XXII Querer huir y desesperación

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Checo su celular una ultima vez antes de apretar el timbre de la puerta enfrente de él, iba 15 minutos tarde, pero a quien le iba a importar, a sus amigos, no creía.

Takemichi espero paciente todos los segundos que la madre de Atsushi tardo en abrirle la puerta, y después de saludarla rápidamente y escaparse de la clásica charla sobre lo grande y cambiado que estaba, por fin subió al segundo piso de la casa y toco la puerta de la habitación de Akkun antes de entrar tranquilamente.

—Llegas tarde.

—Hola a ustedes también, si, yo estoy bien, no me paso nada de camino aquí —hablo sarcástico, ignorando la réplica de su amigo.

—¿Te paso algo de camino aquí? —la ingenua pregunta de Yamagishi le saco una risita a Takemichi.

—Nop, me quede dormido y se me hizo tarde.

Yamagishi resoplo, un insulto bajo salió de sus labios al tiempo en que Takemichi tomaba asiento en el suelo junto a sus amigos, todos tenían un juego de cartas en sus manos.

—¿Quién va ganando? —se inclino dando una ojeada al juego de Akkun, quien al darse cuenta lo aparto de su vista—, ni que te fuese a exponer.

—Uno nunca sabe, en los juegos no hay amigos, solo enemigos —respondió divertido Atsushi—. Y el idiota de Makoto es quien va a la delantera.

—Ah, ya.

Takemichi se aparto del lado del de pelo ciruela y se arrimo a un costado del pelinegro que concentrado miraba a todos los demás jugadores, evaluándolos con la mirada. Sin ocultar para nada su malvada sonrisa, lentamente se acercó al oído ajeno y susurro en el, al instante la divertida reacción de Makoto alerto a los demás.

—Jodete, Akkun. Dame todos tus cincos.

La sorprendida pero indignada mirada del mencionado causo a los demás estrepitosas risas, Takemichi quien era el que reía mas fuerte le lanzaba divertidas miradas a costa suya. De mala gana le paso a Makoto todas las cartas perdidas; una exclamación de sorpresa se le escapo cuando vio a este bajar un juego completo con sus antiguas cartas incluidas. Las risas de los demás solo aumentaron.

—Vete a la mierda, Hanagaki, eso no lo hacen los amigos.

—Pero si tú mismo dijiste que en los juegos no existen los amigos —contesto inocente.

—¡Tú ni siquiera estas jugando! —señalo.

—Ah, cierto, ni modo.

Akkun lo miro refunfuñado un poco mas antes de seguir con el juego, Takemichi los vio jugar un par de partidas más, hasta que la pequeña pero molesta espina de la necesidad de desahogo lo picho tan fuerte que en un arranque comenzó a despotricar todo lo pasado con Inui y Kokonoi, trato de mantener la compostura pero el leve nerviosismo que persistía en su interior desde los últimos días después de su encuentro no le facilitaba las cosas.

Sus amigos lo escucharon atentos, tratando de calmar sus nervios cuando termino de contarles todo.

—Así que rumores... —murmuro Takuya. Takemichi asintió—, bueno, no he estado tan pendiente del mundo de las pandillas desde que nosotros dejamos la nuestra, pero... no creo que sea tan malo.

—Ah, ¿no?

—Bueno, quiero decir, si realmente estos rumores que ellos te mencionaron fuesen lo suficientemente fuertes, ¿no crees que los mismo miembros de la Toman lo sabrían? Y aun mas importante, si Mikey-kun supiese de eso, te lo diría, es tú novio al fin de cuentas —Takemichi no pudo contener la suave sonrisa que se formó en sus labios—, sean buenos o malos, él de una forma u otra te lo hubiese comentado.

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