XIV Septiembre

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Oigan perdón Jajajajaj, cuando escribí el capitulo lo hice de rápido y como que mi cerebro no carburo del todo bien y se me fue el pedo y terminé confundiendo los tiempos jajaja, para aclarar la historia en estos momentos se desarrolla en el mes de septiembre, no agosto como había puesto.

Ay no perdón se me fue y ni cuando corregí me di cuenta, lo siento si confundí a alguien 🙁 es que luego ni yo me entiendo con los tiempo que planteé porque los he ido modificando... si de por si ya hay un errocito en un cap pasado...

Según yo, ya esta corregido el capítulo, así que si ya lo había leído no es necesario que lo vuelvan a hacer, a menos que quieran claro, no cambio nada más que el mes jajaj, perdón de nuevo 🥺 de todas formas si tiene duda comenten y les responderé lo mejor que pueda

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Los chasquidos húmedos llegaban a sus oídos como estimulante música, saboreaba la boca ajena con ansias y hambre, aquella hambre cuya mecha se acortaba cada vez más con el paso del tiempo.

Gimió bajo cuando al separarse su labio inferior fue atrapado por los dientes ajenos y enseguida succionado suavemente, como si con aquel gesto le sugiriese algo más atrevido. Paseo sus manos por los costados de aquel cuerpo que tanto provocaba que su temperatura corporal se viera elevada por cualquier mínimo contacto íntimo.

Lo sintió removerse en su lugar sobre él, ajusto un fuerte agarre en sus caderas y lo planto duro en su regazo, la exclamación que abandono los labios rechonchos de Takemichi le supo a gloria y estimulo un tirón en su ingle.

—Creo que ya debería irme...

Su voz salió ronca y oscura, sin ganas, porque realmente no quería abandonar aquel lugar, no quería dejar su cómoda posición en la cama de Takemichi mientras tenia a su novio sentado a horcajadas en sus piernas. Quería seguir postergando lo mas posible aquella sabrosa sesión de besos y caricias.

—¿No puedes quedarte un rato más? —Takemichi pregunto con su cabeza recargada en el pecho de Mikey, su respiración aun un poco agitada por los besos compartidos.

—¿Debería? —masajeo con sus pulgares los costados del menor, disfrutando sentir los leves estremecimientos que su cuerpo sufría.

Takemichi alzo la mirada, sus ojos brillosos y sus labios rojizos le daban una imagen tremendamente jodida, saber que él era el causante de aquella imagen lo regocijo más de lo que debería, pero, vamos. Mikey amaba aquella imagen que se reflejaba a la perfección en sus ojos ónix.

Takemichi era perfecto en todas sus faces y le encantaba tanto ver sus ojos cristalinos limpios y libres de aquella sombra que los empañaba, no sabia del todo que era aquello que tanto afectaba a su chico pero estaba seguro que si había algo que él pudiese hacer para enmendar su dolor y eliminar aquellas sombras lo haría sin dudar, porque estaba seguro que Takemichi haría lo mismo por él, e incluso lo hacía, más o menos.

Desde que el rubio menor llego a su vida las cosas le sabían mejor y brillaban mas a su favor, creía que Takemichi era esa luz que desde la muerte de Shinichiro tanto anhelo, ambos eran tan distintos pero parecidos de cierta forma entre sí, no los comparaba en lo absoluto pero de alguna forma el sentimiento de estar a su lado era familiar, era un sentimiento provocado por emociones completamente diferentes.

Porque a pesar de que creyera fielmente en que su novio tenia cierto parecido a su difunto hermano sabia que no era él y nunca lo seria, no había siquiera comparación entre ambos y se consideraría un completo idiota si llegase a pensar lo contrario, joder Shinichiro fue una luz resplandeciente que aluzo su camino hasta su ultimo día y ayudo a encaminar hacia el camino que él quería, fue el mejor guía que pudo tener. Pero con Takemichi todo cambiada, Takemichi fue ese resplandor segador que llego cuando comenzaba a perderse y que con su simple presencia y sonrisas logro hacer sin querer que el propio Manjiro encontrase nuevamente el camino que creía perdido.

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