Capítulo 57

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Luna

Estaba despierta, la simple idea de que mañana podría salir de aquí me mantenía en estado de alerta máxima, temía que las cosas salieran mal de nuevo, repasaba el plan una y otra vez. Sentía que estaba llegando al fondo de todo, solo para volver a subir.

Sin embargo una duda no dejaba de dar vueltas en mi mente, y después de esto ¿Qué sigue? ¿Qué se supone que debía hacer?

Es obvio que iba a seguir con Damián y los demás, ellos son mi familia y no podría dejarlos solos después de todo lo que han estado haciendo por mí, pero la idea de estar ahí sin Jared, era demasiado para mí, cada día sentiría su presencia en todos los rincones de aquella mansión.

¿A quién quiero engañar? No me encuentro bien, desde que Jared se fue, una parte de mí se durmió para siempre, es como si la función de amar a los demás hubiera sido desenchufada del cerebro, no sabía que iba a ser de mi con ese vacío en mi pecho.

Pero tenía que ser fuerte, precisamente por él, sé que no le gustaba la debilidad en absolutamente nadie, así que no lo seré, lucharé hasta el final, por él.

Isabella

Todo estaba listo para el rescate, hace demasiado tiempo que no me sentía con la adrenalina así de intensa, en sí, el plan que Luna nos había dado no era tan complicado, pero no debíamos confiarnos, eso pasó la vez anterior y terminó todo en tragedia.

Victoria y yo estábamos ya en el hospital, ayer nos movimos como locas para conseguir que nos dieran trabajo de asistentes en el piso de urgencias, la verdad es que no fue nada sencillo, pero lo logramos después de como 5 horas, y de prometerle al director del hospital una muy buena compensación por ello, cosa que nos dio algo de asco a las dos, pero trabajo es trabajo y a veces se hacen cosas desagradables, ni modo.

Las cosas iban bien, sinceramente no sabía absolutamente nada de medicina, pero mis compañeras de trabajo me ayudaban explicándome para que funcionaba cada instrumento y en que parte del cuerpo utilizarla, tuvimos que entrar en el turno de la tarde, lo cual nos vino como anillo al dedo, y a esa hora, llegaban demasiados pacientes con diferentes síntomas, cosa que nos mantuvo ocupadas, algo que agradecí ya que necesitaba calmar mis nervios.

Victoria estaba en maternidad, así que no la vi hasta que fue hora de comer, faltaban menos de 2 horas para que el plan comenzara.

Me senté en el comedor, con mi bandeja semi vacía, con un pan y un vaso de jugo de naranja, saque mi celular y vi un mensaje de Damián.

"Estén atentas, mi mensaje es la señal"

Leer eso trajo consigo una sensación pesada en mi pecho, la adrenalina empezaba a fluir por mis venas hasta mi corazón, haciendo que este latiera a un ritmo desenfrenado, en mis manos comenzó a temblar el celular.

–Cálmate –dijo Victoria sentándose a lado de mi, haciendo que diera un salto.

–Idiota, casi me matas del susto –exclamé, dándole una mordida a mi pan.

–Debemos permanecer tranquilas – me miró como queriéndome decir algo.

– ¿Qué ocurre? –me extrañó su actitud, ella nunca se veía preocupada por nada.

–No sé, algo me dice que esto no terminará bien.

–No digas eso, lo que piensas es lo que atraes, todo DEBE de salir bien –suspiré ¿Cómo decirle que pensaba lo mismo?

–Da igual –diciendo esto se levantó y se fue.

La observe irse y me quedé pensando en ¿Qué pasaría si todo salía mal de nuevo?

Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora