XXXVI Rey Dragon

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El frio ambiente del primer día de año fue para Takemichi completamente cálido, envuelto en los brazos de su novio todo parecía ir tan rápido pero tan lento a la vez, era como si el tiempo tomara un curso diferente. Con el cuerpo placenteramente dolorido por sus actividades de última hora para celebrar el fin de año Takemichi se estiro cual gato perezoso en su cama tratando de no ser demasiado tosco para despertar a su acompañante.

Una involuntaria sonrisa se dibujó en su rostro, a pesar de todo lo malo que había pasado y que posiblemente estaba por pasar no podía evitar sentirse feliz y cálido cuando Manjiro estaba a su lado, un sentimiento tan bonito que se asentaba en lo profundo de su pecho y que no quería se desapareciera nunca.

Inevitablemente sus necesidades fisiológicas lo atacaron, con renuencia Takemichi abandono el cálido lecho y fue rápido al baño a orinar, hecho un vistazo a su mesita de noche de paso, no era tan temprano como creía, pronto seria medio día, supuso que sus padres ya estarían despiertos a esa hora, con lo madrugadores que parecían ser, cosa muy diferente a su hijo.

—Takemitchi.

La ronca y somnolienta voz de Mikey lo saludo al regresar a su habitación. Sano estaba completamente extendido sobre la cama individual del menor sin dejar espacio alguno para que Takemichi retome su lugar a su lado.

—Ah, Mikey-kun, ¿te desperté cuando me levanté? Lo siento —acercándose a su cama tomo las extremidades de su novio y lo movió hasta volver a hacerse lugar, Mikey asintió dejándose hacer, el sueño aun aferrándose a su conciencia. Automáticamente se pegó a Takemichi apenas este volvió a acostarse a su lado.

—Mierda, Takemitchi, estas helado. Quítate —inmediatamente lo soltó, dándole un pequeño empujón de paso para poner más distancia entre su cuerpo calientito y el frio helado de Takemichi, el sueño que aún le quedaba fue borrado.

—¡Mikey-kun, no me empujes! ¡me voy a caer de la cama!

—Y una mierda, vete a calentar y después vuelves.

—¡Pero si es mi cama!

—Ahora es mía. Lo tuyo es mío.

Mikey le saco juguetonamente la lengua a Takemichi antes de taparse completamente hasta la cabeza con las mantas.

Takemichi lo miro anonado antes de lanzársele encima, comenzando una pelea por ver quien se quedaba en la cama. Termino con Takemichi aprendiendo a no subestimar que tan rudo puede ser un Mikey recién levantado con él, la patada con la que fue derribado al suelo lo había tomado por sorpresa y dolido igual que si le hubiesen golpeado enserio.

—Manjiro, eres una bestia.

—Pero si así te gusta —contesto Mikey cómodamente acurrucado entre las mantas.

Takemichi boqueo, —¡No me refería a eso!

—Ah, ¿no?

Takemichi rodo los ojos, desistiendo de volver a dormir y optando por cambiarse el pijama.

—¿Tienes algún plan para la pelea contra Ego? —Takemichi pregunto.

Estaban en la cocina, sus padres amablemente les habían dejado un poco de lo que ellos habían desayunado. Mikey lo miro largo mientras masticaba lentamente, espero paciente en lo que su novio terminaba y le contestaba.

—No —contesto simple—. Sé que ganaremos, la Toman nunca pierde —Takemichi abrió la boca para protestar la humilde seguridad del mayor y su pandilla cuando Mikey se le adelanto—. Mientras yo este con ellos nunca perderán, Ego no es la excepción, no les tengo miedo, no son más que una bola de idiotas problemáticos, además —se giró mirándolo con una sonrisa socarrona, Takemichi ladeo la cabeza confundido—, nadie espera que tengamos a su fundador de nuestra parte.

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