XL No estás solo

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Mentir sobre que estaba bien no servía de nada. Se sentía como la mierda misma, no solo todo su cuerpo le dolía horrores, su espalda punzaba de dolor al igual que algunas partes de su hinchado rostro, sin embargo, eso no era lo que lo hacía sentir peor.

Casi había matado a alguien.

Mikey dijo que el tipo estaba bien, tan bien como podría estar alguien que termino en el hospital, claro, sin embargo, a pesar de que aun respiraba el asco que sentía por sí mismo, por lo que pudo haber hecho, lo tenía al borde del colapso.

Lo peor era que no se arrepentía.

El arrepentimiento que debería sentir por casi asesinar a alguien a golpes no lo hallaba en su interior, después de todo era uno de los malditos infelices que había lastimado a Hina, y eso era algo que nunca se los podía perdonar, que ellos pudieran sentir aunque sea una mínima parte de todo el dolor que seguro sintió ella era lo único que Takemichi podía pedir.

Estaba mal, seguramente lo estaba, Hinata no estaría feliz con eso, pero ¿Qué más daba? Ella ya no estaba para poder regañarlo, se la habían arrebatado y jamás volvería.

Sentir que no fue suficiente era lo que más lo aterraba, ahora en la silenciosa tranquilidad de su casa vacía podía recordar todo lo que había pasado hasta antes de que Mikey lo noqueara, y el cosquilleo por haber hecho más era muy fuerte y lo asustaba.

Tal vez no era muy diferente al monstruo que Eunji alguna vez le dijo que era.

Paso los dos días siguientes manteniendo el más mínimo contacto con su novio y compañeros de la Toman. No tenía ánimos suficientes para verlos preocupados por él, suficiente tuvo con lo asustada que estuvo su madre cuando lo vio lleno de golpes cuando llego a casa del trabajo.

Se limitó a contestar mensajes con respuestas cortas y vagas, sabía que estaba siendo un poco cruel pidiéndole a Mikey que no lo fuera a ver a su casa y se conformara con sus respuestas por mensaje, pero realmente necesitaba tiempo; tiempo para calmarse y poner en claro todo lo que sentía.

El rumor de que el Resplandor de Ego había hecho su aparición en medio de la pelea contra la Toman y que resulto estar del lado de esta se extendió más rápido de lo que Takemichi hubiera querido, al segundo día después de la pelea tuvo a Akkun y los chicos tocando a su puerta, por supuesto Yamagishi no tardaría en enterarse de las buenas nuevas.

—¿Es cierto lo que se rumorea? —pregunto Akkun acomodándose sobre el piso de la habitación de Takemichi.

Takemichi suspiro pesado y asintió a su amigo, los demás solo lo miraron sorprendidos desde sus lugares alrededor de su cama.

—¿Cómo rayos paso todo? —la angustia en la voz de Takuya se mezcló con la emoción de Yamagishi.

Después de debatirse un momento, Takemichi procedió a contarles todo a sus amigos, externando así también sus preocupaciones que últimamente le rondaban la cabeza.

—Así que uno de los abusadores de Hinata-chan, eh —Akkun profundizo más el ceño fruncido que había tenido durante todo el relato de Takemichi, este asintió sin muchas ganas, echado desanimado en el piso junto a sus amigos.

—Yo hubiera hecho lo mismo —la voz de Takuya lo saco de sus pensamientos, todos giraron a verlo un poco sorprendidos— ¿Qué? Ustedes también lo hubieran hecho, no lo nieguen —los miro con los ojos entrecerrados, uno a uno le fueron dado la razón, Takemichi se sintió un poquito menos mal, tal vez no era el único loco de sus amigos—. Además, no lo mataste, Mikey-kun lo impidió, no tiene sentido pensar en que hubiera pasado si no lo hubiera hecho, lo hizo, punto. No te quiebres la cabeza pensando en suposiciones que ya no viene al caso, Take-chan —cualquier protesta de Takemichi murió ante la reprimenda de su amigo.

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