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BLAIR

Podía escuchar las ruedas de las maletas transportándose de un lado a otro, las personas recogiendo su equipaje en la banda magnética y la voz anunciando la hora exacta de salida y llegada en cada vuelo.

La sala de espera lucía llena mientras aguardábamos porque el rubio y su madre salieran por la puerta de llegada en el aeropuerto.

Me mordía las uñas de lo ansiosa que estaba por ver de nuevo su rostro, el contarle todos mis últimos días con lujo de detalles y saber lo que había estado haciendo en todo el tiempo que no tuvimos la comunicación más exacta.

─No lo sé Kai ¿Crees que te siga reconociendo?─ dijo Zedd a un lado de mi apoyándose en la columna con los brazos cruzados─ He visto fotos tuyas de hace un tiempo, has cambiado bastante.

─ ¡No es verdad!─ voltee a verlo casi indignada─ sigo estando idéntica.

─Tienes razón─ alzó una mano y la puso encima de mi cabeza haciendo que me percatara aún más sobre la diferencia de altura─ no has crecido mucho desde entonces.

─Idiota─ Rodé los ojos y él soltó una pequeña risa.

Y de pronto lo vi a lo lejos caminando, totalmente cohibido y mirando hacia todas direcciones tratando de ubicarse. Traía consigo una maleta gigantesca, la chamarra amarrada a su cadera y una gorra puesta hacía atrás. Su madre lo seguía detrás arrastrando su maleta aún más grande que la de mi amigo.

─!TRAVIS!─ grité sin importar cuanto ruido pude haber hecho para que el chico volteara.

Giró el rostro y corrió en mi dirección para recibirme en un abrazo. Esta vez sí que se había sentido como un reencuentro de película.

─ ¡Te he echado tanto de menos BliBli!─ me apretó más fuerte por las costillas e incluso pude sentir que me faltaba el aire.

El hermano que jamás tuve estaba delante de mí. Había crecido bastante, sus rasgos mostraban más madurez y aumentó su masa muscular por el ejercicio, además de seguir practicando el hockey.

Emilia llegó detrás soplando los mechones que se habían atravesado en su rostro y me dio un abrazo cálido. La consideraba como una tía.

─ ¿Cariño dónde están tus padres?─ La mujer volteó alrededor buscándolos─ No estoy dispuesta a irme caminando, los tobillos me arden tanto que estoy segura que se me caerán si doy dos pasos más.

─Mamá, tienes cuarenta y dos años, pareces una anciana─ el chico agregó mirándola apenado.

Negué con la cabeza, los dos podían ser bastante quejumbrosos y minuciosos.

Voltee a ver al chico que estaba aún apoyado en la columna observándonos con una sonrisa de boca cerrada. Le hice un gesto con la mano para que se acercara y en un segundo estuvo a un lado mío.

─Él es Zedd, mi novio─ hablé tratando de ignorar el vuelco en mi estómago al pronunciar la última palabra─ Ellos son Travis y Emilia, son mi familia.

El castaño los saludó obteniendo simpatía de ambos lados.

─ ¿Y entonces dónde están Christopher y Lauren?─ preguntó mi amigo apretando los dientes en una mueca.

─No pudieron venir. Papá ha estado muy ocupado con un asunto del trabajo y mamá se ha ido con él a fin de cuentas. Vuelven por la tarde, es por eso que nosotros los hemos venido a recibir─ Expliqué haciendo una pausa─ iremos en el auto de Zedd.

─ ¡MARAVILLOSO SEAS!─ Exclamó Emilia agradeciéndole al chico mientras avanzaba hacia la salida. Se acercó y me susurró─ Es guapo, me gusta para ti linda─. Sonrió y siguió su camino.

Los días que pasé junto a ti (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora