Eva Torris era el nuevo cotilleo en el pequeño pueblo de Forks, una latina de complexión pequeña llena de vida que iluminaba el triste y desolado pueblo, siempre se le veía con una sonrisa en su rostro, y observabas fácilmente cómo sus ojos brilla...
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Detengo mi auto frente a una casa rústica muy hermosa como la mayoría de casas en este pueblo, está cubierta de madera y tiene un pequeño porche donde perfectamente podría caber un pequeño sillón.
-Ya llegamos a tu destino, ¿seguro que te sientes bien?- Preguntó con una leve preocupación.
-Si tranquila, todo está en orden. - Dando una última mirada con una leve sonrisa baja lentamente de mi auto.
-Adiós Jackson espero volver a verte pronto. -Lo despedí con una sonrisa y un leve saludo con la mano.
Mirando hacia atrás vi a mis dos niños jugando con sus manos mientras leves carcajadas salen de sus labios, así que emprendo viaje hacia casa ya que pronto tendríamos que ir almorzar en lo de Emily.
-Niños, despierten ya llegamos.- Les digo suavemente mientras me desabrocho mi cinturón de seguridad y les abro las puertas, las pisadas y los gritos de los niños no se hacen esperar cuando me encamino para abrir la puerta.
-Libi, Libi, hola Libi- Los gritos de los mellizos resonaron por todo el patio mientras la perra los recibía dando vueltas y meneando su cola.
Adentrándonos en la casa abro todas las ventanas para ventilar un poco y vuelvo a rellenar la comida de la perra y del gato.
-¡Niños hora del baño!- Gritó mientras empiezo a llenar la bañera.
-Mami, ¿Podemos bañarnos con Pepe?- La suave voz de Mateo interrumpe la melodía del agua cayendo dentro de la bañera.
-Claro que si pequeño- Le respondo con una sonrisa mientras le beso la punta de la nariz y hago sonar a Pepe el pato de hule amarillo.
-¡Genial!, le diré a Mía- Dijo mientras corría a lo que supongo era su cuarto
Luego de bañarlos y ponerles sus respectivas ropas iguales que consisten en un buzo de lana a conjunto con unos pantalones caqui con sus zapatitos negros; Si como muchas madres con mellizos o gemelos me gusta vestirlos similares, no se porque supongo que puede ser algún problema mental que me quedo luego del parto, pero me da tanta satisfacción verlos que siempre de cada baño les saco una foto, cuando sean mas grandes de seguro odiaran ver sus fotos de bebes pero la verdad que no me interesa son formas de inmortalizar momentos hermosos.
Luego de darme una ducha rápida, me coloco un buzo negro, un pantalón tiro alto rojo, mis inesperables vans negras y por arriba mi blazer rojo.
-Cariño, dile a tu hermano que venga para colocarse las camperas por favor.- Le pido a Mia con una sonrisa.
-Voy mami.- Mia sale corriendo tan rápido como sus cortas piernas se lo permiten, pero un grito chillón hace que casi dejé caer la comida del gato arriba del mismo.-¡Mateo, mamá te llama!.- Luego del grito que perfectamente puede hacer yo, se puede observar a Mia viniendo hacia mí saltando ligeramente con una expresión de inocencia.
