KILIG

XXX Segado

El silencio que lo ahogo fue terrible, Mikey no sabía como siquiera pronunciar palabra alguna, solo podía permanecer estático en su lugar, mirando fijamente como Takemichi parecía indeciso sobre si avanzar más en su dirección o retroceder, de reojo pudo observar como un tipo castaño parecía decirle algo en voz baja, Takemichi pareció considerarlo antes de soltar un pesado suspiro y negar.

—¿Estás seguro?

—Lo estoy, voy a estar bien, Takuya, no tienes que preocuparte —Takemichi aseguro, enviándole una sonrisa que pretendía transmitirle tranquilidad.

Takuya vacilo por unos cuantos segundos viajando su mirada de su amigo de infancia hasta el rubio cenizo en la puerta de la casa del primero, no estaba del todo seguro de dejar a Takemichi ahí, solo, con su novio, quien también era uno de los causantes de que el rubio ojiazul estuviese tan voluble y vulnerable en los últimos días. Centro su mirada en el Hanagaki, inspeccionando aquellos zafiros en búsqueda de duda o cualquier indicio de que Takemichi no quisiese estar ahí, pero lo único que encontró fue una creciente convicción que aumentaba en cada momento, tal parecía que Takemichi estaba bien, y el hablar con Mikey no parecía algo a lo que temiese tanto.

Con un suspiro cansado asintió y dio unas cuantas palabras a su amigo en forma de aliento y despedida, Takemichi permaneció en su lugar sin avanzar ni un poco viendo como Takuya se alejaba, siguiendo el camino, pasando de su casa.

Cuando finalmente el castaño doblo en una esquina y lo perdió de vista fue que finalmente volvió su mirada a Mikey, el mayor parecía estar tan rígido como él mismo, a paso lento acorto la distancia entre ellos y se plantó frente a él en la puerta de su casa.

—Takemitchi...

—Hola, Mikey-kun —saludo suave, incomodo sin saber en donde centrar su vista, se removió en su lugar un poco— yo... eh, ¿quieres pasar? —indico con un cabezazo su casa, Mikey asintió lentamente, parecía como si calculara sus movimientos, temiendo hacer algo que asustase a su novio y volviese a escapar de él.

Takemichi abrió la puerta de su casa y los hizo pasar, condujo a Manjiro hasta su habitación en un mortal e incómodo y asfixiante silencio; de reojo pudo ver a su madre trabajando en la sala, por lo que solo la saludo cortamente, realmente no estaba de ánimos para comenzar a hacer presentaciones, no cuando las cosas eran tan... expectantes.

Al llegar a su habitación indico al mayor tomar asiento mientras él mismo lo hacía en la silla de su escritorio que arrastro desde este para no estar tan distanciado del otro.

Ambos permanecieron en silencio por lo que a ambos les supo infinidad de tiempo, intercalando incómodamente su mirada entre el rostro del otro y cualquier lugar de la habitación, ninguno sabiendo como comenzar una conversación, tan distante a hace unas semanas cuando los silencios no eran incomodos y las conversaciones fluían cual caudal de rio.

Manjiro permanencia completamente quieto en su lugar, sin saber que hacer a continuación, tan solo entrar en la habitación de Takemichi y que este cerrase la puerta de esta fue como si una gran burbuja de incomodidad explotase sobre ellos y los cubriese por completo, se sentía patético, cuantas veces no había pisado aquella habitación y se había movido por ella como si fuese la suya propia, ¿Por qué no podía actuar normal ahora? Por supuesto, en todas aquellas ocaciones su relación con Takemichi estaba más que bien y nada de lo que los rodeara les resultaba incomodo; ahora, el mero hecho de permanecer en su radio de cercanía le sabia asquerosamente extraño, lo odiaba.

Mikey ahora se daba cuenta que quería desesperadamente volver a aquellos días de tranquilidad, donde su única preocupación con Takemichi era no saltar sobre su novio en cualquier lugar y a cualquier hora. Anhelaba tanto aquello, sin embargo.