VII ¿Somos algo?

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La respiración pareció quedar atorada en sus pulmones al escuchar las palabras dichas por Mikey.

'Me gustas Takemitchi' se repetía en su cabeza cual disco descompuesto, de cierta forma no lo creía posible, contemplando que podría ser una vil broma, sin embargo, era consciente de que Mikey no seria capaz de jugarle tal cosa, por mas bromista que sea.

La cristalina mirada de Takemichi se clavo en el rostro contrario, como buscando algo que le dijese que había escuchado bien y era enserio. Mikey gustaba de él.

—Oye... —al no obtener la reacción que, de alguna forma esperaba fuese Takemichi deshaciéndose de los nervios y pena con su rostro rojo, lo llamo creyendo por un segundo que no lo había escuchado, sin embargo.

—Mikey-kun... tu, ¿eso es cierto? ¿realmente te gusto? —hablo con la mayor claridad que le fue posible, mostrando en su rostro seriedad absoluta en busca de la respuesta a su interrogación.

—Qué... que rayos dices Takemitchi, por supuesto que hablo enserio, ja —cual cámara lenta Takemichi lo vio acercarse a él y acortar la poca distancia disponible entre sus rostros, de tal forma que sus narices terminaron rosándose entre si—, acaso piensas que voy confesándomele a cualquiera tan así de fácil —puchereo—, mmm Takemitchi malo, y yo que me esforcé tanto para poder decirte eso y tu aun si lo pones en duda.

Dramatizo su tono al hablar mientras miraba como el bermellón en el rostro contrario comenzaba poco a poco a intensificar su color y espacio abarcado en el rostro contrario. Takemichi se estaba sonrojando lentamente conforme su cabeza asimilaba que en verdad Mikey se le había declarado ahí, en medio de un aula usada como bodega mientras era la hora del descanso.

—Yo- perdón Mikey-kun pero yo... —Takemichi inhalo aire profundamente y con todo el valor y determinación posible soltó las palabras que los sentenciarían—, también me gustas.

Hablo bajito, como si se tratase de un secreto que no pudiese ser oído por cualquiera, sus ojos se entrecerraron no queriendo ver el rostro de Mikey, pues sabía que, si lo hacia la vergüenza lo dominaría y no seria capaz de articular ni hacer nada más, quedaría en ridículo.

Mikey por su lado solo sonrió complacido ante las palabras del rubio mal teñido, se esperaba esa respuesta al no imaginar que Takemichi fuese el tipo de persona que le gusta besar a sus amigos así porque sí.

—Entonces, ¿y ahora qué? —cuestión Manjiro mientras con su mano pellizcaba ligeramente la mejilla de Hanagaki logrando que este abriera un poco mas sus ojos y lo mirase cortamente antes de que su rostro se pusiera mas rojo si es que eso era posible. Soltó una risita—, ¿ahora estamos saliendo?

Takemichi lo miro y sin poder evitarlo y de forma inconsciente soltó un suave bufido, atrayendo así la atención del mayor, que lo miro curioso mientras él imponía un poco de distancia entre ellos. Se sentía asfixiado, la presencia de Manjiro era abrumadora muchas veces y ahora lo era más sabiendo que gustaba de él.

—Mikey-kun, ni siquiera me has pedido salir contigo, como piensas eso —soltó divertido, se reacomodo en su lugar, recargándose despreocupadamente contra la pared viendo como el cenizo le reprochaba con la mirada.

—Bromeas, ¿cierto Takemitchi? —frunció el ceño ante la clara burla en la mirada azul del menor— acabamos de decir que nos gustamos y tu dices que no estamos saliendo, no jodas.

—La cosa no funciona así Mikey-kun.

Manjiro resoplo entre molesto y divertido.

—Esta bien, entonces —tomando al menor por la muñeca lo atrajo hacia sí. Takemichi sin preverlo no pudo poner resistencia y al verse de cara con el otro no controlo el notorio sonrojo que lo encaro, quiso desviar la mirada de los intensos ojos negros de Mikey, que parecían encantarle, en un fuerte hechizo de perdición, sin embargo, no se lo permitió y lo encaro lo mejor posible, aunque la coqueta y traviesa sonrisa de Manjiro no ayudaba en su tarea—¿quieres salir conmigo Takemitchi? —pregunto inclinándose sobre el menor—, te juro que no te arrepentirás de aceptar.

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