II Luces titilantes

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Rezaba, rezaba fervientemente a quien sea para que le ayudara a salir del embrollo en el que se había metido.

Dos semanas, dos semanas habían pasado desde su cambio de escuela. Dos semanas era lo que había tardado en meterse en problemas con algún matón imbécil que encontrara molestando a alguien indefenso.

 No es que se las hiciera de héroe, ni tampoco es que fuera realmente fuerte y capaz de defender a terceros, muchas veces no era capaz de defenderse a sí mismo del todo, pero le era imposible el pasar simplemente de la situación, ignorando que había visto a personas indefensas ser molestadas por otros que con aires de grandeza se valían de su fuerza e infundiendo miedo se aprovechaban de los otros.

Sintió al par de chicas detrás de él temblar, una de ellas sujetando fuertemente la camisa de su uniforme. Frente a ellos un trio masculino lo fulminaba con la mirada, prometiéndole no mas que dolor y sufrimiento por haber interrumpido sus planes de "coqueteo", como le habían dicho, con las chicas detrás suyo. Claramente no les había creído pues el miedo y la incomodidad estaban escritos en los rostros de ambas, y ellas lo habían confirmado, cuando los tipos al verse distraídos con la presencia de Takemichi habían aprovechado para soltarse del agarre que estos ejercían sobre ellas.

Y bueno ahí estaban, con él cubriéndolas con su cuerpo de la amenaza de los tipos que los acorralaban, a pesar de no encontrarse en un espacio cerrado o sin salida para que las chicas por lo menos pudiesen huir, esto no era factible, tanto él como ellas presentían que, si lo intentaran, los sujetos las atraparían y todo seria peor, mejor no arriesgarse.

—Escuchen —susurro lo mas bajo que pudo, intentando que solo las féminas lo escucharan. Trago saliva—, yo los enfrentare y tratare de retenerlos. En... en cuanto me lance a ellos ustedes correrán y se alejaran lo más que puedan de aquí.

—No podemos hacer eso —interrumpió una de ellas, quien le sujetaba la camisa—, no podemos dejarte, esos brutos te destrozaran. No les puedes ganar.

Sintió su orgullo ser golpeado, aunque no las culpaba sus pintas no eran las mas confiables, si hablamos de que tenía el rostro levemente golpeado, cortesía de Baji en uno de sus arranques de aburrimiento. Sin embargo, ganara o no, no dejaría que esos idiotas hicieran algo a esas chicas. No dejaría que eso pasara.

Sonrió, después de asegurarle a ambas que no pasaría nada e incluso alentarlas a apostar por su victoria, se lanzó de lleno al tipo mas cercano a él, su puño impacto con fuerza en la mandíbula contraria y sin dejar que reaccionara lo tomo de los hombros y lo atrajo hacia si, un rodillazo saco el aire de los pulmones del sujeto y lo hizo escupir saliva, dejándolo aturdido el rubio teñido lo mando a un lado y fue a por el segundo de los sujetos.

Ya sin contar con el factor sorpresa recibió un fuerte golpe en su pómulo derecho, sintiéndolo aun resonar en su cabeza devolvió el golpe, al contrario, dando de lleno en su ojo, mientras se impulsaba y daba una patada al tipo que lo había intentado atacar por detrás.

Busco con la mirada a las chicas, esperando que estas realmente lo hubiesen dejado atrás y echado a correr, más su atención se centró y su cuerpo se tensó al verlas casi en el mismo lugar donde las había dejado, solo un par de metros mas atrás, siendo retenidas por el primer tipo al que había golpeado. Estaba tomando de la muñeca a una de ellas mientras que a la otra la abrazaba por los hombros mientras su mano descansaba cómodamente sobre uno de sus pechos, apretándolo.

Apretó la mandíbula mientras trataba de librarse de los dos con lo que peleaba, esquivando todos los golpes que podía intentando llegar a ambas chicas, sin embargo, se vio retenido por uno de sus contrincantes mientras el otro aprovechaba y lo golpea con rapidez, intercalando los golpes de su rostro a su torso, que, aunque intentaba apretar le era imposible. Intentaba dar patadas al otro y recuperar el aliento. Los tres sujetos solo reían a la par que anunciaban que ese era su castigo y merecido por meterse en asuntos que no le importaban. Las burlas seguían.

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