26

32 3 0
                                    

ZEDD

El color seguía intacto después de todo este tiempo, un rojo vívido y cálido que llamaba la atención por ser tan vibrante.

La pintura seguía siendo la misma, sin haber sido sustituida sin siquiera un solo retoque. Uno que otro rayón a los costados que plasmaban las horas que le dedicaba.

Y ahí estaba, el instrumento que había buscado por debajo de las piedras, moviendo cielo, mar y tierra para después darme por vencido y aceptar su partida.

La batería, la roja.

─ ¿Es la misma?─ pregunté pasmado después de verla en la habitación que Elías adaptaba para mí cuando venía a su casa.

Asintió y sonrió con la boca cerrada.

Me acerqué y la observé detalladamente. Las marcas con plumones permanentes seguían estando allí. Mi nombre en unas letras asimétricas que garabatee desde que me la regaló, firmándola como si fuera de mi propiedad.

─ ¿Cómo la conseguiste? La he buscado durante unos meses, hasta que me dijeron que un comprador la había adquirido y la di por perdida.

Elías soltó una risa y miró sus zapatos.

─ ¿Qué es gracioso?

─Yo fui el comprador. Ese modelo es especial, solo sacaron una serie en todo el país, era más que obvio que se trataba de la tuya. La compré de inmediato anónimamente, sabía que Andrew era el que la estaba vendiendo, tú no lo hubieras hecho nunca.

Solté una risa amarga. A Andrew no le bastaba en enfocarse en sus propios asuntos. Ese hombre se empeñaba en arruinar la vida de los demás. Pareciera que le daba satisfacción el ver la propia miseria de las personas.

Pasó una mano por su cabello y se acercó unos pasos a una caja de donde sacó las baquetas y me las entregó en las manos.

─He perdido la práctica. Alec es el baterista de la banda.

─Zedd, tocas casi todo tipo de instrumento, estoy muy seguro que no hace falta que lo practiques muy seguido. El talento está en la sangre que corre por tus venas.

Tomé un respiró y toqué la percusión que me sabía de memoria. No fue a mejor ejecución aunque Elías dijo que había sido espectacular, yo no estaba del todo convencido. Me exigía mucho a mi mismo hasta tal punto de ser perfeccionista.

─Les he conseguido una cita en SkyRecords─. Dijo tranquilamente como si fuera una noticia irrelevante, cuando en realidad los chicos y yo habíamos luchado cientos de veces por que aquella disquera escuchara nuestro demo.

Abrí los ojos con sorpresa y él asintió repetidamente antes de darme un abrazo.

─He visto los videos de sus actuaciones, todos en conjunto son una gran banda, estoy seguro que llegarán lejos.

─No tengo como agradecerte.

─Agradéceme cuando firmen un contrato con ellos y me puedan dedicar su primer álbum─. Chasqueó la lengua y tomó asiento en la batería.

Él siempre tuvo la facilidad de conectar con la música, es por eso que nuestro lazo se había vuelto tan fuerte y seguía estando intacto a pesar de esos ocho años sin tener contacto alguno.

Llamé a los chicos en seguida. A los tres los invadió la emoción y llegaron casi inmediatamente a la casa de Elías.

─Me han dicho que tendremos que viajar a unas horas. El estudio está bastante alejado. Quieren que toquen una que otra canción y después verán que pasa después─. Elías explicó mientras los cuatro estábamos delante de él apretujados en el asiento de su sala.

Los días que pasé junto a ti (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora