuevo.

– ¿Estas llorando? –alcé una ceja, incrédula, bien decían que Ian era el más sensible de toda la casa, pero jamás lo había constatado. Hasta hoy.

Él se levantó e hizo un gesto con la mano, restándole importancia, yo lo miré por un segundo mas, tenía los ojos rojos, aparté la mirada y me entretuve buscando la llave del Mustang que tenía enfrente.

–¿Vas a algún lado? –se posó alado de mí.

–Si –localicé la llave y camine hacía el asiento del conductor.

–Ya... –dijo en un susurro, distraído, suspiré.

– ¿Vienes? –no quería exactamente eso, pero no podía dejarlo así.

– ¿Segura? ¿No es algo confidencial? –se acerco a la puerta del copiloto.

–No.

Diciendo esto, se subió y yo también, encendí el motor.

–Te vas sin mí –me sorprendió la voz que venía del lado del copiloto, rodé lo ojos y voltee a verlo. Dimitri.

–Si –lo miré fijamente y después avancé.

Salimos de la mansión, ni Ian ni yo decíamos nada, íbamos cada quien en sus propios problemas, sin embargo no era un silencio que nos desagradara, si algo necesitábamos los dos era un poco de paz.

–Victoria ¿Puedo hacerte una pregunta? –dijo después de más o menos 1 hora de camino.

–Dime –sonreí sin verlo.

– ¿Qué harías si alguien te confesara un secreto que pone a prueba tu lealtad y amor al mismo tiempo? ¿A que cosa le harías más caso? ¿A la lealtad o al amor?

Fruncí el ceño, interesante pregunta.

–Persona demasiado sentimental, no soy –dije después de meditarlo– pero elijo el amor.

– ¿Por qué? –su voz dejaba ver la sorpresa.

–Fácil –aceleré más– la persona que te contó ese secreto no te lo hubiera contando si de alguna forma, no te amará –voltee a verlo– es justo pagarle igual.

– ¿Y si ese secreto pone en peligro a... mucha gente? –dudó al final, alcé las cejas.

–De igual forma... –suspiré– Todos tenemos secretos, si alguien ya hubiera revelado los suyos, todos estaríamos muertos.

Después de eso no hablo mas, me sentí un poco mal, pero no quería meterme, lo escuche suspirar muchas veces. No pregunto nada después de eso.


Claudia

Los nervios me estaban matando, tenía que estar en 5 minutos en la bodega que estaba a pocas calles de la mansión, por un lado estaba el miedo de que Damián me sorprendiera, y por el otro, estaba el que cierta persona no llegara.

Camine mas deprisa y entré de un salto a la profundidad de la bodega, era enorme, camine de aquí a allá, hasta que encontré una sombra mas para allá de donde estaba.

–Pensé que no vendrías querida amiga –su voz retumbo en las paredes.

–Pues ya estoy aquí –me acerque a él hasta poder verlo.

–Bien ¿Trajiste lo que te pedí? –le extendí el sobre amarillo que llevaba.

–Ahí esta todo lo que me pediste –suspiré– no preguntare para que lo quieres, pero necesito saber que harás después. Necesito estar alerta.

–Tranquila pequeña Claudia –rio– ya lo sabrás en mi próxima llamada, y no te preocupes, haré muy buen uso de esta información.

–Solo recuérdame porque estoy haciendo esto –cerré los ojos con fuerza.

–Porqué me debes un favor y porque te di muy buenos soldados, tales como Victoria y Dimitri, ten cuidado con esos dos. Victoria es como una leona esperando atacar y Dimitri como un tiburón. Así que, yo que tu me andaba a las vivas. No son de desconfiar, para nada, mas te recomiendo que no los hagas enojar –rio más.

Caminó hasta que desapareció en el fondo de la negra bodega, me acerque a la pared más cercana y me deslice, Dios, que frustrante.

–No sabía que jugabas a los dos bandos –dijo una voz que me heló la sangre.

Luna

Llegando a la prisión me fui directamente a mi celda, no quería hacer nada, me dijeron que había llamado una hermana, era obvio quien era. A estas alturas Katia ya tenía que saberlo, aunque lo que me estaba preguntando era si Damián también lo sabía.

Y... ¿Jared? ¿Habrá sabido que estaba enferma de "Diabetes"?.

Jared... ese día, me iba a permitir torturarme con su recuerdo. Ya después pagaría las consecuencias.



*HOLA CHICAS Y CHICOS (¿Si hay?) ¿Cómo han estado? Espero que de maravilla, perdón por desaparecer... again e.e Es que ya saben, necesito que los capítulos lleguen a las 200 leídas para poder subir otro y esta vez si se tardo en llegar, pero bueno ya estamos aquí.

Espero que les este gustando, ya casi somos 61,000 leídas! Wow muchisisisisisismas gracias! En serio que no saben que feliz me hacen, decidí subir también ahorita porque entraré en etapas de trabajos finales y examenes y ya saben, ese horror de la Uni, pero bueno, espero subir pronto! No olviden dejar sus comentarios y votar please. LOS AMO!*


Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora