Capítulo 3

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Esa misma tarde, la niña Luna estaba en su casa demasiado pensativa. Seguía con lo mismo "Lo tomaré como un juego" Eran las 19:30hrs, tenía solo 30 minutos para llegar a la cita, decidió decirle a su madre que iba a la casa de una compañera a estudiar. Nunca se imaginó que esa mentira la llevaría a un mundo desconocido y nuevo al que después desearía no haber entrado nunca.

Se arregló con un vestido elegante, su madre no le pregunto nada ya que ella siempre se vestía de esa forma, no para llamar la atención, si no porqué le gustaba.
 

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"Que ironía" decía Luna ahora ya de 20 años viendo la lluvia de nuevo, no se había movido de ahí en días, tampoco es que pudiera, pero estaba segura de que debía salir de ahí y terminar todo de una vez por todas.

"Pensar que eso me serviría de mucho en cuanto entre a ese mundo asqueroso"

¿Por qué no intentas olvidarlo?
No puedo
Claro que puedes –se acercó a ella y la abrazo por los hombros
Jared... tú conoces mi historia, no puedes decir que lo olvide porque tú también lo viviste, además de que sirve, seguimos dentro de este podrido mundo lleno de ambición y sangre.
Lo se… suspiro el joven pero no podemos hacer nada por cambiarlo, es algo que ya es parte de nosotros.

Los recuerdos inundaron de nuevo su memoria.


Volvió a mirar la ventana.



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Se dirigió a la casa, eran las 19:50hrs, le gustaba mucho ser puntual, cruzo la calle y se detuvo enfrente de la puerta de madera cobriza que había delante de ella, toco 3 veces con nervios, "Esto está mal, pero ya estoy aquí" se dijo a sí misma, no sabía hasta qué punto ella tenía razón... Eso estaba muy mal.

La puerta se abrió casi de inmediato, la empujo un poco para poder pasar, entro cautelosa y temblando de pies a cabeza, la mansión por dentro era aún más hermosa que por fuera, con pisos de azulejo blanco y acabados en los muros color dorado, grandes cortinas rojas y muebles rústicos, se preguntó si la casa era de la persona que le envió la carta. Camino hasta que encontró un lugar donde sentarse, lo dudo un momento pero después se sentó a esperar... Algo. Hasta ese momento se dio cuenta de que esto no era solo un juego. Pero ya era demasiado tarde, no podía irse o algo grave pasaría.

Escucho pasos venir de las escaleras, volteo por inercia y vio una cara bastante familiar... era un amigo de la infancia, ahora más guapo y alto, su nombre... Josep.

­– ¿Joe?
­–Hola Luna –sonrió satisfecho aquel joven
– ¡Cuánto tiempo! –se levantó de donde estaba y le dio un fuerte abrazo.

A decir verdad… Josep siempre le gusto a Luna, era rubio, de ojos verde intenso, alto y 2 años mayor que ella, se conocieron de casualidad en una fiesta hace mucho, ella tendría unos 8 años, bien decía la carta, que si le decía su nombre no lo iba a recordar, ahora él tenía 17 años, era un chico fuerte y apuesto.

Sin embargo, escondía un oscuro secreto que Luna pronto iba a lamentar haber descubierto.

–Pensé que no vendrías –la tomo de la mano y la guio hasta el comedor donde ya estaba servida en la mesa una cena que se veía exquisita
–Te seré sincera, al principio no quería
–Pero bueno... Viniste.

Al principio todo fue normal, una charla de amigos e incluso parecían dos enamorados disfrutando de una cena de aniversario o simplemente para pasarla bien, Luna se fue relajando a medida que pasaba el tiempo. Dieron las 23.30hrs.

–Yo creo que ya tengo que irme –dijo levantándose del sillón en donde estaba
– ¿Por qué?
–Ya es tarde
–Quédate al menos hasta que den las 12, si quieres yo te llevo a tu casa
–No esta tan lejos
–Por favor…

La mirada de aquel chico la cautivo por completo, accedió a quedarse media hora más, platicaron de más cosas sin importancia hasta que dieron las 00:00hrs. Hora de irse a casa, los dos se levantaron.

En el momento en que ella se dirigió a la puerta. Todo se tornó negro para ella.

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Ahí empezó todo... volvió a repetir la joven abrazando la almohada. La luz de la luna cubría su cuerpo como aquel día en que su vida dio un giro de 180°.

Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora