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BLAIR

La melodía emanaba de los auriculares en mis oídos. Los chicos habían grabado su primer demo y antes de enviarlo a la disquera, pude ser una de las primeras personas en escucharlo. Su sonido era uno ruidoso asemejándose con las vibraciones de las guitarras eléctricas y la percusión rápida.

La voz resaltaba en medio de toda la melodía, sonaba más madura, con más experiencia y seguridad sin quitar el sentimiento y emoción que transmitía. Una particularidad en la música de la futura banda prometedora.

Abrí la puerta de mi casillero y guardé la caja de los audífonos. Sonreí al ver la imagen que había adherido al costado. Una fotografía instantánea que habían tomado de la boda.

Los tres chicos salían sonriendo, mis dos amigas al medio abrazadas de sus parejas y Zedd y yo en una esquina. Él sonriendo con la lengua entre sus dientes haciendo el gesto de una mano cornuda. Había escuchado que la misma seña tenía un significado distinto en el lenguaje de señas. Y junto estaba yo, con un brazo del chico alrededor de mis hombros y una sonrisa que acalambraba mis mejillas sin ocultar la dicha que había sentido ese día.

─Hola Blair.

Interrumpió mis pensamientos y se plantó a un lado con la mochila colgada de sus hombros.

Volqué los ojos. No era la mejor persona para poner a prueba mi temperamento.

─Hola Chase. Adiós Chase.

El chico suspiró y agachó la mirada hacia sus zapatos. Llevaba el bolso de entrenamiento en una mano y la chamarra del equipo de americano puesta.

─Te debo una disculpa─. Soltó con arrepentimiento.

Fruncí el ceño y metí los libros que no ocuparía en la gaveta.

─ ¿Escuché bien? ¿Tú, pidiendo una disculpa?─Asintió y yo apreté los labios─. Habla.

Me crucé de brazos y lo miré. Lucía algo nervioso y por primera vez no vi rastro del patán con el que siempre me había cruzado. Parecía un chico vulnerable, aunque no estaba del todo convencida porque su cambio drástico de la noche a la mañana.

─No debí haberte dicho todas esas cosas. Yo...estoy tratando de cambiar. Me han ofrecido una beca deportiva y me he dado cuenta de lo estúpido que he sido gastando mi tiempo molestando a cualquier chica de la escuela en lugar de aprovecharlo en otras cosas─. Se rascó la nuca y bajó la mirada─. Mis padres se van a divorciar, no la estoy pasando muy bien.

Traté de comprenderlo. Sabía que tenía un pesar cargando en los hombros, aunque lo rencorosa que era trajo de vuelta aquellos días en donde el acoso era una cualidad más de él, y que desgraciadamente la mayoría de las personas lo encontraban normal en lo largo de esos pasillos.

Suspiré y traté de ponerme en sus zapatos. Jamás lo volvería a ver si aceptaba sus disculpas para que después se marchara.

─Es una buena noticia─ dije y él subió la mirada─. Lo de la beca, seguro que te irá bien.

Me dedicó un ápice de sonrisa y soltó un suspiro entrecortado.

─Lo siento─. Tensó la mandíbula como si el mostrar debilidad lo volviera inferior.

─No te preocupes, seguro que las cosas mejoran después de un rato.

Incluso yo misma me sorprendí con el positivismo en mis palabras.

Asintió con la cabeza y soltó una bocanada de aire.

─Asi que...tú y Zedd formalizaron...

Asentí y voltee a un costado. La conversación se estaba volviendo algo incómoda después de que las últimas palabras que habíamos cruzado en un pasado habían sido de desprecio, principalmente de mi parte.

Los días que pasé junto a ti (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora