Capítulo 12

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Luna

6 meses... 6 Meses han pasado desde esa tierna y hermosa noche, mi mente regresa a ese escenario y me ruborizo al recordar cada detalle, prometí confiar, aunque mi confianza ya no es la misma, Siempre existirá en mi esa duda ¿Lo volverá a hacer? El amor es tan complicado, y siendo este mi primer amor, es demasiado difícil afrontar este tipo de casos la primera vez que sientes algo así.

En fin, pasando a otro tema, en la mansión todo era normal, las misiones seguían y cada día llegaban más personas a reclutamiento. Ian y yo nos habíamos convertido en los mejores amigos y Jared lo entendía e incluso trataba de llevarse bien con él, era divertido ver esos esfuerzos, Damián y Katia estaban por casarse, ¡Eso era nuevo! algo de alegría a este lugar no le caería mal.

Sin embargo, algo me decía que no todo iba a salir bien, algo o alguien iba a venir a causar más problemas de los que ha habido, ese presentimiento me dejaba un amargo sabor en la boca cada vez que me levantaba, todo parecía estar bajo una tensión innecesaria y se sentía el ambiente pesado. ¿Qué traman? esa era mi duda al ver los ojos de aquellos con los que me cruzaba... Incluso esos ojos turquesa que me miraban con adoración escondían algo que yo tenía que descubrir.

Esa tarde estaba libre para mí, caminaba sin rumbo en las frías calles de Nueva York, miraba al suelo mientras recordaba los buenos y malos momentos que han pasado en mi vida, no sé porque me acorde de mis compañeros de la preparatoria ¿Que habrá sido de ellos? Una sonrisa maliciosa se dibujó en mi rostro cuando recordé a una de ellas. Era la más mala conmigo, su nombre: Suzanne, recordé sus ojos miel y su risa burlona mirándome con desprecio, no sé porque era así conmigo, ¿Seguirá viviendo donde mismo? Eche un vistazo al lugar, no me quedaba tan lejos. Camine decidía a darle una visita amistosa, un deseo ya conocido corrió por mis venas y la adrenalina hizo que empezara a caminar más rápido, llegue a su casa y si, ahí estaba todavía su apellido "Jennifer Miller" era su madre, toque 3 veces.

No me importaba matar a toda su familia, estaba en mis venas ese deseo de matar, ya se había convertido en una parte de mí y no podía quitarla, no quería, ya era mi vida el ver sangre en mis manos y no dejar huella de quien o como paso, siempre veía casos en la televisión que eran causados por la secta de Damián… Mi secta, no teníamos nombre ya que pensábamos que era innecesario tanta payasada, con tan solo saber quiénes estaban de nuestro lado y quien no, era más que suficiente, me había convertido en una persona fría de pensamiento aunque de corazón noble con los que no tenían culpa de nada, en cierto modo, la familia de Suzanne no tenía culpa de la forma de ser de aquella estúpida niña, pero no podía dejar testigos, lastima.

Fue la misma Suzanne quien me abrió, más alta, más rubia, más tonta...

– ¿Luna?

–Hola Suzanne, hace mucho que no nos vemos ¿Verdad?

– ¿Cómo has estado? ¿Porque te saliste de la escuela?

–Larga historia... ¿Me dejas pasar?

– ¡Claro!

Y tanta amabilidad ¿De dónde salió? Pase a su casa, era linda... Tal y como la recordaba desde aquella fiesta a la que milagrosamente me invito pero que solo fue para hacerme quedar en ridículo, rodé los ojos al pensar en esto, empezó a platicarme muchas cosas… Para mí solo eran "Bla, bla, bla, bla"… Decidí que ya era tiempo… "¿Hay alguien contigo?" __ No, se fueron de vacaciones, ¿Porque? __"Es que te vine a dar un regalo"

Mi plan empezó, saque mi pistola y le apunte en la cabeza, le ordené que cerrará la puerta con seguro, la amordace y la senté en una silla atándola de los pies. La torture un poco, en esos años había aprendido a torturar con palabras y no con cuchillos, en fin.

– ¿Tienes tus últimas palabras listas? –le apunté

–Si... –suspiro resignada

–Bueno ya... ¡Dilas!

–Solo quería decirte que… tu padre llegó a la cuidad y… mató a tu madre.

Esas palabras, me erizaron la piel... Aunque al momento no le creí ni chispa y hasta me dio risa, después lo pensé bien ¿Era enserio?

– ¿Qué?

–Lo que oíste, hasta salió en las noticias, un día varios compañeros y yo entramos a escondidas a la que era tu casa… encontramos que tú madre dejo una carta para ti, supongo que ella ya presentía lo de tu padre…

– ¿La leíste? –le interrumpí, ella solo miro al suelo... Respuesta suficiente

–Lo siento, la carta está en el último cajón del buro de la entrada.

– ¿Esas son tus últimas palabras?

–Si...

Sin pensarlo dos veces le tire un balazo en la cabeza, lo bueno es que tenía silenciador, fui hasta la entrada.

En la suave letra de mi madre estaba escrito mi nombre sobre el papel que se había convertido en amarillo por el paso de los años, la tome en mis manos.

La observe y recordé aquella carta que me había llegado un 14 de Octubre al buzón de mi casa, la cual me cambiaría la vida, guarde el sobre en mi abrigo y salí como si nada hubiera pasado, no me importaba dejar ahí a Suzanne en medio de su sala con un balazo en la cabeza y sangre por todos lados, jamás darían conmigo y eso lo sé. Camine pensando en el contenido de la carta, sin pensarlo ni premeditarlo llegue a esa que había sido mi casa, mire al frente, ahí estaba… Esa casa de mármol blanco con hermoso jardín enfrente que hace tantos años yo pise.

Entré despacio, no había nadie y las cosas tenían una capa de polvo y telarañas. Recuerdos, recuerdos, todo me era familiar pero a la vez tan extraño, a pesar de estar en la casa en la cual pase 15 años de mi vida, no sentía nada, era como si no la conociera, como si jamás hubiera estado ahí antes aunque mi mente estaba llena de recuerdos, camine hacia las recamaras, todo estaba limpio, tal y como lo deje, solo con un pequeño detalle, al entrar a mi habitación vi encima de mi cama una hoja que decía "¿La has visto?" junto con mi foto y mis características.  ¿Me había estado buscando?

Un suspiro junto con un dolor en el pecho salió de mis labios, me senté y observe esa hoja por mucho tiempo, recordé la carta, me sentía como hace 3 años en la escuela cuando leí esa invitación a cenar, saque el sobre de mi abrigo.

Las horas pasaron, 1...2…3…

No dejare que otra carta arruine mi vida.

Esa carta que había escrito mi madre se iría junto con mis recuerdos al vacío. Todo quedaría atrás. En mis manos estaba ya ese sobre roto en miles de pedazos pequeños, lo que tuviera que pasar pasaría sin que yo lo supiera, no quería planear ni premeditar nada, no quería ser advertida de algo que a fin de cuentas ya sabía que pasaría, no quería ser cautelosa con alguien que ni siquiera recordaba. No quería tenerle miedo.

Salí de ahí dejando los trozos de aquel sobre en mi cama, no volvería jamás a ese lugar.

Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora