Capítulo 60

252 22 4
                                    

Luna

Salí de ese hospital con un poco de esfuerzo, no podía quedarme sin hacer nada, ese desgraciado seguía vivo, tenía que hacer algo, tenía que acabar con su ponzoña de una vez por todas.

Camine lento por las calles de New York , viendo a la gente pasar, no tenía nada mas que hacer ahí, esto sería lo ultimo que haría aquí, en esta cuidad, en estas calles, en estas plazas... en esta vida.

Sabía que moriría ese mismo día, mi cuerpo no resistirá mucho más adrenalina que esta, estoy demasiado débil, pero no dejaré que ese sea un impedimento para lograr mi objetivo, el único que he tenido en mi vida y por lo que he vivido todo este tiempo.

El me arrebato a mi madre, a mi novio, a las únicas personas que yo había considerado mi familia en todo este tiempo, era increíble que él, siendo mi padre, lo odiara mas que cualquier otra persona en el planeta, mas que cualquier situación y circunstancia.

Cuando menos lo esperaba, ya estaba delante de aquella mansión que tantas memorias me ha dejado, que tanta enseñanzas me dio, aquí conocí a las personas mas importantes para mi.

Entre despacio, y en cuanto lo hice, los ojos se me llenaron de lagrimas, todo estaba destrozado, todo lleno de polvo, parecía que había pasado un tornado por ahí... Y bueno, teniendo en cuenta la situación, no parecía muy lejana la comparación.

Seguí caminando por aquellos pisos que algún día fueron blancos, ahora solo estaban llenos de tierra y cenizas de ciertas cosas que se quemaron.

Voltee a ver mi lugar favorito en toda esa casa, las escaleras, siempre me gustaron, desde que llegue, se me hacía algo tan imponente y a lado de estas, el piano que un día hizo que mi imaginación y sentimientos se fueran muy lejos de este lugar, estaba totalmente arruinado de la parte de arriba.

Me acerque a el, casi con miedo, no quería que aquellos recuerdos murieran con esta casa, no quería olvidar...

"Flash Back"

– ¿Por qué no me crees? –dijo Jared riéndose, parado enfrente del piano.

–Porqué nunca te he escuchado, hasta no ver y escuchar no creer –reí con él.

–Esta bien, te lo demostraré –sonrío y se sentó cómodamente en la sillita del piano.

Me recargue en la parte de alado de él, poniendo mis codos encima del piano. Él empezó a mover sus dedos sobre el teclado, parecía saberse de memoria los sonidos, creaba una melodía realmente impresionante, los sonidos sonaban tan coordinados, tan bien aprendidos, que parecía un concierto en plena casa.

Poco a poco me fui relajando cada vez mas al escuchar esas notas salir de tan hermoso instrumento y me maravillaba al ver como no le costaba nada de esfuerzo tocar aquella melodía tan llena de tristeza, pero que aún así sonaba hermosa.

Sus ojos saltaban de una nota a otra, totalmente concentrados en aquella canción que parecía pegarse a nuestros corazones, en ese momento solo existíamos él y yo, no tenía idea de que con un instrumento así, se podían crear sentimientos tan puros y reales.

De repente me miro, posando lo azul de su mirada en mí mientras las notas seguían sonando, parecía como si dijéramos todo lo que sentíamos el uno por el otro con la mirada, con la tonada perfecta de fondo... Los dos sonreímos al mismo tiempo.

Las últimas notas de la canción, revolotearon en el aire, como una tonada que no se quiere acabar y que se queda en tu memoria siempre.

Él sonrió de nuevo, se levanto de su asiento y me abrazo, en ese momento comencé a llorar, no entendía realmente el porque, pero sentirlo cerca después de esa melodía tan hermosa, fue lo mejor que me pudo pasar en mucho tiempo.

Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora