BLAIR
Las voces enfurecidas se trasportaron hasta entrar por la puerta de la habitación de Zedd. Inmediatamente me miró con el ceño fruncido extrañándose de que era lo que estaba pasando. Quitó el edredón que cubría su cuerpo y se incorporó lentamente para sentarse al borde de la cama quedándose en silencio para poder escuchar la discusión.
La voz de su madre trataba de interrumpir y calmar a las personas que estaban dando todo un espectáculo vociferando.
─ ¡NO TIENES DERECHO ALGUNO DE ESTAR AQUÍ!
Reconocí la voz de su padre reclamando. El chico se tensó y siguió con la mirada baja, como si estuviera concentrado toda su atención en las palabras.
─ ¡ME INTERESO POR SU BIENESTAR, ALGO QUE TÚ NUNCA HAS HECHO!─ Elías espetó.
Zedd se levantó de la cama sacando las fuerzas que le hacían falta para ponerse de pie sin necesitar ayuda y acercarse al borde de las escaleras para poder escuchar mejor la conversación.
─ ¡Y AÚN TIENES EL DESCARO DE PRESENTARTE EN MI CASA Y QUERER TOMAR MI LUGAR!
Su padre incrementaba cada vez más el tono de su voz furioso. Gritó tan fuerte que incluso sentí como raspaba la garganta con tan solo escucharlo.
El chico no dudó en tomarse de el barandal y bajar los escalones uno a uno lentamente. Traté de detenerlo aunque él se negó rechistando y siguió bajando hasta llegar a la sala en donde las tres personas estaban vociferando palabras de un lado a otro.
Su padre enfocó la vista en su hijo y soltó una risa despectiva negando con la cabeza.
Me detuve detrás de la figura del chico, intentando no entrometerme en aquella situación aunque estaba más que hundida e involucrada sin saberlo.
─Lo que faltaba─ su padre habló molesto pasando una mano sobre su frente.
Podía observar cada rastro de tensión en las personas delante de mí. Lo que sea que estuviese pasando no podría ser algo que provocara conformidad.
─ ¡¿Qué estás haciendo de pie?! ¡Regresa a la cama ahora mismo!─ su madre ordenó en un tono autoritario.
─No hasta que me expliquen por qué están gritando como unos malditos locos.
Elías miraba al padre de Zedd con repelo, a lo cual el hombre le regresaba el mismo rechazo con incluso más odio en aquellos ojos que solo reflejaban más oscuridad y rudeza.
─Zedd regresa a descansar por favor─. Elías indicó tratando de mantener la tranquilidad en sí mismo.
─ ¿Ahora le vas a dar órdenes a mi propio hijo como si tú fueras su padre?─ Andrew rio irónicamente─ ¿Qué no entiendes que tu puesto ha quedado atrás con los años?
Elías dio un paso al frente encarando a su hermano a lo que Sonia se interpuso entre los dos temiendo porque en cualquier momento los dos dieran el primer golpe, y a juzgar por sus expresiones no lo dudaba si quiera un poco.
─ ¡Maldita sea! Andrew no hables por favor─. Zedd replicó a lo que su padre lo miró con la misma sonrisa de desprecio.
─ ¡Ah claro! Se me olvidaba que el niñato siempre te ha preferido a ti y tus malditos pasatiempos estúpidos.
La forma en la que se expresaba hacia su hijo me revolvía las entrañas. Zedd jamás mereció que alguien lo despreciara de esa manera y menos por parte de su propio padre. La persona en la que podría tener un mayor nexo y una relación sana, se encontraba muy lejos a la imagen de un padre.
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Los días que pasé junto a ti (COMPLETA)
RomansLos dos trataban de juntar los pedazos rotos que habían quedado de su pasado. Zedd estaba dentro de una banda de rock, siendo el cantante principal y una estrella prometedora, sumergido en sus propios pensamientos junto con su guitarra y un secreto...