XXXII No será lo mismo

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—Hanagaki Takemichi.

Takemichi ignoro nuevamente el llamado y continúo caminando, aumentando visiblemente el ritmo, en cuanto antes llegase a casa. Después de la espantosa llamada repentina que recibió del idiota de Kisaki no había estado muy bueno de humor con nadie mas que su novio, los besos de lengua de Mikey sí que tenían un buen efecto calmante en él.

Por su puesto que su tranquilidad nunca era tan duradera como deseaba porque un par de días después mientras regresaba del pequeño encargo que le dio su madre había notado que era vil y descaradamente seguido. Lo peor, era que la persona que lo seguía ni siquiera hacia el intento por esconderse o disimularlo.

—Takemichi.

De nuevo lo ignoro, Takemichi apretó su agarre en la bolsa con víveres que llevaba.

—¡Hanagaki Takemichi!

¿Su mamá lo regañaría si por accidente se le rompían uno o dos huevos en su carrera por escapar del idiota que lo seguía?

—¡Takemichi! ¡oye no me ignores, sé que me estas escuchando! ¡¿me oyes?! ¡oye, Takem-!

—¡Mierda, Chifuyu, cállate! ¡ya todo el vecindario te escucho fuerte y claro! —Takemichi paro abruptamente su carrera y se giró encarando al estúpido rubio que lo había estado siguiendo desde que salió del pequeño supermercado a unas cuadras de su casa.

Chifuyu que no vio venir aquello paro sorprendido, casi chocando con el propio Takemichi cuando por al ir tan rápido para alcanzarlo no tuvo mucho tiempo para frenar. Salto un poco en su lugar al escuchar el fuerte reclamo que el otro le dio.

—Bueno, pero no me grites.

Takemichi soltó un pesado suspiro, no estaba de humor para estas cosas.

—¿Qué quieres?

—¡Hablar contigo!

—¡Que no grites!

—Lo siento... yo... ¿podemos hablar? Ahora si bien.

Takemichi lo miro pesado, pensado en ello, es cierto que hasta ahora todos los intentos que había hecho Chifuyu para hablar con él había resultado nefastos, ya sea porque el lugar no era el indicado, o el tiempo de descanso terminaba o Mikey llegaba a robarse a Takemichi con la escusa de necesitar su dosis de tiempo escolar con su novio.

Finalmente, no llegaban a nada, Takemichi incluso llego a pensar que Chifuyu se daría por vencido al no obtener resultados. Baji y Kazutora eran una historia completamente diferente, pareciendo querer que de una mirada Takemichi leyera sus mentes y mágicamente los entendiese y perdonase, Draken sabiamente le recomendó que los ignorara hasta que ambos se cansasen e hicieran algo al respecto.

—¿Entonces? —Chifuyu pregunto cuando no obtuvo respuesta.

Sobresaltado por verse sacado de su mente solo atino a responder torpemente con un si antes de darse la vuelta y retomar el resto del camino a su casa con un felizmente callado Chifuyu.

—Mi habitación está hecha un desastre y me da flojera limpiarla solo para que hablemos, espera aquí —hablo rápidamente antes de ingresar a su casa cerrando la puerta detrás de él.

Chifuyu siguiendo las ordenes de Takemichi espero pacientemente por él, sin embargo conforme pasaban los minutos y entre más tardaba Takemichi comenzaba a ponerse mas y mas nervioso. Takemichi no seria capaz de engañarlo y dejarlo a fuera de su casa esperándolo como tonto ¿o sí?

Ansiosamente miraba de reojo la puerta a sus espaldas, mientras se removía inquieto sobre el escalón de entrada de la casa de Takemichi en el que se había sentado a esperarlo. Justo cuando la idea de tocar el timbre y preguntar por el rubio chillón aparecía por su mente la puerta se abrió y Takemichi salió.

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