XXV Inocente

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Pensar que muchas veces suceden cosas inesperadas que nunca en tu vida te pudiste imaginar que pasaran es algo bastante sorpresivo, que en su momento cuando suceden, o nos cuesta creerlas o no sabemos como reaccionar a ellas.

Takemichi pasaba por algo parecido, es decir, nunca en sus 13 años de vida imaginaria que la chica linda de la clase de al lado con la que luego compartía casuales saludos en los pasillos de la escuela se le estuviese declarando.

En un bendito 14 de febrero.

Hinata Tachibana era sin duda una de las niñas mas lindas y amigables, con la que podías entablar una amena conversación sin necesidad de mucho, era de las mejores niñas que podían haber en la escuela, y Takemichi lo sabía.

En secreto algunas veces la llego a observar de lejos, viéndola charlar feliz con su pequeño grupo de amigas, sin embargo, nunca, por mas desvariado que pudiese estar, imagino que la chica de cabellos cobrizos tendría una clase de flechazo con él.

Entonces ahí estaba, con Hinata completamente decidida tendiéndole una cajita de chocolates en forma de corazón bellamente decorada con dibujos de corazones y un gran moño pomposo de listón esperando por su respuesta, el sonrojo que salpicaba todo su tierno rostro no era impedimento para darse cuenta de que iba completamente enserio con su declaración.

Hanagaki al igual que ella estaba completamente sonrojado, una porque esos temas del amor lo exaltaban bastante y otra porque sin querer lo linda que se veía la niña frente suyo lo ponía nervioso. Hasta el momento no había pensado muy a fondo en ninguna de sus compañeras de forma romántica, por dios Takemichi se la pasaba de arriba abajo junto con Takuya y los nuevos amigos que había hecho al entrar a la secundaria, el amor no tenia cabida en su cabecita.

Hasta ahora.

—S-supongo que puedo a-aceptarlos —completamente sonrojado y rehuyendo la mirada de la castaña estiro sus sudadas manitas con la intención de tomar la cajita de chocolates.

Hinata al escuchar su respuesta lo miro esperanzada y emocionada y sin poder contener su creciente emoción se tiro sobre Takemichi, tomándolo por sorpresa y apretándolo en un gran abrazo que no hizo más que aumentar sus sonrojos.

—¡Gracias, Takemichi-kun! Te prometo que no te arrepentirás.

Takemichi completamente derrotado por el repentino abrazo solo atino a asentir.

Fue así como comenzó una relación que no buscaba, con la persona que nunca esperaba.

Una relación que con forme pasaba el tiempo comenzó a anhelar más y más, dejando que los pequeños lapsus en donde se preguntaba si había hecho bien en aceptar los sentimientos de Hina se perdiesen en el pasado, dejando que el cariño siguiera y creciera hasta que el amor entre ellos floreciera.

Como fue que duraron tanto tiempo, ni él lo sabía, porque mientras que Hina era tan atenta y amable, Takemichi era olvidadizo y desastroso, muchas veces teniendo que cancelar de ultima hora a sus amigos porque había olvidado que tenía una cita con su novia o llegar tarde a una porque se le había pasado la hora. Mas en todas aquellas ocaciones la comprensión hizo que las cosas no se perdieran.

Aunque claro, Takemichi no era el único que llegaba a tener imprevistos en su relación, pues Hinata era tan amable que muchas veces no sabia decir no a los favores que le pedían. Takemichi pensaba que su amabilidad era una de sus cualidades más sobresalientes, pero también algo que le podía jugar en contra, desde que se quedaba a ayudar de mas en las actividades de su club hasta que terminaba haciendo cosas de alguien más que le pidió ayuda.

Takemichi, aunque quisiese reprochárselo no podía, al final de cuentas él era igual cuando de ayudar a los demás que eran molestados por otros o matones de bandas se trataba, todo un héroe como Hina le decía, él se avergonzaba y entonces, sacando su lado mas cursi, solo cuando estaban los dos solos, le contestaba que de la única persona que era un héroe era de ella, cosa que provocaba que ella riera y él se avergonzase más.

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