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ZEDD

2 Meses después.

Presente.

Bajé las maletas en la entrada de la casa. Todo estaba en el mismo sitio, pero nada se sentía igual.

Abrí los brazos a mi madre. La mujer que me sacaba sonrisas hasta en los peores momentos y las disfrutaba en los mejores.

Más de dos meses alejado, viviendo la nueva vida que me prometí y soñé en algún momento.

Los planes estaban yendo lento. El primer sencillo estaba listo pero la disquera quería aguardar un poco más, es por eso que aún no se escuchaba nada sobre nosotros en el mundo.

─Cariño no sabes cuánto te extrañé─. Mi madre  me tomó por las mejillas examinando mi rostro.

Se veía más feliz, más completa. Sabía que Elías había estado en contacto con ella, y después de saber su pasado, no dudaba que en un futuro se pudieran dar una oportunidad.

No me molestaba, pues mi tío era sin duda uno de los mejores seres humanos que podía conocer y de mi madre, no había comparación a alguien tan benévola y admirable.

Se aclaró la garganta detrás de mí. Había insistido en ir conmigo hasta casa para asegurarse que todo estuviera bien.

─Andrew─. Mi madre lo miró pasmada.

─Sonia─. El hombre le dedicó un ápice de sonrisa─. No quiero molestar, solo he venido a dejar a Zedd en tus manos. Quería que llegara a casa a salvo.

─Estoy en casa. Gracias, puedes irte─. Respondí fríamente quitándole la última maleta que llevaba en su mano.

─Bien...─. Le dio una última mirada a mi madre y se dio media vuelta decidido a irse de su antigua casa.

─Andrew─. Mi madre lo detuvo─. Recién han llegado de un viaje largo. Preparé la comida, puedes quedarte si es que quieres.

─Sería un placer.

Cerró la perta con extrema delicadeza y pasó junto a mí sin mirarme antes de sentarse en el sillón.

Llevé las cosas a mi cuarto. Me quedaría solo por una semana. Kate nos había dado algunos días libres para despejarnos y ver a nuestras familias después de varios días ajetreados.

─ ¿Dónde está Lyra?─. Pregunté a mi madre por la ausencia de mi hermana menor. Sonreí al catalogarla como tal.

─Salió a dar un paseo, creo que visitaría a su novio después.

─Mi mejor amigo me ha robado a mi hermana y mi hermana me ha robado a mi mejor amigo. Traidores─. Ironicé ordenando las cosas.

Saqué prenda por prenda y la organicé con las pocas que había dejado para cuando estuviese de visita. No podía dejar desorden, tal vez me estaba convirtiendo en un maniático con la limpieza.

Mamá me dejó después de un rato para bajar a hablar con Andrew. Sabía que aún tenían asuntos que resolver en los que honestamente no me importaba entrometerme. Solo quería el bien para mi madre y verla libre después de muchos años en los que se privó de hacer las cosas que en verdad quería.

Andrew regresó unos días después a hablar sobre el mismo tema, aunque su actitud estaba tensa por alguna razón desconocida.

Descolgué una de las guitarras de la pared. En el estudio había cientos de distintos tipos y mucho más costosas, pero no significaban el mismo valor que las que tenía en mis manos.

Los días que pasé junto a ti (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora