XIII Verdades a medias

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Draken llego a laresidencia Sano menos de 10 minutos después de dejar el templo donde se reunió la Toman, dejando su moto a un lado de la acera saco un pequeño morral del compartimiento bajo su asiento y se acercó al gran portón y toco el timbre, mientras esperaba tranquilamente a que le abrieran la puerta recordó el arrebato de idiotismo que le dio a Mikey cuando dijo que quería presentar a Takemichi frente a todos, soltó una escueta risa, ese enano era increíble, increíble en muchos aspecto y entre ellos lo idiota, aunque no le sorprendía, no tanto, últimamente Mikey actuaba así y comenzaba a acostumbrarse así que... ¿acostumbrarse? ¿él? ¿De las nuevas idioteces de Mikey?

Vaya si era su mejor amigo  y todo, pero, el no creía acostumbrarse, por lo menos no de forma cercana, a la nueva actitud de Mikey, joder que muchas veces se daba de golpes mentales para no decirle algo, y es que sus arrebatos idiotas o ñoños comúnmente pasaban cuando estaban reunidos todos, o cuando implicaba a Takemichi... ese... era un hecho del que Ken había sido ignorante hasta entonces. Si... el enano actuaba así de raro cuando el Hanagaki rondaba donde ellos... quiso seguir dándole vueltas al asunto, pero en eso el portón de la casa fue abierto y una rubia menuda apareció tras el.

Emma, lo invito a pasar después de saludarlo, Draken se internó en la residencia Sano y después mientras cambiaba su uniforme de la Toman por algo más cómodo volvió a retomar sus pensamientos que giraban en dirección a su mejor amigo. Conocía a Mikey desde hace ya varios años y podría decir orgullosamente que él era una de las pocas personas que mejor conocían al rubio.

Dios vueltas en su mente a todo lo que había acontecido en los últimos meses, las cosas eran de lo mas común, peleas, bromas, risas, más peleas y demás, todo lo habitual con sus amigos, salvo por una cosa, o mas bien alguien. Hanagaki Takemichi, el rubio ojiazul era la más reciente adición a su desastroso grupo de amigos, todo gracias a Chifuyu quien se los presento. Draken había creído que era el mismo chico quien mas interesado estaba en Takemichi, pero tal parecía que se había equivocado al suponer eso pues fue grande su sorpresa cuando Mikey también comenzó a mostrar tal interés, cosa no habitual. Vamos que Manjiro Sano no era una persona que demostrar gran interés a algo más allá de sus amigos, familia y por supuesto su pandilla, así que claro que fue una novedad ver aquello.

Mikey había pasado rápidamente de simplemente querer conocer mejor al menor a intentar "disimuladamente" acaparar toda su atención para él mismo, el mismo Draken se había dado cuenta de eso casi al instante, e intuía que algunos más también, pero se decidió no decir nada y dejar ser al capitán de la Toman. Había supuesto que con el tiempo el ímpetu de Mikey se calmaría y las cosas seguirían su rumbo, nuevamente se equivocó, si, las cosas siguieron fluyendo como debían más las actitudes del rubio cenizo no menguaron sino mas bien parecieron incrementar de nivel en las ultimas semanas.

Draken soltó un suspiro. Realmente no le vería gran problema al nuevo actuar de Mikey si no fuese porque temía que este comenzara a afectar a la pandilla y conociendo tan bien como lo hacía a Mikey, se volvería loco si eso llegaba a pasar.

—¿Qué hay de cenar? —fue lo primero que dijo Mikey tras hacer aparición.

Ken que hasta entonces ayudaba a la hermana de este a poner la mesa lo miro interrogativo, como si aquella mirada fuese suficiente para comprender la enredada mirada del mas bajo.

—1Gyozas y 2yakitori.

Aparto la mirada y continuo con su labor, oyó a Mikey soltar un cantarían para después ponerse a ayudarle en lo que faltaba de poner en la mesa.

Durante gran parte de la cena siguió confabulando en su mente, estando presente a ratos en la conversación que se situaba en la mesa donde los tres integrantes de la familia y él se hallaban.

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