Capítulo 41

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Katia

Después de otros 3 días conduciendo sin descanso, llegamos a la mansión.

Al entrar nos recibieron Isabella e Ian que llegaron antes junto con los demás, no dijeron nada, solo nos ayudaron con nuestras pequeñas maletas que llevábamos.

Miré la casa con detenimiento, las paredes blancas eran solo eso, paredes, cada rincón parecía vació, ya no era lo mismo, algo dentro de todo aquello cambio y estaba segura de que era, y eso me rompía mas el corazón.

Voltee a ver a Damián, tenía la misma mirada perdida, cerró los ojos con fuerza, después de un rato los abrió y se acerco a mi oído

–Reúne a todos, quiero decir algunas palabras –suspiro y subió las escaleras con paso cansado.

Suspiré y fui a la cocina, fue entonces cuando me embargo un sentimiento aún peor... Luna.

Diablos, tengo que decirle, porque... ¿Quién mas, aparte de mi, puede darle una noticia como esa?

Miré el teléfono de la cocina, obviamente desde ahí no podía hacer la llamada; salí de la casa y me dirigí a la esquina de la calle, ahí había un teléfono.

Marque el numero de la prisión de máxima seguridad, me contestaron y con una mentira que hasta yo me creí, pudieron pasarme a Luna, obvio no sin antes preguntarme mi nombre, dije el único que se me ocurrió "Lisbeth Lewis".

Esperé mas o menos 5 minutos, fue cuando comenzó empezó la tortura para mi.

– ¿Bueno? –me contestó con voz cansada.

–Luna... –susurré,

–Mar... –se detuvo– Lisbeth, ¿Qué pasó? ¿Ya llegaron a... casa?

–Sí, acabamos de llegar más o menos hace como 15 minutos.

–Qué bueno, ¿Qué pasa? ¿Cómo están todos? –su voz sonaba tensa, como esperando una mala noticia, yo no contesté, se me estaba haciendo un nudo en la garganta– ¡¡Lisbeth!! ¡Dime que pasa!

–Luna, tengo que decirte algo... Y quiero que lo tomes con calma –"Como si eso fuera posible" me dije a mi misma, las lagrimas amenazaban con salir cada vez con mas fuerza.

–Dime –escuché el miedo.

–Jared... –mis ojos no pudieron aguantar más el peso de las lágrimas, que fueron derramándose por mis mejillas.

– ¿Qué pasa con él? ¿Esta bien?

–Luna...

–Por favor Katia, dime que está bien... –pude notar como su voz empezaba a quebrarse.

–Jared... –agarré valor– Jared está muerto.

Y fue cuando escuche del otro lado de la línea, el golpe del teléfono al caer, acompañado de mis sollozos incontrolados que salían de mi pecho con la fuerza suficiente para hacerme caer al suelo, cosa que sucedió.

"Jared esta muerto" Esas palabras me hicieron tener el miedo que no había tenido en toda mi vida...

Luna

El teléfono quedo colgando, mis piernas perdieron estabilidad y poco a poco me fui resbalando por la pared, las lágrimas eran solo la mínima parte de todo lo que quería expresar, los sollozos ahogaban mi garganta, quemándome por dentro.

Quería salir, gritar, correr, preguntar porque, no quería creerlo... ¡NO PODÍA CREERLO!

¿Por qué el? ¿¡¡POR QUE!!?

Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora