VI Movimientos y confesiones

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Hubo un gran lapso en el que se sintió perdido, sin rumbo. Solo dejándose llevar por la corriente a donde esta lo llevara.

Si bien nunca se considero una persona muy expresiva, podría decir que lo era en la medida de lo normal. No tenía complicaciones al comentar como se sentía o lo que lo acomplejaba, aun después de la muerte de sus padres eso no cambio tanto.

Con la perdida de su hermano, sin embargo, todo cambio, su entorno y si mismo dieron un giro completamente inesperado, cambiando sin opción de retorno a lo que una vez fue.

Sobrellevar los días después de la perdida fue duro para toda la familia, pero él lo sintió aun peor, optando por no mostrar flaqueza y mostrarse erguido, ante todo, tal vez no fue lo mejor, y Emma tenía razón al decirle que no estaba mal mostrar debilidad, mas no se lo permitía, no quería hacerlo.

Decidió recurrir a la Toman como medio de distracción de sus penas, concentrándose en la pandilla, esa pandilla que día a día crecía más y más, siendo que para entonces ya contaba con casi 150 miembros oficiales; centro su atención y tiempo libre en obtener y coordinar un buen manejo de esta, no queriendo que el asunto se le pudiese salir de las manos.

Fue así como en un arrebato de irracionalidad, como lo llamaban sus amigos, uso sus contactos entre pandillas para obtener algo de información que pudiese haber sobre lo que paso con su hermano. Era obvio que no había sido una victima al azar, no, más parecía que fue con intención, no creería otra cosa.

El hecho de que Shinichiro anteriormente fuese un pandillero, siendo el líder de una de las pandillas mas grandes y fuertes de su época, y que fuese muy querido en el mundo de los pandilleros era un gran plus que le sirvió para encontrar algo, que si bien fue mas como un rumor que paso de boca en boca, era algo.

Algo con lo que podría basarse para, si le era posible, indagar más hasta obtener la verdad detrás del asesinato de su querido hermano y así vengarlo y hacer pagar a todo aquel que haya estado implícito en el suceso.

Claramente, aunque puso empeño en su búsqueda no logro obtener mucho, y cuando estuvo a punto de volver a intentarlo por otros medios sus amigos y hermana lo detuvieron, haciéndole entrar en razón después de una acalorada discusión y golpes —por parte de Draken y Emma—que el rumbo que estaba tomando no era el adecuado, siendo que se estaba consumiente en la desesperación y perdiéndose a si mismo en la oscuridad.

Le había tomado un poco de tiempo el ver lo que lo demás decían era verdad, renunciando con renuencia a la búsqueda por los culpables de la pérdida de su hermano mayor y concentrándose en la superación con todo su esfuerzo; a recomendación de su tía, pues según sus palabras, la conciencia de Shinichiro no descansaría en paz sabiendo que su hermanito menor, en el plano de los vivos, vivía con la pesadez de la perdida sin intención de dejarla, aferrándose fuertemente a lo que fue y pudo ser para su hermano. Negándose a aceptar del todo la cruda realidad.

Entonces Manjiro decidió, nuevamente, concentrarse en su pandilla, esta vez tratando todo lo posible de no desviarse y solo concentrándose en hacerla crecer y llevar un buen cargo de ella.

Así fue como le paso el tiempo en un abrir y cerrar de ojos, siendo que cuando menos dio cuenta ya estaba en su ultimo año de instituto, comenzado el nuevo año sin expectativas, pero anhelante por terminar.

Fue justo en ese comienzo de su último año que conoció a cierto rubio mal teñido.

Hanagaki Takemichi en un principio no le pareció más que alguien curioso y divertido, sin embargo, no puede decir con certeza en que momento fue que comenzó a cambiar su interés amistoso por uno amoroso. No lo vio venir.

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